— Es solo una leyenda. Pero eso de que mató a tantas personas y causó tantos destrozos...— La de cabello bicolor dejó escapar un suspiro, sin despegar su vista de la luna y sin dejar de aferrarse a la manta que cubría su cuerpo y el de su compañero, con el cual había tomado cierta distancia.— Me da miedo pensar si realmente existiera...
— Nada te dice que no lo hizo. Pero... ¿Qué importa? Es una leyenda de hace miles de años... Kibutsuji Muzan ha de estar más que muerto.— Trató de calmarla el joven de vendas. No se atrevía a acercarse de nuevo como antes, así que mantuvo cierta distancia con Kagome.
— Yo no estaría tan segura...— Chasqueó la lengua. Parecía que algo le estaba molestado. No obstante, Obanai no le dejó pensar mucho.
— Por cierto, ¿cómo conociste a Kaburamaru?— Preguntó de repente. Ella pareció confusa, y algo desconcertada observó a su acompañante. Creía haber oído mal.
— ¿Qué dijiste?— Preguntó. Él rio y volvió a hablar.
— ¿Cómo conociste a Kaburamaru?— Ella suspiró.
— Bien...— Dijo. Sin embargo, debería modificar su recuerdo porque incluso a día de hoy, ella...
❁
Paseaba por el jardín del orfanato. Hacía unas horas había estado leyendo en la biblioteca, pero le había entrado sueño y había decidido salir a tomar algo de aire fresco.
Todos sus compañeros jugaban animados, eso no excluía a Iguro, no obstante, a diferencia del resto, no estaba nada animado. Pese a eso, ninguno notó su presencia, así que decidió desaparecer antes de que así fuera.
No quería que la pillaran y la obligaran a jugar a cualquiera de los juegos que tuvieran. Ella debía hablar con su meinu porque decía que tenía algo que contarle.
Meinu... Meinu. Nadie sabría qué es si se lo dicen. No obstante, ella sí lo sabía, ya que había tenido que tratar con esa salvaje desde que tenía memoria. Meinu era la raza de su familiar. Estos eran muy variados, algunos pueden ser incluso humanos. Estos seres son bastante conocidos ya que es completamente normal que todos los humanos tengan uno, pero a ella le habían prohibido hablar de ellos con sus compañeros (aunque no sabía por qué).
— Te están engañando, Kanroji.— Había escuchado la grave voz de la meinu quien descansaba en su interior para no ser descubierta. Seguidamente oyó su risa y vio cómo se colocaba a su lado.— ¿No vas a hacer nada?
— ¿Y qué puedo hacer?— Preguntó toscamente. La contraria chasqueó la lengua, Kanroji no era de las que hablaba así de mal en cualquier ocasión.
— Encuentra una forma de huir...— No pudo pensar en otra cosa. Pero, era lógico, ¿no? Escapar de esa pesadilla era tan fácil como salir del orfanato. No obstante, la de cabello bicolor soltó un suspiro pesado. Se notaba decaída.
— ¿Por qué... No lo evitaste aquel día?— Zugaikotsu, nombre de su meinu, se calló a sí misma durante un instante, que para Mitsuri fue eterno.
— No pude. Entre ellos, hubo una voz... Dominante. No pude hacer nada contra esas personas por esa maldita voz.— Kanroji frunció el ceño confundida y escondió su rostro entre sus manos. Estaba tan frustrada que quería gritar, pero debía ahogar su grito si no quería ser descubierta. No podía ser una descuidada.
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Niwa ➳ ObaMitsu (Cancelada)
FanfictionLa guerra había terminado cuando el último pétalo había caído. Cuando la última rosa había sido pisoteada y maltratada, el caos se detuvo. Miles de personas habían muerto. Cientos de niños habían perdido el rumbo y habían desaparecido. El fin del ca...