Rain

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El cielo estaba teñido con un manto grisáceo, que aunque para muchos podía trasmitir un sentir pesado o de aburrimiento, a él le generaba un montón de paz un color tan monótono como lo era el gris.

Quizá era porque ese color le recordaba él hasta cierto punto, porque se sentía tan vacío y sin mucho que dar como ese color.

Mientras presenciaba las finas gotas de lluvia caer una y otra vez en perfecto contraste con el ambiente que presenciaba, inhaló y exhaló profundamente un poco de ese aire y aroma a tierra fértil y mojada combinado con esos toques de tranquilidad.

Puede que muchos creyeran que al ser el mayor siervo del Rey P no tuviera sentimientos, ó que mucho menos pudiera disfrutar de cosas tan simples como una tranquila llovizna, pero eso no era cierto. A él, el tan temido y repudiado comandante, le gustaba mucho la lluvia junto con otros placeres pequeños de la vida, aún sabiendo que él no parecía tener una tomando en cuenta que absolutamente todo de él era controlado.

Sus rutinas, sus comidas, sus deberes y ambiciones...

Todo de él una amalgama de horribles sentimientos y traumas que eran disipados en un chasquido con cosas como la lluvia.

Estaba en Tazmily, más en específico, en el campo de entrenamientos.

Pero claro, con la repentina caída de agua se tuvo que suspender las actividades; no quería soportar a cadetes enfermos y quejosos luego... No tenía la paciencia para ello.

Así que mientras los cadetes gozaban de su descanso dentro de la pequeña base que se había construido, él había salido para disfrutar del templado clima, resguardado y seguro bajo el techo de la ya mencionada estructura.

— Uhm...

Cerró sus ojos y se centró en gozar del grácil sonido que hacía la lluvia al caer, sintiendo a su vez una leve y algo gélida brisa chocar contra su rostro con suavidad, provocándole un pequeño escalofrío.

Poco después inclinó su rostro, saliendo de la protección del techo para así sentir algunas gotas golpear gentilmente su nariz, causándole cosquillas.

Aunque sería muy difícil de notar eso viendo que siempre portaba un semblante neutro y hasta fúnebre en ciertas ocasiones.

Pero poco después volvió original al oír la puerta de la base abrirse, y dirigió su mirada hacia esta para ver quien había interrumpido.

Sorprendido, notó que era un cadete portando en una de sus enguantadas manos un vaso lleno de lo que suponía era café, por el aroma.

Cabellos negros, ojos singularmente rojos, una cicatriz en su mejilla... Sin duda era el más inusual con respecto a su verdadero físico fuera de esas máscaras, pero no era algo que le molestase.

La diversidad pintaba al mundo con diversos tonos, aunque él no pudiera disfrutarlos todos.

El chico se le acercó, y sin decir alguna palabra le extendió con duda el líquido, y él gustosamente lo aceptó; jamás le diría que no a un buen café caliente.

Puede que no le haya agradecido con palabras, pero trató de expresarlo con su mirada. Aún no podía expresarse bien ante otros... Oh bueno...

Aunque el joven pareció entenderlo y se sonrió tímidamente, para su sorpresa, y simplemente procedió a acompañarlo y observar la lluvia caer.

Uhm... Sabía que tenía estrictamente prohibido entablar amistad o ser amable con los cadetes, pero este le generaba curiosidad... Dejaría que lo acompañase.

Por lo que así sin más ambas figuras se pusieron a admirar el paisaje, sin dirigirse ninguna palabra.

Olió el café antes de tomarlo, deleitándose con su aroma unos segundos antes de ingerirlo.

— Puede que este lloviendo en otro lugar...

Comentó el cadete, y lo miró curioso.

Le hablaba...

Mng... Oh rayos, esto le pasaba por tener pésimas habilidades sociales; no sabía que decir.

Bien hecho Claus.

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