─ De acuerdo, quiero que Rafael y tu preparen todas las cosas para el juicio de Atsushi
─ ¿Vas a querer que las chicas participen en el caso? ─cuestiono su asistente con una ceja alzada
─ Por supue... ¡Arg! ¡Mierda!
Mean se sostuvo del escritorio con fuerza, una mano se fue directo a su cabeza, Tong se preocupó al ver esto y enseguida corrió al lado de su alfa.
─ Hey Mean, ¡¿que te pasa?!
Pero Phiravich no contestó, la cabeza le daba demasiadas vueltas como para hacerlo, sintió un sudor frío bajarle la espalda y de pronto, escuchó algo que le hizo helar la sangre.
¡Mean! ¡Ayudame!
Era la voz de Plan, de su luna.
Tan repentino como todo sucedió, todo acabo, pero la sensación de mareo aun seguía ahí y parecía que se negaba a ir.
Mean levantó la mirada y vio el semblante angustiado de Tong, pero su mente seguía tratando de salir de ese estado de shock.
La marca de protección que le hizo a su mate cuando se fundieron en uno solo le estaba advirtiendo sobre Plan.
─ Esta en peligro ─soltó de repente, haciendo que Tong lo mirara mas que confundido
─ ¿En peligro? ¿Quien?
─ Mi luna Tong, ¡Plan esta en peligro! ─lo ultimo lo había dicho en un tono mas alto, dandose cuenta de la realidad
Como alma que lleva el diablo, Mean tomó sus llaves y salió disparado del despacho, con la voz de su asistente detrás.
Todos los sonidos parecían ser tan lejanos a los oídos súper desarrollados del alfa, su corazón bombeaba de forma rápida mientras que su lobo lo apuraba.
Ignoro todas las miradas que los de su manada le dirigían y se montó en su auto, arrancando a los pocos segundos y partiendo a toda velocidad de la mansión.
Algunos se habían quedado en la entrada viendo las luces del coche hasta que se desvanecieron de la vista, Tong había visto todo desde la ventana del despacho y su pecho se inquieto.
─ Mas te vale no llegar tarde Mean ─susurró en un tono de advertencia antes de salir del cuarto
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Capricho Erróneo ➡ MeanPlan
FanfictionSegundo libro de la Saga Inmortal ─ "Sus labios rosados abultados, sus ojos oscuros incitándome a cometer el peor pecado solo para obtenerlo, para poder llamarlo mío y su suave piel bajo las yemas de mis dedos, junto ese aroma tan atrayente que me e...