2. La Partida de la Gitana

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Advertencia: MUCHOS Spoilers de "Knives Out".

Narra Ransom

Era mi fin... definitivamente mi fin, pero no iba a permitir que me dejaran sin mi parte de lo que me pertenece. Legítimamente me merezco una parte de la herencia de mi abuelo Harlan. Soy su primer nieto varón, ¿o sea? Está clarísimo. Además, ¿cómo una estúpida paraguaya ilegal se quede con algo que no le pertenece? Ella simplemente es la enfermera que le menea el trasero a mi abuelo. No me extrañaría que se le haya insinuado para obtener crédito en el testamento.
Me estaba escapando en la oscuridad del bosque ya que no podía usar el auto o el vigilante junto a sus cámaras de seguridad me descubrirían. Había alterado la escena del "crimen" así Martha, la enfermera ilegal uruguaya, quedará como la única responsable.
Tomé un camino diferente pero que conectaría con uno de los puntos de salida del terreno cuando vi una sombra pasar entre los árboles. No le temía a los fantasmas ni a nada por el estilo pero me sorprendió un poco. Mi iPhone ya no tenía batería así que no podía usar el flash para iluminar el camino. Cruzaba el bosque tocando los árboles y guiándome por dónde pisaba cuando de repente la misma sombra vuelve a aparecer, ésta vez con forma humana.

- ¿Quién eres? Esto es propiedad privada. - grité a los lejos hacia la sombra. Ésta al oírme se desvaneció. Creo que me estoy volviendo loco.

Continúe con mi camino que cada vez era más y más largo... eso significaba una cosa: me perdí. Suspiré con frustración y lancé un par de insultos hacia la nada. Ya se acercaba la madrugada y el frío aquí se asimilaba al tren de "Snowpiercer".  Mi aliento se podía ver en el aire. Mis manos estaban muy heladas y mi suéter tejido de punto junto a mi saco marrón no lograban darme calor. Pero algo estaba sucediendo... ¡apenas estamos en otoño! Por estas zonas no hace un frío tan descomunal. Algo raro había en este bosque.
Decidí sentarme en una roca de tamaño mediano, justo en frente de una vieja fogata donde ahora yacían cenizas... seguro el idiota de mi primo Jacob vino aquí a hacerse su paja semanal. Pobre infeliz virgen.
Tomé unos trozos de tronco que estaban sin quemarse, los junté en la vieja fogata y luego junté hojas del suelo para proceder a quemarlas con mi encendedor*, logrando una buena fogata.
Tomé la piedra mediana y la acerqué, como pude, hacia el fuego. Acerqué mis manos hacia las llamas y me calenté un poco, aliviando la sensación de frío hasta que de repente...

- La culpa te consume... cobarde. -

Oí a mis espaldas la voz de una fémina susurrándome aquella frase. Ahora definitivamente me volví loco. Me di vuelta de golpe y la vi... nunca había visto una mujer tan bella.

- ¿Qué hace una mujerzuela tan hermosa como tú en este bosque? - mi lado seductor nunca se va de mi. Las mujeres siempre caían a mis pies y hacían todo lo que yo decía. Amaba a las mujeres sumisas y obedientes... lo que no me esperaba es la tremenda cachetada que la mujerzuela me daría después de mi halago.

- Óyeme una cosa niño malo mimado, a mí y a cualquier mujer que se te cruce por tu camino la respetas. - Tuvimos contacto visual y caí perdido. Eran los ojos más hipnotizantes que había visto en mi vida. Su cabello estaba suelto y alborotado, con un accesorio en él. Sus ojos eran de un verde amarillento, precioso y aterrador al mismo tiempo. Su color de piel era hermoso. Un tono mestizo único e inigualable y sus labios carnosos pintados de un rojo pasión. Me recordaba a la gitana del Jorobado de Notre Dame... un segundo...

- ¡Lárgate de aquí gitana! - exclamé asqueado pero atraído al mismo tiempo hacia la bella gitana.

- No eres tan tonto como creía Ransom... - Dios mío, mi nombre en su voz sonaba como los mismos ángeles...

- ¿Qué haces aquí y cómo sabes quién soy? - pregunté aturdido.

- Con sólo mirarte a esos ojos del mar puedo ver tu alma... llena de codicia, avaricia, envidia, hambre de poder. Un alma tan oscura dentro de un hombre atractivo... por dinero y ambición eres capaz de todo, incluso matar a tu propio abuelo... - sonrió malévola.

Burnin' Up with Evans & othersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora