Segundo libro de la Saga Inmortal
─ "Sus labios rosados abultados, sus ojos oscuros incitándome a cometer el peor pecado solo para obtenerlo, para poder llamarlo mío y su suave piel bajo las yemas de mis dedos, junto ese aroma tan atrayente que me e...
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─ No vas a terminar de insistir hasta que te deje ir, ¿cierto?
Tong suspiraba rendido, sintiendo un dolor de cabeza invadirle de pronto, veía como su Alfa estaba sentado a la orilla de la camilla, con una camisa abierta colgando en sus hombros y ropa interior.
Ya habían hablado de esto, o bueno, mas bien Tong trató de hacer al castaño entrar en razón y que permaneciera un poco mas en el hospital, no obstante, este solo le dedicó una mirada tajante que claramente decía: "Saldré de aquí te guste o no".
Thanayut podía entender la urgencia que sentía el lobo por marcharse lo antes posible, debía de orquestar una busqueda para encontrar el paradero de Plan y rescatarlo, los motivos de Amara nunca fueron claros, siendo eso la causa de su preocupación.
No sabía lo que tramaba, por lo tanto no sabía que sucedía con Rathavit.
─ Exacto, ya he perdido suficiente tiempo aquí, no puedo seguir perdiendo mas, no cuando mi luna esta en manos de esa zorra
─ Mean, acabas de salir de una cirugía y tuviste 3 ataques al corazón casi fulminantes, insisto en que te quedes unas horas mas
─ Sabes bien que no puedo-
─ Lamento mi interrupción ─Singto abrió la puerta e irrumpió casualmente en la habitación, besando la mejilla de Tong ─ Pero tus invitados están aquí, Mean
─ Ellos en verdad conocen el concepto de puntualidad ─murmuró el castaña terminando de abotonar su camisa y procedió a ponerse su pantalón ─ Diles que pasen
Singto aguardó un poco mas, hasta que Mean se subió el cierre, para luego salir de la habitación y llamar a los 3 chicos que habían respondido al llamado del Alfa, la interrogativa presente en sus rostros a medida que cruzaban el pasillo hasta entrar.
─ Mean, escuchamos lo que te pasó, dijeron que estabas entre la vida y la muerte ─mencionó Liana con unos ojos dulces y suaves, mas precavidos ante el brujo
Había esa cierta tensión entre Singto y Valentini, quizás por el hecho de sus aromas, Prachaya se incomodaba al olor fuerte de poseía la extranjera debido a que su pareja la marcó con un hechizo poderoso, lo que alejaba a cualquier ser sobrenatural de ella.
Sin embargo, hubo un ligero cambio en la azabache, una tenue pero presente energía provenía de ella y los ojos del moreno inmediatamente se fijaron en el vientre de la menor, sonriendo al comprender la razón de aquel detalle.
Liana ya cargaba en su interior a los próximos príncipes del inframundo.
─ Estoy mejor ahora, gracias Liana
─ Pues pareces mas que mejor luego de haber pasado por 3 infartos y una cirugía de 4 horas y media ─Saint comentó, recargándose en la pared apartado del resto ─ Los lobos en verdad tienen buen aguante
