/Narra Cam/
Le cerré la puerta a los chicos, no quería verme grosera pero si firme al rechazar que regresara a Chicago. Regresé a mi gimnasio privado que se encontraba en la parte de atrás de la casa, subí a la caminadora y seguí corriendo. Algo en mi pecho me decía que regresara con Hank, entonces mientras corría recordé esos ojos verdes, aquellos que tengo prohibídos. Trate de alejar los pensamientos con una ducha y traté de dormir a pesar de la lluvia, una lluvia rara en primavera, rara como lo que sentía.
3:35 de la mañana, seguía lloviendo con intensidad.
Sonó el timbre, tomé mi arma y salí al intercomunicador.
-¡¿Quién?!- grité apenas abriendo los ojos
-Jay Halsted- contestó.
-¡¿Qué es lo que quieres Halsted?!, ¡He dicho que no!- grité a través del aparato
-solo quiero platicar, no es sobre el caso-. Escuché como su frente tocaba la bocina
Cam: -entonces ven en cuatro horas- espere unos segundos. Abrí la reja de afuera y caminé a las escaleras
-¡Por favor!- gritó. Seguramente estaría empapado. Traía puesta mi pijama, unos cortos shorts y una playera delgada, no pensaba cambiarme. Encendí las luces de la sala y caminé a la puerta.
-¿Qué quieres?- le apunté con el arma, un gesto innecesario de mi parte
-wow, eso no es necesario- levantó las palmas de las manos confirmando mis pensamientos. Puse el seguro a mi arma. -solo quiero hablar, Cam- dió un paso hacia mi. Me hice a un lado y lo dejé pasar. Cerré la puerta, lo mire por detrás. Toda su ropa estaba mojada y su cabello caía hacia atrás en un capa delgada
-ven- dejé mi arma en un sillón de la sala. Lo guíe hasta las habitaciones de arriba. -puedes ducharte- abrí la puerta de una habitación
-no gracias, no es necesario- sonrió apenado y mirándose la ropa
-no es pregunta, entra, encontrarás ahí lo necesario, busca primero en los cajones- seguía teniendo la puerta abierta. -hazlo o le diré a Hank que te suspenda por desacato- levanté la mirada a sus ojos verdes. Apretó los labios y entro. Se que no tardaría mucho, bajé a la cocina, preparé café y abrí una bolsa de palitos de pan. Los puse en un plato y lo espere sentada en la barra.
/Narra Jay/
-hazlo o le diré a Hank que te suspenda por desacato- dijo muy seriamente, ella me recordaba a alguien, la firmeza de su voz, la seguridad en sus ordenes. No pude hacer nada, asentí y entré en la habitación, estaba oscura, busqué el aparador y encendí las luces.
Era una habitación bien iluminada, una cama y un gran armario, "Busca en los cajones" dijo Cam. Me quité la chaqueta y la camisa, busqué en los cajones como ella dijo, habían varios paquetes de camisetas y boxers en paquetes sellados, nuevos, me atrevería a decir. Tomé un par de boxers de mi talla, me acerqué al armario, también había ropa ahí, completamente nueva, lleve conmigo una playera negra, unos jeans igualmente negros y por último en la parte de abajo, unos calcetines y botas de diferente medidas, tomé las que me quedaban. Después de buscar y elegir entré al baño, también estaba repleto de cosas necesarias, abrí las llaves para que saliera el agua caliente, no quería enfermarme. Salí rápidamente por mi chaqueta y camisa y la puse en un cesto que mi intuición decía que era para ropa sucia. Habían muchos tipos de jabones, todos para hombres. Elegí los que creía pertinentes. Miré mi celular. Ya no tenía batería, busque nuevamente en los cajones del baño y encontré cargadores y cables además de cepillos y geles. Puse a cagar mi celular. Me bañé lo más rápido que pude, me vestí y busqué un suéter que no me caería nada mal. Encontré una sudadera delgada y salí. Bajé por las escaleras por donde había subido.
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La Veterana: Conóceme.
Fiksi PenggemarCam Parker, familia de un gran sargento de la Ciudad de Chicago, un caso sin resolver, solo una salida.