Capítulo 20: Sosiego.

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Los demonios personificaban más de algún pecado capital, sus energías pesadas y oscuras los caracterizaban según el nivel de maldad dentro de ellos. Los demonios buenos no existían, solamente la ilusión de ser menos malvado que otro, pero al final todos se deleitaban con las desgracias y consumir almas de personas ingenuas y puras.

Analítico, Luhan observaba lo miserable que lucía Chanyeol e impaciente esperaba a que abriese la boca y le dijese la razón de aquella situación como para haber interrumpido sus primeros momentos junto a Sehun. El bosque lucía igual de tétrico que siempre, los animales nocturnos se escuchaban alrededor y uno que otro cuervo se posaba en las ramas sobre ellos, atraídos por la presencia demoniaca.

—Bai Xian... —murmuró con un tono grave, su mirada tan perdida que era incapaz de enfocar la visión en donde se encontraban. Luhan lo notó y frunció el ceño.

—Ese es tu humano, ¿No?

¿Cómo podía explicárselo a su mejor amigo? Se sentía tan perdido y apenas digiriendo todo lo acontecido hace unas horas que era incapaz de usar las palabras correctas para comentarle a Luhan sobre lo que implicó que Bai Xian le diera su alma.

—Tú... ¿Cómo recuerdas nuestra muerte, Luhan?

La pregunta le descolocó, pero no lo demostró.

—¿Nos quemaron vivos por estar haciendo brujería?

—Si, estábamos haciendo brujería tú y yo. ¿Y quienes más?

Esta vez no fue capaz de ocultar la sorpresa en su rostro. ¿A qué iba todo ese cuestionario?

—Mh, ¿Nuestros amigos? No te estoy entendiendo, Chanyeol.

—¿Y quienes eran nuestros amigos, Luhan?

El recuerdo de su muerte era un hecho demasiado latente en su memoria por los centenares de años que llevaba en esa forma, el fuego en su piel y las crueles miradas de personas a su alrededor. No obstante, como un gran vacío dentro de sus recuerdos, la pregunta de su amigo resultaba interesante al contestarse a si mismo con un claro "Nuestros amigos... ¿Quiénes eran nuestros amigos?"

—¿A qué mierda quieres llegar? —irritado, sentía como su fuego se encendía de rabia al no entender aquella absurda conversación y por qué algo de sus recuerdos parecían solamente líneas borrosas.

Chanyeol iba a explicarle todo lo que Bai Xian le había dicho y, para su sorpresa, mostrado acerca de un pasado hace unos centenares de años y su razón de haberle llamado para obtener su alma, pero cuando notó la sangre brotar de la nariz del pelinegro y cómo su expresión cambió a una de dolor, todo se esfumó de su mente y dio paso a la preocupación.

—¡Luhan!

De un salto sostuvo el tembloroso cuerpo de su amigo antes de que cayese en la tierra, desesperado por encontrar el causante del dolor al demonio.

El dolor era indescriptible, se sentía menos que lo que sintió al morir, pero era suficiente para debilitarlo a niveles energéticos inimaginables.

—Es-Esa maldita b-bruja...

La imagen de Sejeong era clara en su mente, su sonrisa victoriosa reflejada en aquel rostro que solo deseaba destruir y hacer desaparecer de la faz de la tierra. No dimensionó la obsesión de la chica por hacerlo desaparecer para librar a Sehun, pero sin duda la estaba palpando en ese mismo instante.

—Te destruiré, desaparecerás para siempre de todas las dimensiones y nada podrá evitarlo.

Chanyeol no sabía de qué manera ayudar a su amigo, por lo que los minutos pasaron hasta que el alivio invadió su rostro, entonces una sonora carcajada brotó de su garganta.

Coffee with a demon » hunhan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora