— No comprendo ese odio que me tienes. Nunca te hice nada directamente.— Comentó Douma mientras observaba como la joven escribía rápidamente la lista de todos los ingredientes que la medicina contenía. Quería ir en cuanto antes con Shinobu, quien estaba recogiendo únicamente aquello que recordaba.
— Dañaste a mi ama, y tu querido Masaru no es un santo.— Contestó, sin despegar su mirada de la hoja en la que escribía la lista.— Ahora, cállate, me desconcentras.— El hombre chasqueó la lengua y desvió la mirada, le convenía no entablar una conversación con esa chica.
— Eso tiene cierta relación con lo que descubrimos sobre las plantas. Pero, ¿para qué quieren nuestra energía?— Inquirió Kanao, tratando de indagar más en el asunto. Mitsuri ladeó su cabeza y soltó un suspiro, se notaba algo agotada. Tsuyuri lo notó y decidió intervenir.— Será mejor que descanses un poco, Kanroji-san.— Dijo mientras se ponía en pie y se acercaba a ella. Acercó su rostro el de la contraria para poder juntar sus frentes y así tomar su temperatura.
— Kanao, estoy bien.— Dijo, tratando de restarle importancia al hecho de que se encontraba mal.
— ¿Has descansado adecuadamente durante estos días?— Kanroji chasqueó la lengua y desvió la mirada, Kanao pudo ver que su ceño estaba fruncido.
— Apenas ha podido conciliar el sueño. Ha pasado noches en vela esperando mi regreso.— Intervino Zugaikotsu, mostrándose frente a ambas jóvenes.— Me infiltré en el orfanato para observar de cerca cada detalle, y ella estuvo muy preocupada. Además de que está hasta arriba de trabajo y está frustrada por el tema de Iguro Obanai.— Mitsuri observó molesta a su meinu, es decir, a su familiar. Estaba revelando secretos que se supone que quedarían entre ellas, pero que ella no parecía muy dispuesta a guardar. Sin embargo, decidió no callarla, queriendo ver en qué desembocaría esa conversación.
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Niwa ➳ ObaMitsu (Cancelada)
FanfictionLa guerra había terminado cuando el último pétalo había caído. Cuando la última rosa había sido pisoteada y maltratada, el caos se detuvo. Miles de personas habían muerto. Cientos de niños habían perdido el rumbo y habían desaparecido. El fin del ca...