"El amor es el espacio y el tiempo medido con el corazón."Marcel Proust.
Llanquihue, Región de los Lagos, Chile.
Marcos estacionó en el fondo del desolado terreno, rodeando jeep de su jefe para alcanzar el maletero y abrir la portezuela, extrayendo una gran cantidad de paquetes con el pedido que le había hecho. Las compras le habían más tiempo del previsto y con el difícil acceso al territorio, había sido una real travesía poder llegar.
Rodeó la casa a paso rápido para evitar más retraso y se sorprendió al ver la chapa de entrada sin funcionamiento. Empujó con la mano lentamente la puerta, activando el interruptor de la luz con rapidez por la inminente penumbra que el finalizar de la tarde prodigaba la estancia.
Su ceño se frunció profundamente al ver el caos que reinaba en todo el interior.
Con paso lento, se acercó a la habitación de Joel.
Estaba en completa soledad y desorden.
Recorrió una a una las habitaciones, constatando que no nadie había rastro de Joel, solo caos por todos lados.
Finalmente se acercó con paso trémulo a la habitación donde estaba Susana, y pasó por sobre la puerta derrumbada, sintiendo un trote en su pecho al visualizar la grotesca escena de manchas de sangre por el suelo habitación.
Completamente deshabitada.
Un nudo se instaló en su garganta de manera automática. Regresó sobre sus pasos y dejó los paquetes sobre la mesa del comedor, sopesando la idea de quedarse esa noche y ya al día siguiente concreta su plan.
—Te vengaré jefe —prometió con voz ronca.
Santiago, RM, Chile.Ema ingresó a la sala de interrogaciones con paso firme.
Joel levantó la mirada, dejándola caer con furia sobre la mujer que le había disparado.
—Entonces Joel, estás acusado bajo el crimen de homicidio frustrado, opresión bajo amenaza a un inocente forzándole a actuar en contra de una persona y por último pero no menos importante, la fundación de sociedades ilícita relacionadas a contrabando de drogas y armas, crimen organizado, entre otras faltas. ¿Tienes algo más que agregar?—Ema lo fulminó con su mirada.
Joel apretó la boca con fuerza.
—¿Actuaste solo con Samuel o tienes más cómplices? Cada segundo que mantienes esa boca cerrada, alargas tu condena. Dime si hay alguien más implicado antes que pierda mi paciencia—la detective ancló su mirada a los ojos del inculpado, viendo a través de ellos.
La intuición de que había una tercera persona en cuestión oprimía con fuerza su corazón.
—¡Habla maldita sea! —rugió poniéndose de pie con un ademán violento.
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Valle de Amor © Libro UNO de la Serie Amor
RomanceEl Valle de Elqui, situado en la Cuenca de Elqui es un paraíso terrenal que evoca al mismísimo Jardín de Edén. Un oasis coloreado a mano en donde la naturaleza se desborda con gracia y majestuosidad de borde a borde. Tras un extenso y extenuante pe...