Coffee with a demon » hunhan.

Capítulo 12: Fuego interior.

Afrontando los vestigios del invierno para darse a lugar la tan ansiada primavera, Sehun no rechistaba ante la baja temperatura de ese día, ya que sabía que en unas semanas más podría guardar aquellos abrigos tan gruesos que le ocupaban hasta la vida de espacio en su armario.

Agradecía que su departamento tuviese el termostato para regular la temperatura, aunque desde hace unos meses comenzó a sentirse mucho más agradecido de no tener que utilizarlo y pagar por este al tener a un ser demoniaco, porque su llegada era más que suficiente para templar todo su hogar durante el invierno.

Un suspiro involuntariamente salió de sus labios y su sonrisa no se pudo disimular.

Habían pasado unos cuantos días desde que hizo su intento de confesión al demonio y no podía sentirse más sorprendido con todo lo que estaba sucediendo, ya que cada tarde había distintos tipos de emociones que lo atacaban cada vez que el susodicho se aparecía en su departamento.

Su corazón se aceleraba de tan solo imaginarse la mirada oscura de Luhan.

Sus rutinas no habían cambiado en lo absoluto, únicamente se le sumaban las intensas sesiones de besos que terminaban con Luhan quemándolo sin querer ante ese extraño fuego interior y con él quedándose estático al no saber cómo proseguir luego de aquello.

Jamás se imaginó estar con un hombre, o más bien estar con un demonio con apariencia de hombre.

Todo era tan nuevo para él y de seguro que también para Luhan, aunque eso sólo se sumaba a las mil y una dudas al respecto de este, primeramente, la de si un demonio realmente podía enamorarse así sin más.

Entró al edificio de su facultad sin tomar mucho en cuenta de la sarta de murmullos que había en los pasillos, había escuchado algo de que iba a realizarse una fiesta y estaba toda la facultad invitada o algo así, su mente estaba completamente puesta en los exámenes que se acercaban a pasos agigantados.

Antes de entrar al aula donde tendría su primera clase, Yeonwoo apareció con su característica sonrisa contagiosa.

―Buenos días, Sehun~.

Él no era alguien demasiado observador, pero claramente se dio cuenta del animoso estado de la castaña.

―Buenos días, Yeonwoo.

Se sentía algo culpable con la chica al haber estado ignorando sus llamadas en la tarde y no necesariamente por no querer contestarle, sino porque estaba ocupando sus labios en otra cosa que no eran moverlos para hablar.

―Necesito que me hagas un favor enorme ―Sehun asintió, dispuesto a ayudarla y ella ensanchó su sonrisa―. Hoy iré a comprar unos libros que necesito y unos que mi hermana me encargó, pero no creo ser capaz de cargarlos sola. ¿Podrías acompañarme?

Era viernes, no tenía turno en la cafetería y no le veía mayor problema a ayudar a su amiga, de alguna manera se sentiría menos culpable por ignorar sus llamadas.

―Bueno, te acompañaré.

Yeonwoo dio un brinquito de felicidad y Sehun rodó los ojos cuando ella le lanzó corazones con sus dedos.

―Eres el mejor, Hun~. ¡Nos vemos luego!

Tan rápido como llegó, se marchó. Sehun pestañeó un poco consternado por aquel encuentro tan fugaz, pero terminó entrando a su aula para comenzar el día.