Capitulo 21

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- Quiero que te muestres tranquila y serena, no conozco a su abogado pero si te tienta no quiero que caigas en sus provocaciones, tienes que mantener tu postura, mientras ellos no saquen el tema a relucir tu tampoco¿Entendido? - pregunto su abogado, Daniela solo asintió con la cabeza soltando un sonoro suspiro, finalmente era el día del juicio luego de varios días de tortura psicólogica el día había llegado. Había ensayado con su abogado todo lo que tenía que decir o hacer frente al juez, aquello le parecía un poco ruin de su parte pero su principal objetivo era estar cerca de su hija otra vez.

- Trataremos que tengas los mismos derechos que tiene Poché sobre Antonia - dijo el abogado seguro de sí - ese será nuestro objetivo principal

- Está bien - respondio Daniela respirando profundo - necesito ir al baño - su nerviosismo empezaba a afectarle

- Relájate Daniela - le dijo el hombre tratando de lograr algo - todo va a salir bien - la castaña asintió fungiendo estar convencida y luego simplemente camino hacia el baño sin darle importancia a lo que decía

La vida está llena de casualidades o simplemente ya está escrito aún antes de vivirlo, no sabia cual de aquellas podía ser pero de lo que estaba segura era que no estaba preparada para vivir algo como aquello, apenas entro en el baño una de las puertas que daban acceso a los sanitarios se abría dejando salir a una peli azul que conocía muy bien. Daniela se quedó muda mirándola fijamente sin perder ningún detalle de ella, no sabe cuantos minutos pasaron hasta que Poché noto la presencia de la castaña, ambas se miraron en silencio hasta que Daniela se decidió a hablar.

- Hola Poché- dijo con la voz entrecortada por los nervios- ¿Podemos hablar?- había estado buscándola con la mirada desde que habían llegado a los juzgados y no había tenido éxito, ahora que la tenía enfrente sus nervios eran quien le estaba jugando una mala pasada.

- No tengo nada que hablar contigo - dijo firme la más pequeña sin embargo Daniela la conocía bien y vio como desviaba su mirada al hablar, aquello siempre lo hacía cuando decía mentiras o estaba nerviosa, la peli azul comenzó a caminar hacia la puerta pero Calle fue más rápida poniéndose frente a ella evitando que saliera - puedes quitarte

- No - dijo la castaña rotundamente

- Dani quítate - la castaña sonrió al escuchar su nombre

- ¿Cómo está Antonia?- pregunto

- Perfectamente bien, ya está conmigo - dijo provocando la - soy su madre así que no puede ir mejor

- Yo también soy su madre - Poché lo había conseguido con solo una oración, Daniela estaba enojada o frustrada, ni sabía cuál era pero debía dejar en claro que también era su madre, Poché rio falsamente

- ¿Su madre? - Poché está vez la miro fijamente mientras hablaba - ¿Cuánto tiempo la tuviste? ¿Cuatro, cinco meses? - la peli azul negó mientras reía -  no querías que existiera y ahora dices ser su madre

- Puedo explicártelo - respondió desesperadamente

- No necesito escucharte, se lo suficiente - dijo bajando la mirada

- ¿Cómo lo supiste? - pregunto desconcertada

- No es importante ahora- dijo decidida a salir de ahí, gracias al cielo nadie se había presentado a ese lugar pese a que era el único baño de todo el juzgado

- Se que cometí un error, pero por favor permíteme ver a Antonia - le pidió quebrándose - no puedo perderla a ella, no podría vivir con eso, suficiente con no tenerte a ti en mi vida, no puedo perderla a ella también

Poché la miro durante algunos segundos sin poder gesticular palabra alguna, sabía que la castaña estaba siendo sincera y algo dentro de ella se removió prefirió salir a toda costa del lugar y no responder.
Daniela se quedó ahí sin poder asimilar lo que acababa de pasar, aquella no era su Poché, ella había destruido a la joven risueña e inocente chica que veía todo positivamente, se tuvo que lavar la cara con agua fría para así poder calmarse, al parecer la morena sabía todo y si era así llevaba todas las de perder.

La llegada de AntoniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora