Capítulo 5: Sentimientos contrarios.

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La mirada inquisidora de Jongin fue lo primero que se encontró en la mañana del lunes, luciendo cual niño berrinchudo a punto de hacer una rabieta.

―Buenos días, Jongin.

― ¿Algo que quieras contarme, amigo?

Sehun fingió pensar y en seguida negó, sonriendo internamente cuando el moreno rodó los ojos y gruñó como un pequeño gatito enojado.

― ¡Yah, Sehun! ¿Cómo es eso de que dejaste a Yeonwoo bailando sola por ir a besuquearte con un chico? ¿Quién era ese chico? ¿Te gustan los hombres siquiera?

Sehun rió, pero su risa se fue atenuando porque, si era sincero, su ánimo había decaído mucho desde que recibió su correo demoniaco y no tenía noticia alguna del fastidioso ser que lo acechaba.

―Era Luhan.

Jongin lo miró en silencio, analizando el nombre que el alto había soltado. No podía hablar de aquello en ese lugar, rodeado de tantas personas y con miedo a ser escuchados con respecto a algo tan íntimo.

―Después de clases iremos a tu departamento y me contarás absolutamente todo, Oh Sehun.

Sehun asintió, suspirando de paso, ya que al menos se le pasaría rápido la tarde recordando a Luhan en honor a su ausencia.

«Mierda, lo extraño» ¿Era alguna clase de síndrome de Estocolmo del más allá? Porque él sabía que debía sentir de todo menos cariño por el demonio que poseía su alma. Aunque por el simple hecho de que gracias a él seguía con vida, independiente el motivo claro de Luhan, era razonable sentir un cierto grado de cariño, pero aun así encontraba anormal el hecho de querer a un demonio cerca y añorar su compañía.








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Después de clases, el moreno se encargó de arrastrar a su amigo al departamento, ansioso por escuchar toda aquella historia sacada de novela de ángeles y demonios que a su madre alguna vez le obsesionó.

«¿Qué clase de mala parodia de Hush Hush es esta?» Pensó, esperando a que su amigo preparase su famoso café y se dignara a contarle todo con lujo de detalles.

―Y me llegó un correo detallándome las reglas que tenían los demonios y una notificación de que Luhan fue sancionado por haberse aparecido esa noche en público.

Jongin, quien se mantuvo en silencio en todo el relato de la historia, bebió de su café y dejó suavemente la taza sobre la mesa, sin dar algún indicio de lo que pasaba por su cabeza incluso si Sehun intentó leer su perturbadora expresión serena.

―No he sabido nada de Luhan desde esa noche ―suspiró Sehun, rápidamente dándose cuenta de cómo el semblante de Jongin cambió a uno sorprendido de la nada―. ¿Por qué me miras así?

―Te gusta.

Pasmado quedó el castaño cuando escuchó aquello, siquiera como una pregunta, sino como una afirmación que por nada del mundo era cierta, claro que no.

―Estamos hablando del demonio que tiene mi alma, idiota, no de un chico cualquiera que me besó y ¡Puff! Nació el amor.

―Te seré sincero, bro ―Jongin se acomodó en la silla, preparando sus palabras para no dejar que algo se malinterpretase―: tu vida pasó a ser una caja de sorpresas desde que se te ocurrió realizar ese pacto. Tú mismo me acabas de decir que en esa dichosa carta que te llegó sale claro que los pactos son para siempre, así que dime, ¿Qué tan raro sería que te llegase a gustar Luhan? Porque supongo que ya tienes más que asumido que no podrás tener alguna relación con alguien y que lo más cercano que tendrás a ello es el lazo con él.

Sehun llevó su propia taza de café a los labios, analizando cada una de las palabras de su amigo. Sonaba duro ―demasiado, a decir verdad―, pero Jongin no tenía intenciones de dañarlo, sino abrirle los ojos hacia su futuro inminente.

―Estás diciendo que sería normal que me gustase Luhan...

― ¿Qué otra opción tienes, Hun? Hasta puede ser que haya una maldición que te obligue a formar sentimientos por él o qué sé yo, pero llevar una vida normal y tener una familia será demasiado complicado hasta el punto de lo imposible.

¿Debía sentirse desolado con todo el panorama que Jongin le estaba pintando? Porque no se sentía para nada de esa manera y le confundía en demasía el conflicto con lo que pensaba.

―En la carta salía algo interesante.

― ¿Qué más? ¿Acaso puedes tener una casa de verano allá en el infierno?

―No, idiota ―rodó los ojos, haciendo reír a Jongin―. Existe una central de ayuda a humanos.

―Te juro que estoy así de hacer un pacto con un demonio de mera curiosidad.

Sehun rió y negó con la cabeza, imaginándose el desastre que serían Jongin y su desafortunado demonio.






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―Por tu buen comportamiento recibirás cinco llamitas en tu hoja de vida, así que en tu próxima sanción puedes utilizarlas para disminuir en un día tu sanción.

Luhan salió de la jaula y miró con gracia al supervisor del centro de castigos.

―Genial, me siento maldecido.

―Espero no verte de nuevo por aquí, Luhan, eres el demonio menos malévolo que conozco y, en lo personal, me agradas así.

Luhan sonrió y bajó la mirada, dirigiéndola hacia su brazo, donde la cicatriz del corte que le propiciaron ante su desobediencia resaltaba como un recordatorio de su error.

―Quien diría que hasta los demonios tienen impulsos ―volvió la vista hacia el mayor y sonrió, brindándole una ligera reverencia de despedida―. Nos vemos, Henry.

―Espero verte en la celebración de Halloween y no antes.

―Así será.

¿Quién diría que se dejaría llevar como un impulsivo humano primitivo? No pudo evitar curiosear esa noche que Sehun salió de fiesta y hacer una rápida aparición cuando vio a esa chica demasiado cerca del humano. Sabía que sería castigado, pero eso no importó una vez sus labios tocaron los del otro, creando la armonía perfecta que necesitaba para afrontar aquellos cuatro días de castigo por aparecerse frente a más personas.

Camino a la dimensión de los humanos, no pudo evitar tocarse los labios y volver a revivir aquel libidinoso momento junto a Sehun y seguir sintiendo las pulsaciones en su cabeza que se traducían en los llamados mentales que este le hacía a través del pensamiento, esto último siendo su mayor consuelo luego de verse sumido en esa jaula fría y con dolorosas punzadas en el corte que se había ganado por haber desacatado las reglas.

«¿Cómo reaccionarás al verme, ovejita?»

Coffee with a demon » hunhan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora