14. They Just Don't Know You (Parte 1)

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Dedicado a -MrsEvans

Las malbonias amarillas del jardín crecían a flor de piel gracias al espléndido sol de los últimos días. El césped se mantenía en su mejor momento de la estación y los pájaros se acercaban al ventanal delantero para cantar una bella melodía.

- Sra. Carter, creo que ya está listo el jardín del frente, ¿desea que continúe con el patio trasero?

- No linda, mejor deja esa tarea para mañana. Ya es algo tarde y no quiero preocupar a tu tía May - sonrió - por cierto, llámame Peggy, que esté casada no significa que sea una anciana - reí ante eso.

- Está bien Peggy, ¿y el Sr. Stark?

- La misma regla aplica para Howard - reí de nuevo - él está en casa de su ex esposa con su hijo Anthony.

- Oh, está bien - sonreí - hasta luego señ... digo Peggy - reí.

Me despedí de la agente encubierta de SHIELD, la organización secreta de seguridad mundial. Cuando empecé a trabajar en jardinería para el matrimonio Carter-Stark (sí, Peggy mantuvo su apellido de soltera debido a que ella se unía a Howard por amor pero él no era su dueño como para cambiar su identidad) al principio ambos me hicieron creer que ella era oficial del ejército y él un simple ingeniero mecánico (aunque sus verdaderas profesiones no se alejaban mucho de aquello). Sin embargo, con el paso del tiempo y el aumento de confianza entre ellos y yo fue cuando me contaron la verdad sobre sus identidades.

Tomé mi mochila y salí del hogar acogedor. Me dirigí hacia la acera y comencé a caminar hacia mi parada de autobús. Vi a un sujeto bajarse de una camioneta algo maltratada. Traía una camiseta blanca sucia y unos jeans ajustados y desgastados. Al parecer era mecánico. Nuestras miradas coincidieron por un milisegundo pero fue en ese momento en que el desconocido me robó el corazón. Mis mejillas se tornaron rojas y ardían un poco así que actué como toda una persona madura y corrí rápidamente sin mirar atrás. Estaba muy avergonzada.

Narra Frank

La camioneta venía fallando, de nuevo, e incluso peor que antes. Me bajé del vehículo con mi malhumor casi normal que habitaba en mí y me dirigí hacia la parte trasera de la camioneta para tomar mi caja de herramientas. Cuando regresé hacia el capó vi a una joven que caminaba a paso tranquilo. Se aferraba a su mochila con ambas manos como si su vida dependiera de ello. Tenía un cuerpo impresionante: alta, cabello largo y sedoso, ojos claros y curvas bien distribuidas. Sin embargo, desprendía la pureza más bella y tierna que haya visto en una mujer.

Nuestras miradas coincidieron por un milisegundo y me perdí en la belleza de su mirada. Ella al instante rompió la conexión totalmente sonrojada y echó a correr. Me quedé pasmado al verla y una sonrisa pequeña apareció en mi rostro.

Al día siguiente, al regresar de traer a Mary de la escuela, me senté en las escaleras de la entrada de mi casa junto a una pequeña botella de cerveza en mis manos. Allí estaba nuevamente aquella joven que me quitó el sueño. La observaba detenidamente, sin tratar de incomodarla, oler cada flor del jardín de Stark, cortar el césped con la máquina a un ritmo relajante y bonito. Plantaba nuevas plantas en las macetas y las trataba como si se tratasen de un bebé recién nacido.

Traía auriculares así que estaba inmersa en su propio video musical. Cuando terminó de plantar la última maceta su rostro se ensanchó y la sonrisa más bonita del mundo se formó en sus bellos labios. Comenzó a dar pequeños golpes con su mano derecha en su muslo al ritmo de la canción. Se acercó con fuerza hacia la entrada donde yacía apoyada una escoba y la tomó con firmeza para empezar a barrer la suciedad de la entrada y la acera. Su cuerpo entró en un trance hipnótico y danzante mientras cantaba a todo fervor la canción que sólo ella podía escuchar. El palo de la escoba simulaba ser un micrófono y la entrada de la casa vecina un escenario de Broadway donde su estrella principal estaba dando el mejor número de la noche. Su inocencia y dulzura me estaban volviendo loco.

Burnin' Up with Evans & othersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora