La guerra había terminado cuando el último pétalo había caído. Cuando la última rosa había sido pisoteada y maltratada, el caos se detuvo.
Miles de personas habían muerto. Cientos de niños habían perdido el rumbo y habían desaparecido. El fin del ca...
Cada mañana, mientras realizaba su típica rutina, no podía evitar recordar el motivo por el cual estaba ahí. Las condiciones bajo las que estaba y la estrictas reglas que en secreto debía seguir.
Gracias a Ubuyashiki Kagaya y su gran corazón había podido salir de aquel horrible lugar sin tener que tener necesariamente a un humano que lo acompañara. Su “hermana” pudo ir junto a él, pero ella sí debía cumplir con aquel requisito. Vieron a Ume la más adecuada para ello, ya que formaba parte de la organización y necesitaban una forma de comunicarse con el exterior de una manera fácil. Era la forma más sencilla de pasar información.
Pero esas últimas semanas había sido prácticamente imposible contactar con ella y con su hermano, por eso ambos habían estado algo asustados. Se supone que los familiares podían contactar con sus amos incluso si estos estaba en la otra punta del mundo, y viceversa, debido a que el contrato que creó sus lazos era muy fuerte.
— ¿Alguno me puede explicar dónde han estado? ¡Estábamos desesperados!— Nezuko había perdido la calma. A Tanjiro no le extrañó, y aunque el ambiente comenzaba a volverse algo tenso, decidió quedarse atrás en completo silencio.
— Nosotros... Fuimos al valle del fin del mundo.— Ume desvió la mirada, nerviosa.
Silencio... Silencio. Y, para terminar de romper toda la tensión, un fuerte grito por parte de Nezuko. (Tanjiro también estaba muy sorprendido, pero no era para gritar).
— ¡Shhhh, guarda silencio!— Ume la mandó a callar, colocando una mano sobre su boca para que dejara de gritar.— ¡Nos van a descubrir!— Trataba de no alzar mucho su tono de voz, ya que era gritona por naturaleza. Pero, debía ser seria por una vez y controlarse.
— ¿P-Por qué...? ¿Por qué fuisteis a tal sitio?— Gyutaro decidió hablar por su hermana, ya que sentía que si esta hablaba acabaría metiendo la pata.
— Órdenes de Ubuyashiki-sama.— Comentó mientras se acercaba a ambos hermanos y les extendía ambas manos.— Dejad que comparta mis recuerdos con vosotros. Os mostraré el por qué nos envió.— Pidió. Los Kamado lo observaron en silencio antes de tomar su mano.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Era un lugar bastante curioso. Se parecía al mundo espiritual, Tanjiro supuso que era porque El valle del final era también conocido como La puerta al otro mundo.
Él había cruzado por ahí incontables veces. Cuando te convertidas oficialmente en el familiar de un humano, debes cruzar por allí y luego eres enviado directamente con tu supuesto amo o ama. Pero supuestamente aquel era un lugar inaccesible para un ser humano normal, por lo que imaginó que los hermanos hicieron algo muy arriesgado para cruzar.
— Mira esto.— Dirigió su mirada al lugar del que provenía aquella voz. Vio a Ume en cuclillas frente a unas flores de un azul brillante que destacaban más que las demás. Ah, en el orfanato también había.
