Capitulo 2

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Daniela seguía intentando que la
pequeña entrará en confianza pero sus intentos eran en vano, el ambiente en la cafetería seguía siendo el mismo.
Antonia no había pronunciado una sola palabra ni si quiera cuando la ojimarron le pregunto que se le apetecía para desayunar, la niña de grandes ojos marrones simplemente la miro fijamente para luego alzar sus hombros al aire dandole a entender que no tenía idea.

El viaje en auto tampoco había sido
diferente, la niña simplemente se
sentó en el asiento trasero en silencio
con la ayuda de Daniela y se colocó el
cinturón, el resto del camino solo se
dedicó a mirar por la ventana.

Daniela suspiro casi frustrada, si debía ser sincera jamás había tratado con niños, ni si quiera tenía sobrinos
y no tenía la menor idea de como
tratar con ellos.

La ojimarron llevo su mano a sus
cabellos y los llevo hacia atrás con una de sus manos mientras respiraba y se daba tiempo de pensar en que hacer.

Una joven de cabello castaño y una
enorme sonrisa se acercó a ellas con
una pequeña libreta en su mano

-Buenos días, bienvenidas a iHop -
dijo con voz alegre- ¿Están listas
para ordenar?

Daniela miro de reojo a Antonia que ni si quiera había tocado el mantel infantil que le habían dado apenas entraron junto a unos crayones para que jugara

-Un café negro por favor y un menú
infantil para ella-

-¿Pequeña quieres Waffles o Pancakes?- preguntó la joven inclinándose hacia Antonia que la miro detenidamente

-Waffles- dijo al fin sintiéndose casi
acorralada para responder

-Perfecto, ese viene con jugo de
manzana y frutas picadas ¿estas
bien con eso?-

La niña asintió y la joven se fue sin
mas, Daniela respiro una vez mas y
se dio ánimos para hablar, si todo era
cierto la pequeña que tenía en frente era una parte de ella, era su hija. Pero ¿Que preguntarle a una niña que jamás había visto en su vida y que ahora debía ser lo mas importarte que alguien tiene?

-¿Te gustan los Waffles?- preguntó la ojimarron al fin pero lo único que recibió a cambio fue un levantamiento de hombros sin interés alguno, Daniela sabia que aquella pequeña estaba lastimada emocionalmente y no la culpaba por ello, no tener a tu madre alado y comenzar a vivir con extraños a cada momento no debía ser la mejor sensación- sabes a Poché le gustan mas los Pancakes con pequeños trozos de bananas sobre ellos

Y eso fue el detonante que necesito la pequeña para que en sus ojos se reflejará una chispa de interés y prestara verdadera atención a la castaña.

-¿De verdad conoces a mamá?- preguntó

-Si-respondió Calle al tiempo que asentía con la cabeza encantada de hacer que la pequeña hablase

-¿Por qué jamás te había visto?-
cuestionó la niña confundida

-Bueno.... a veces los adultos no hacen
la cosas bien y eso trae consecuencias-
dijo suave- creo que eso fue lo que
sucedió entre Poché y yo

La niña la miro unos segundos
mas y luego simplemente se quedo
en silencio.

La camarera llego con los platos a la
mesa y luego se marco diciendo que si
necesitaban algo no duden en llamarla.

-¿Sucede algo?-preguntó llevándose la
taza de café a los labios para tomar un
trago, la niña solo negó con la cabeza-
¿Acaso no piensas comer?

-No quiero- dijo la niña encaprichada

Daniela estaba acostumbrada a
negociar y hacer tratos muy a menudo pero esto era diferente sin embargo ninguna hija suya iba a salirse con la suya con caprichos o huelgas de hambre. ¿Acaso había dicho hija? Al final había
la posibilidad de que lo sea y de ser
así no tenía problema alguno con ello,
aunque aún no había digerido bien
la noticia estaba un poco feliz en el
fondo, esa pequeña era suya, parte de
ella y de Poché.

-Si no quieres comer esta bien- dijo
tranquila como si no importara- no
lo hagas, pero entonces no te daré la
sorpresa que tengo para ti

La niña abrió sus enormes ojos
sorprendida

-¿Que sorpresa?

-Es sorpresa- refutó- no puedo decírtelo

-¿Vas a llevarme a ver a mamá
Poché?- preguntó esperanzada lo que
hizo encoger el corazón de Daniela,
Antonia de verdad debía estarla pasando mal sin ver a su madre

-No se si puedas visitarla en el lugar
que esta, no es un lugar para niños-
dijo suavemente

-Ya he estado en el hospital- respondió cruzándose de brazos- Ya se que ella
esta ahí y se que esta dormida y no
puede despertar aun

-¿De verdad quieres ir a verla?- la niña asintió enérgicamente- Esta bien pero antes debo hablar con varias personas para ver si puedes ir y también necesito la dirección del lugar

-No me llevaras ¿cierto?-preguntó
desanimada Antonia

-Prometo que lo haré-dijo sin
estar segura

-Mamá Poché dice que las
promesas no se rompen- dijo la niña
entrecerrado los ojos- así que no me
puedes mentir, ni cruzar tus dedos
detrás de tu espalda porque no vale

Daniela río ante la actitud de la
pequeña y levanto ambas manos
al aire demostrándole que hablaba
enserio.

Para su sorpresa Antonia se levanto de su silla y se colocó a su lado, Daniela hizo hacia atrás su silla para ponerse frente a ella y antes de si quiera darse cuenta tenía aquellos pequeños brazos abrazándola y su pequeña cabeza recostada sobre su pecho

-Muchas gracias señora Calle- dijo
suavemente

Una extraña sensación de nostalgia y
alegría envolvió a Daniela haciendo
que le devolviera el abrazo a Antonia,
sintió que sus ojos picaban ligeramente como si las lagrimas se estuvieran peleando por salir, tomo una gran bocanada de aire y se calmo, era mucho por un día.

La pequeña se alejó de ella y enseguida devoro sus Waffles casi atragantándose en el proceso, Calle se reía al ver a la pequeña comer, al final si tenía mucha hambre pero si simplemente estaba tan encaprichada que prefería no comer.

La ojimarron pensó que después de eso Antonia cambiaría de actitud y tendría más confianza con ella pero no fue así, la pequeña por momentos volvía a encerrarse en su mundo y a quedarse callada por largos periodos.

Pasaron el resto del día comprando
cosas básicas que la niña necesitaría,
ropa, zapatos, artículos personales y un divertido cepillo de dientes que tenía una pegajosa canción que sonaba cada vez que lo usaban.

Cuando compraban la ropa casi
volvieron un caos el lugar, Daniela
no sabia que elegir para Antonia y esta simplemente daba vueltas por el
lugar sin dejarse probar nada, al final
una de las dependientas ayudo a
Calle a elegir la ropa y la talla de la
pequeña que para sus cinco años ya
usaba la talla seis y al parecer pronto
seria una mas.

-¿Te gusto la ropa que compramos?-
preguntó la ojimarron mientras se
llevaba una cucharada de yogurt
helado a la boca

-Si- dijo alegre con su cara embarrada
de blanco por el yogurt- gracias

-No es nada- dijo Calle sonriéndole -
¿quieres que vayamos a casa? así
tomas un baño

-Esta bien- respondió la pequeña- pero antes quiero preguntar algo

-Adelante- dijo Calle dejando la cuchara dentro del vaso de cartón color rosado para prestarle toda su atención- pregunta lo que quieras

-¿Como conociste a mamá Poché?-.....





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Voten y apoyen la historia, agradecemos a la autora original por tan maravillosa historia <3

La llegada de AntoniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora