22. Tan seguro

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NARRA TERRY

Me despedí de Riccardo y le dejé en la sala de música tocando el piano. Al salir del edificio me encontré a Falco junto a la entrada del instituto esperándome.

¿Vamos? - dijo acercándose a mi - No querrás llegar tarde a la revisión.

Me acerqué a él nervioso - ¡No hables tan alto! - dije poniéndole la mano sobre la boca - Alguien podría oírte y solo tú, el entrenador Evans y la señorita Hills sabéis qué pasa.

Falco me acompañó al hospital, no tardamos mucho ya que está cerca del instituto. Entramos y él se quedo esperando por mí en la planta baja. Yo subí al 2º piso, donde una joven enfermera con el pelo lila me mandó entrar a la sala del doctor Blaze.

Al entrar, el doctor me saludó y me senté frente a él. Me sacaron sangre, tomaron muestras de mi saliva y me hicieron algunas pruebas de visión y audición.

En cuanto a tu visión y audición, estás algo mejor. - Dijo el doctor - y las muestras de tu saliva no muestran nada grave, aunque tenemos que esperar a mañana para saber que dice el análisis de tu sangre - de pronto, al doctor le cambió la expresión a una mucho más seria. - Espero que seas consciente de que si tu sangre revela algún aspecto negativo, debes pasar a quirófano de inmediato.

Lo sé, doctor - dije tratando de contener mis nervios.

También tenemos que pedirte una cosa - me dijo el doctor - deberías dejar de hacer deporte, Terry. No debes forzarte en exceso y el fútbol requiere mucho esfuerzo.

Lo sé, doctor - respondí apretando los puños, estaba a punto de llorar de rabia e impotencia.

Eso es todo. - me dijo - Estás en buenas manos, ahora ya puedes irte, te llamaremos mañana en cuanto sepamos los resultados de tu analítica.

Gracias - me levanté y me fui. 

Al bajar a la planta baja, Falco se acercó a mi.

No traes cara de buenas noticias - me dijo, poniendo su mano sobre mi hombro.

Mañana sabré si debo operarme o no. - le dije, intentando sonreír - pero seguro que todo irá genial.

Díselo, Terry - me respondió.

Aún no, no quiero que se preocupe cuando nada está claro. - le contesté saliendo del hospital.

Nos fuimos al instituto, cada uno a su habitación. Yo me tumbé en mi cama, pensando en todo lo que me habían dicho hasta quedarme dormido.

NARRA RICCARDO

Terry se despidió de mi y salió de la sala del piano, yo seguí tocando un poco más hasta que alguien entró.

Sabía que eras tú quien tocaba - dijo Arion abriendo la puerta - ¿puedes venir conmigo un momento?

Claro - deje de tocar y me levanté - ¿ocurre algo?

Tú solo sígueme - salió del aula de música y le seguí lo más rápido que pude hasta que alguien, frente al edificio fútbol, me tapó los ojos.

No me pegues anda - dijo una voz.

¿Aitor? - dije

Cállate y camina - dijo riendo - cuidado con las escaleras.

Subimos y entramos al edificio fútbol, cuando me destaparon los ojos, todo estaba oscuro excepto el centro de la sala en la que se podía ver una pequeña tarta vagamente iluminada por velas.

Todas las luces se encendieron y todos gritaron al unísono - ¡FELIZ CUMPLEAÑOS!

Tras cantar el cumpleaños feliz y soplar las velas, fui hablando un poco con todos los que allí estaban.

Dale las gracias a él - dijo Arion señalando a Gabi, quien estaba en otra conversación - nos ha llamado a todos para hacerlo y lo ha organizado todo él.

Qué atento - dije entre risas.

Pasaron unas horas, y cuando casi todo el mundo se había ido, yo estaba en uno de los vestuarios, sentado en un pequeño banco hablando con Gabi.

¿Te ha gustado la sorpresa? - me preguntó

¡Me ha encantado! - le respondí

Lo siento, Riccardo - dijo mirándome triste - no he conseguido contactar con Terry...

No te preocupes, estará ocupado con algo. - le contesté acercándome a él. - Además no me hace tanta falta, estoy conti... con todos vosotros aquí.

He oído que has aceptado el curso de música en el extranjero - me dijo apenado - qué bien, ¿no?

Sí, es genial - le respondí con una muy triste sonrisa.

¿Quieres ir? - me preguntó mirándome a los ojos.

No - le contesté tragando saliva.

¿Y por qué vas? - me preguntó acercándose más a mí.

Porque ahora mismo tampoco quiero quedarme aquí - le contesté poniéndome serio.

Estás muy mono cuando intentas disimular tus nervios - dijo acercándose mucho más a mí.

Y tú estás más guapo cuando te ves tan seguro - le contesté acercándome a él hasta que noté su respiración sobre mis labios.

DivididoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora