Dividido

17. Yo no lo estoy para contárselo

¿Y por qué estás estudiando aquí entonces? - pregunté

Eso no es asunto tuyo - me respondió torciendo su cara hacia otro lado para evitar que nuestras miradas se cruzasen. - Vete a casa. Riccardo. No quiero seguir hablando contigo.

No me voy a ir sin una respuesta. - dije muy serio y decidido.

Pues ya puedes esperar - diciendo esto, se fue. Entró en la residencia, y no dude en seguirle. Llegó a su cuarto y fui corriendo tras él para conseguir parar la puerta antes de que se cerrase por completo.

Te he dicho que te vayas - dijo sin mirarme.

Y yo que no me iré - respondí cerrando la puerta de su cuarto.

Haz lo que quieras - dijo quitándose la camiseta del uniforme del equipo de fútbol y poniéndose una que parecía de pijama. - yo tengo que estudiar así que si planeas quedarte ahí, que sea en silencio.

Me senté en su cama mirándole fijamente mientras el se sentaba frente a su escritorio y saca sus libros para estudiar.

Se puso a estudiar y yo observé cada rincón de su dormitorio hasta que mi mirada cayó sobre una carpeta marrón con algo escrito. 

¿Hospital de Inazuma? - dije nervioso - no estarás aquí por eso, ¿verdad? - me levanté de su cama -  ¡Contéstame!

Sin mirarme ni girarse, Terry dijo - Fuera de aquí, ya.

En silencio, cogí mi chaqueta y me fui a casa.

Por el camino un montón de cosas vinieron a mi cabeza, todas malas. No era capaz de pensar en nada positivo. Llegué a casa y me fui a mi cuarto tras saludar a mis padres. Me tumbé sobre la cama mirando al techo mientras las horas pasaban. No cené, tampoco estudié. Simplemente pensé.

Pensé en todo lo que lleva tanto tiempo ocurriendo. De un año para otro hemos destruido el sector quinto, viajado en el tiempo, ido al espacio para salvar la tierra. Y ahora, por si no fuera poco mis hormonas adolescentes se revolucionan y me gustan 2 personas a la vez. Es cierto que con Gabi es todo genial, me transmite paz, me reconforta y anima cuanto puede. Gabi es maravilloso en todos los aspectos que se me ocurren... Pero mi relación con Terry es distinta, y también me gusta, es una relación más movida, más violenta... Más excitante, esa es la palabra que busco. Aquí no se enfrentan 2 personas, esto es una batalla entre calma y excitación. ¿Qué puede hacerme más bien? Realmente no lo se, pero Terry tiene razón, estoy dejando que la situación se arregle sola, siempre lo he hecho....

Seguí un rato más pensando en todo, hasta que conseguí dormirme. A la mañana siguiente me levanté algo justo para llegar al instituto, pero aún así llegué a tiempo. Pasaron las horas, me pareció una eternidad. Odio los lunes, soy como el gato ese naranja de la tele al que le gusta tanto la pasta o algo así, no recuerdo su nombre. Qué desastre soy....

Llegó el último timbre del día y nos despedimos de la profesora, tras esto cogí mis cosas y me acerqué rápido a Terry antes de que se fuera. - ¡Espera, Terry! - le dije corriendo a la puerta del aula - En 10 minutos estate frente a la antigua sede del club de fútbol - sonreí - es importante.

Terry asintió y siguió su camino, yo entre de nuevo al aula a decirle a mis compañeros que llegaría tarde al entrenamiento y que avisasen por favor al entrenador Evans. No insistieron mucho en saber que ocurría, pero Gabi me miró extrañado, no era normal que yo llegase tarde a ningún entrenamiento, yo le sonreí para que no se preocupase, y aunque me devolvió la sonrisa no le noté muy convencido.

No le di más importancia al asunto y me fui a la sede vieja del equipo y me senté frente a la puerta para esperar a Terry.

Perdona por tardar - dijo Terry acercándose a mi - la señorita Hills me llamó a la sala de profesores para entregarme unos papeles.

Siento lo de ayer - dije levantándome del suelo.

No le des importancia, Riccardo. - respondió sonriéndome - todo está bien.

¿Puedo preguntarte que era esa carpeta? - dije mirando hacia el suelo.

Es mi madre - contestó - si la trasladaban al hospital de Inazuma podrían operarla, ya que en nuestra ciudad la operación tenía un coste mucho mayor de lo que podíamos permitirnos.

¿Es grave? - dije.

Si se opera pronto todo estará bien - me contestó - si hubiéramos esperado más puede que no hubiese habido solución alguna.

Lo siento mucho - dije mirándole compasivo.

Ey, todo está bien -  me dijo sonriendo.

No lo pude evitar, me acerqué a él agarrándole del brazo y le besé. Le besé durante unos minutos y de una forma que jamás había hecho, era un beso profundo y apasionado.

Me separé de él, y sin decir nada me fui de allí.

NARRA TERRY

Me ha besado y se ha ido así por las buenas - dije en voz baja.

De detrás de la caseta del club, salió Falco dirigiéndose a mí. - ¿Por qué no le has dicho la verdad? Está listo para saberlo. - me dijo.

Falco - respondí - puede que él este listo para saberlo, pero yo no lo estoy para contárselo.