Capítulo 11: Detonante.

1.2K 188 62
                                    

Veía cómo se movía energéticamente y articulaba la boca diciéndole algo, pero él no podía escucharla, no cuando su mente estaba ocupada en alguien más.

Luhan llevaba tres tardes sin ir a verlo, dejándolo completamente plantado con una fría taza de café situada en su puesto habitual, de alguna manera siempre con la firme esperanza de que iba a llegar y fastidiarle cada segundo de su miserable existencia.

Y nada sucedía, al final del día sólo era él y la soledad de su departamento.

Yeonwoo paró su vago relato cuando notó la ausencia del castaño, más bien la venía notando días atrás y por alguna extraña razón él ya no se mostraba tan abierto a compartir con ella. Gracias a Jongin pudo indagar un poco en la vida sentimental de Sehun, sabía que tuvo una novia de muchos años que se fue a otro país y desde entonces no ha estado con nadie más.

De pronto la noche de la fiesta se le vino a la mente y aquel extraño chico de negro y antifaz que besó a Sehun.

«¿Podría ser que...?»

―Sehun.

El aludido reaccionó a su nombre, centrando la mirada en ella un tanto conmocionado con el golpe de realidad. Yeonwoo no pudo aguantar el suspiro que salió de su boca, sin poder convivir con la repentina presión en su pecho.

― ¿Mmh?

― ¿Pasa algo? Estás demasiado ido.

«Ah sí, verás que me gusta mi demonio y el maldito no me quiere ver, eso es todo»

―Estoy cansado, no he dormido bien últimamente.

Claro que no le creía, aquella excusa barata era demasiado cliché y justo cuando iba a rebatirle para indagar acerca la verdad, Jongin hizo su aparición.

―Adivinen quien pidió mi número de teléfono~.

Él y Sehun se pusieron a bromear mientras ella, derrotada, sólo se dedicó a mirarlos sin prestar atención en la conversación.

Cueste lo que cueste iba a descubrir lo que rondaba por la cabeza castaña del chico que le gustaba.







🔥🔥🔥







Era las cuatro en punto cuando Luhan llegó al departamento de Sehun, con claras intenciones de llegar antes sin tener la presencia del humano allí, por lo que se dejó caer en el sofá completamente exhausto, admirando sus brazos llenos de feas heridas a cortesía de ese maldito ángel que, según él, asesinó en el mismo instante en que Sehun le entregó su alma en bandeja de oro a cambio de un simple favor.

Siempre escuchó que los ángeles de la guarda eran como un grano en el culo, ya que estos tenían varias vidas con tal de salvar el alma condenada a los confines del infierno, pero jamás se imaginó la magnitud de aquello.

Gruñó cuando las profundas heridas comenzaron a arder, observando como lentamente sus tejidos iban regenerándose, pero no lo suficientemente rápido como normalmente lo harían. Su ceño fruncido era lo más demostrativo de su estado, su único consuelo saber que le desgarró dulcemente las alas al ángel de su humano.

Coffee with a demon » hunhan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora