Tu luna corre peligro, Mean

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─ Vaya, vaya, pero si es el alfa de alfas, puedo preguntar, ¿que haces aquí? 

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─ Vaya, vaya, pero si es el alfa de alfas, puedo preguntar, ¿que haces aquí? 

Singto lo veía de forma burlona, mientras estaba cruzado de piernas, en una pose muy casual y despreocupada, todo lo opuesto a Mean.

Sus ojos parecían estar mas vacíos, su rostro ya no portaba aquel brillo, era como si todo la felicidad por haber encontrado a su mate hubiera desaparecido.

¿Que había pasado?

─ Puedes ahorrarte la saliva Singto, creo que sabes bien a lo que vine

─ Si sabes que lo que pides no es nada sencillo, ¿cierto?

─ Estoy bastante consciente de ello, pero aun así no cambiaré mi decisión, una manada me necesita

─ Siempre tan justiciero Mean, aunque por lo que veo, la diosa luna no fue justa contigo, ¿me equivoco?

Eso dio justo en la espina del dolor, Mean se vio obligado a morder su mejilla para no llorar, creyó que podía hacerlo, pero ese mocoso había logrado doblegarlo.

─ ¿Me vas a ayudar o no? A diferencia de ti, yo no tengo todo el tiempo del mundo en mi poder

─ Controlas el tiempo y lo controlarás todo Phiravich ─el de tez morena se levantó y camino hasta el lobo ─ Aun no hemos hablado de lo "importante"

Singto se recargo en su escritorio y alzó una ceja divertida, Mean sabía perfectamente a lo que el brujo se estaba refiriendo, tomó la pequeña bolsa negra y se la entrego a Prachaya.

Este la abrió y al ver su contenido, sonrió de manera amplia, la cerró para después depositarla en su escritorio y girarse para ver al alfa.

─ Por eso me encanta hacer negocios contigo Phiravich ─alagó el brujo ─ Sigueme

Y el de tez morena guió el camino, salieron de la oficina y se adentraron al elevador de Singto, en el trayecto, el brujo pudo apreciar que detrás de toda esa frialdad y determinación por cumplir con su promesa, había tristeza y una pizca de insuficiencia.

Eso último logró sorprender mucho a Prachaya, después de todo, esta no era la primera vez que hablaban de negocios, pero si la primero en donde el gran Mean Phiravich dudaba de él mismo.

No sabía a que se debía eso, pero algo le advertía que era su mate.

Sin duda, los compañeros solo son un estorbo

Las puertas del transporte vertical se abrieron y ambos hombres salieron de este, pasaron a través de la sala hasta llegar a una puerta que se mantenía oculta detrás de un librero enorme que cubría toda la pared.

─ "Et pro aperire fores sapientiae cognoscere viam suam" *

Capricho Erróneo ➡ MeanPlanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora