Capitulo 3

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-Entonces ¿como la conociste?- volvió a preguntar Antonia al ver que la ojimarron no se inmutaba, Daniela estaba tan metida en sus propios pensamientos que las palabras no salían de su boca

*FlashBack*

Los señores Calle se bajaron del
auto seguido por su hija quien no
dejaba de tararear la canción que
venia puesta en el auto, el chofer del
auto cerro la puerta y se paro a un lado con las manos detrás de su espalda y Daniela le lanzó una divertida mirada, Mario, su chofer siempre se mantenía firme y con la mirada al frente a la disposición de la familia, pero lo que no sabían los señores Calle era que mas de una vez Daniela lo había encontrado dormido en el auto en horas de trabajo y que muchas veces lo había usado sin permiso para uso propio.

- Daniela quiero que estés atenta a
todo lo que digamos y solo opines si
tu comentario crees que es acertado
o inteligente- le dijo Germán con
un semblante serio e impaciente
cuando se detuvieron en el Lobby
del restaurante- estas son personas
muy importantes y no quiero que su primera impresión sea que tengo una hija tonta y que no entiende de negocios

-Si padre entendí, solo abrir la boca para adularlos y decir que son personas increíbles-

-No estoy para juegos-dijo el hombre algo enojado

- German por favor relájate estas actuando como un verdadero cretino - el hombre aspiro fuertemente y relajo sus facciones

-Estoy algo presionado por esto-dijo excusándose

-Lo sabemos pero si no te calmas prefiero decirle a Mario que me lleve a casa-

El hombre asintió y se relajó, las reuniones de trabajo lo sacaban de quicio, era dueño de un banco y casi a diario vivía de reuniones en reuniones sin embargo no se le daban, el era mas un hombre callado y reservado que prefería decir solo lo justo y necesario pero desde que heredó el negocio familiar tuvo que hacer un esfuerzo monumental para llevar las riendas del lugar.

Daniela llego a la mesa donde ya estaban esperando los empresarios canadienses y los saludo cortésmente, estuvieron varios minutos preguntando cosas superficiales como que tan cansado estaban los hombres por el viaje o si fue cómodo, Lauren río internamente al pensar que su padre preguntaba tonterías al estar nerviosos, su viaje tuvo que haber sido fabulosos si viajaron en primera clase, no esperaron en líneas ni bajaron equipajes, ellos simplemente siempre tienen privilegios.

-Entonces Daniela, ¿Estas estudiando?- preguntó el hombre de cabello gris sin embargo no parecía tan viejo

-Si mi hija esta estudiando administración de empresas y luego negocios internacionales, es una de las primeras de su clase y estamos orgullosos de ella-parloteo Germán apresuradamente ganándose unas miradas extrañas de los canadienses

Daniela río por lo bajo y sonrío, alguien se acercaba por su espalda.

-Buenas noches, hoy voy a ser su camarera- dijo la chica con tono cortes- ¿quieren algo de beber antes de ordenar?

Daniela miro el perfil de la chica y le pareció realmente linda

-Si por favor traiganos una botella de vino blanco por ahora- pidió uno de los canadienses que Daniela a duras penas recordaba sus nombres cuando estemos para ordenar se lo haremos saber

Calle vio a la castaña alejarse y le sonrió ganándose una de vuelta, no estaba segura de si era por cortesía o porque realmente la mesera quería hacerlo

La llegada de AntoniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora