Burnin' Up with Evans & others

1. Make you feel like the first time

Estabas caminando por las calles nocturnas de Las Vegas. Habías estado con amigos disfrutando de una buena ronda de tragos pero decidiste retirarte porque, como siempre, todos conseguían un ligue de la noche y terminaban dejándote sola... vaya que amigos ehh. No era una sensación agradable pero ya dejaste de darle importancia.
Vestías un vestido negro y bastante corto, botas largas del mismo color y una campera de cuero negra. Eras la diosa rockera de cualquier hombre. Ibas inmersa en tus pensamientos cuando sentiste un silbido sensual, alabando tu belleza. No era como los silbidos vulgares y asquerosos que cualquier mujer, lamentablemente, está acostumbrada a recibir.
Te diste la vuelta y viste a un dios griego encarnado ante tus ojos. Vestía saco y corbata de tonalidades azules, tu color preferido por excelencia. Decidiste sonreírle, cosa que él imitó. Estuvieron mirándose a los ojos y seduciéndose por un par de segundos hasta que él dio el primer paso.

Narra __________

- ¿Estás bien? No deberías estar sola a estas horas por estos lados. Es peligroso. - dijo el dios con voz grave.

- Mi hotel está a dos calles de aquí. No tengo en drama en que me acompañes. - dije para luego guiñarle un ojo y sonreírle de nuevo.

Me volteé y decidí seguir mi camino. El hombre de traje me siguió y caminó a mi lado izquierdo, sin dejarme de mirar de reojo.

- Soy Andrew. Aunque todos me llaman Andy. - habló antes de sonreírme y poner su mano derecha en mi cintura. Eso me estremeció.

- Encantada Andy - contesté de manera sensual - mi nombre es _________ - lo miré a los ojos y mordí mi labio inferior. El pecho de Andrew se ensanchó ante mi sensual gesto. - Déjame adivinar, ¿abogado? - pregunté con diversión.

- ¿Cómo lo supiste hermosa? - sonrió arrogante. Vaya que su sonrisa era la más hermosa que había visto en mi vida.

- Sencillo. - me detuve antes de seguir hablando, colocándome en frente de Andy. - Sólo un abogado puede estar vestido de traje estando en Las Vegas. - reí.

- Sí que eres observadora cariño - te guiñó un ojo - y por lo que veo tú aparentas de bailarina exótica o secretaria de oficina. - largué una carcajada ante aquellas palabras.

- Soy más santa y mojigata de lo que crees. Soy maestra. - le sonreí. Andy ante aquella confesión abrió los ojos en sorpresa. No se lo esperaba en absoluto.

Narrador Omnisciente

Tenías unas piernas largas, llenas de carne, un trasero normal pero digno de ser nalgueado. Pechos naturales, ni muy grandes ni muy pequeños, tal y como a él le gustaban. Eras su fantasía hecha mujer.

Narra ____________

- No soy de juzgar un libro por su portada, simplemente no pensé en que serías maestra. Derrochas sexo, querida. - dijo acercándome hacia él con sus manos en mi cintura y robándome un casto beso.

- Y eso que apenas lo he hecho una vez. - sonreíste tímida. El miembro de Andy se endureció al instante.

- Puedes saciar tus ganas conmigo esta noche - y me besó apasionadamente. Puse mis brazos en su cuello mientras mis manos revoloteaban su cabello. Su barba me raspaba un poco pero me encantaba la sensación áspera en mi rostro. Las manos de Andy descendieron de mi cintura hasta mis nalgas, dándoles un leve apretón. Su miembro duro estaba a punto de salir estallado de sus pantalones y se presionaba entre mi bajo vientre. Con las botas de tacón que tenía puesta, llegaba a la misma altura de Andy.

Nos separamos por falta de aire y le tomé la mano para entrar al hotel, que estaba a pocos metros de distancia. Caminábamos algo desesperados. Una vez en el lobby del hotel, me dirigí hasta recepción a pedir mi tarjeta de habitación. Acostumbraba a ser halagada por el recepcionista Steve Rogers. Un digno caballero rubio y musculoso. Por alguna extraña razón había cierto parecido físico entre él y el abogado sensual que me acompañaba. Steve me sonrió y me entregó la tarjeta antes de tomar mi mano y dejar en ella un casto beso. Sonreí de ternura pero Andy lo miró con recelo. Así que la fiera está celosa...