Capítulo 13: Mensaje del pasado.

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― ¿Practicas magia o algo así?

Admirando la llamativa portada del grueso libro entre sus manos, Sehun preguntó con una mirada atónita hacia la castaña que seguía buscando entre la estantería de libros.

―Mi hermana es un tanto esotérica, aunque desconozco si hace magia o algo parecido. Una vez me lanzó un supuesto hechizo de protección y terminé con una gripe de los mil infiernos ―encogiéndose de hombros, sacó un libro que captó su atención y sonrió―. Bien, este es el último.

Había unos quince libros de considerable tamaño repartidos en ambas manos, desde enciclopedias de biología hasta libros de hechizos y fórmulas. Ahora entendía por qué su presencia allí, ya que sentía tanto peso en sus manos con unos cuantos que estaba más que claro que Yeonwoo no se los habría podido sola.

―Gracias por ayudarme, Hun ―suspiró con agradecimiento―, pagaré y tomaremos el autobús.

―Te acompaño a casa ―comentó con la mejor disposición del mundo, sin ninguna segunda intención y sin saber lo que su decir provocó en la chica―, dudo que puedas con todo este peso.

La vergüenza la abordó completamente y el rojo de sus mejillas fue la más clara prueba de ello. Jamás se imaginó escuchar a Sehun diciéndole que la acompañaría a casa.

―N-no es necesario, la parada del autobús queda cerca de mi ca-...

―Ya estoy aquí, Yeonwoo, y ni creas que dejaré este trabajo a medias.

Sehun sentía que estaba pagando su deuda y redimiendo culpas por ignorarla, pero a Yeonwoo realmente no le molestaba aquello, lo que volvía aquel detalle tan caballeroso de él algo sumamente significativo para ella.

Las mariposas en su estómago no podían dejar de revolotear y se sentía contenta con ese pequeño avance que estaba teniendo con Sehun.

La castaña pagó por los libros y salieron de esa tienda directo a la parada de autobuses, en todo momento mirando temerosa el grisáceo de las nubes que anunciaban una lluvia prometida para esa noche según los pronósticos de la mañana, pero que al parecer tenía intenciones de adelantarse.

Tomaron el autobús y en media hora se encontraron bajando a unas cuadras del hogar de ella. Habían estado conversando muy amenamente sobre cosas sin mucha relevancia y claramente apresurando el paso antes de que las primeras gotas cayeran.

Ambos suspiraron con alivio cuando se resguardaron bajo el pórtico de la casa de Yeonwoo y esta invitó a pasar a Sehun para dejar los libros dentro, a lo que Sehun simplemente murmuró un "permiso" al dar los primeros pasos dentro del lugar, siguiendo el de ella hasta lo que parecía ser la sala de estar.

―No sabes cuánto te agradezco por haberme ayudado, Hun ―suspiró con satisfacción una vez todos los libros fueron depositados en la mesa de centro, sintiendo sus brazos acalambrados y suponiendo que los de él estarían en el mismo estado―. Uh, ¿Quieres una taza de café o algo?

―No es nada, para eso están los amigos ―restándole importancia se encogió de hombros―, y gracias por el ofrecimiento, pero debo irme ya.

Algo que Sehun no deseaba era que Luhan se enfadara nuevamente y no apareciese por varios días, así que lo que más deseaba en ese instante era llegar lo más pronto posible a su departamento.

Decepcionada, asintió con una leve sonrisa en el rostro, sintiéndose un poco tonta por pensar que podría seguir compartiendo mucho más con Sehun esa tarde.

«Peor es nada» Se animó.

― ¡Al fin llegas, Wonnie!

Sehun pega un respingo cuando la dulce voz resuena por la sala y Yeonwoo no da más de la vergüenza cuando su hermana grita su apodo y asoma su cabeza por el marco de la puerta, iluminando todo el lugar con su amplia sonrisa.

Coffee with a demon » hunhan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora