La Décimo Quinta Hoja: Ruptura Y División

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Nieve fue todo lo que había, hasta donde lacansaba la vista, hasta donde se podía imaginar, la nieve cubría el cielo y la tierra mientras un hombre caminaba en medio del irreal y desolado paisaje, el viento corría rugiendo y golpeaba la frialdad del destino en contra suya, las huellas de sus botas se quedaron en el camino, intactas e imborrables, afirmando su paso por allí, no importo el tiempo ni lo peligroso que fuera, aun se quedaron marcadas como el cero caliente sobre la piel, y aquel hombre siguió caminando, eran los restos de una ciudad, no había edificio en pie y sólo los montículos de escombros quedaron cubiertos por la nieve, era una pequeña vivienda en medio de la destrucción, el tiempo la había corroido y no era más que las sobras de lo que alguna vez fue el hogar de una familia...

El corazón de aquel hombre se nubló en un lejano sentimiento de melancolía helada, como si hubiese pasado hace mucho tiempo, como si ya no fuera más que un recuerdo acomodado en el rincón más recóndito de su corazón, pero aún así él la miró... Y sonrió ante ella...

Aquel joven se detuvo y la observó, su mirada anhelante y sus ojos vacíos observaron el lugar con martirio mientras un sentimiento de frustración y odio lo recorrió, pero aún así el sonrió, esa sonrisa vacía acompañó su rostro mientras giraba y siguió su camino, cada paso era más largo, cada paso dejó manchas de sangre en la nieve, uno, dos, tres, cuatro, cinco...

El color rojo del sangriento lienzo en invierno cubrió una espada en medio de la nada y el líquido rojo gélido corría por su filo, su mirada cansada la observó con desdén...

Pero todavía... Volvió a sonreír al recordar esos días... No era una sonrisa de felicidad... Fue simple cinismo vacío ante aquellos lejanos días...

Era un recuerdo ajeno, eran días soleados, nublados, de lluvia, de frío, de viento, sin embargo la alegría nunca se perdió allí, era una mujer de cabello blanco y ojos rojos, además de poseer una belleza fantasmal, tanto que parecía un ada de las nieves o algún otro espíritu dotado de hermosura pura, al lado suyo había un hombre, que casi era lo contrario de la mujer, llevaba un desordenado cabello negro grisaseo y gastado, una barba algo descuidada además de sus ojos, los orbes algo cansados y nublados, la mujer era un hada de algún de luz y el hombre una criatura de la oscuridad...

Sin embargo se veían felices juntos, el hombre reía y la mujer también, fue una imagen lejana, una joven de aspecto similar corría de un lado a otro de la casa persiguiendo a algunas niñas, ellas cargaron con una belleza similar a la mujer mayor... una niña de pelo negro veía ésto riendo disimuladamente... Y también fue una imagen lejana...

Alguein trepó su espalda, sentía de alguna manera tranquilidad ante la imagen de las niñas y las mujeres del lugar, aquella persona que no fui yo reía por la mujer sobre su espalda que al parecer se negó a dejarlo ir por algún motivo, y entonces se vio al reflejo...

Era un hombre joven, de aspecto sencillo más allá de su cabello extravagante rojizo y desordenado, delgado y ligeranmente alto, parecía nervioso por alguna razón y fue obvio que el motivo era la mujer sobre él, parecía molestarlo negándose a bajar de su autoproclamado lugar en la espalda del joven mientras está hundía la cabeza pelirroja en su cofre, parecía un abrazo de algún tipo.

El joven llevaba grades ojos dorados y brillantes, que buscaban un lugar seguro al parecer, mientras la misma mujer de antes lo perseguía a él que aún tenía a la chica obstinada en us espalda, sin embargo no se sintió molesto o con temor, solo había tranquilidad en su corazón...

Y nuevamente fue como una fotografía que se alejó de sus palmas lentamente...

El mismo joven recorrió las calles de alguna ciudad siendo arrastrado por un par de niñas felices, una de cabello blanco y la otra con un extraño tono rosa en los pigmentos del mismo, una con la piel clara como la nieve y otra con la piel bronceada, sólo había tranquilidad nuevamente aún cuando empezó a escapar de algo mientras cargaba a ambas niñas en sus brazos y extrañamente una tercera colgaba de sus hombros...

Fate: Fragments of a Broken SwordDonde viven las historias. Descúbrelo ahora