9. Blood On The Dance Floor

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Hola!! Habemus vuelto!! Espero que esté nuevo OS les guste. Quizás sea algo corto pero intenso.

Es con uno de los personajes de Chris más infravalorados, en mi opinión, de todos: Ryan (Cellullar)

Disfruten 🔥❤


El rayo de sol que atravesaba la ventana del cuarto me despertó por completo. Me moví un poco adolorida y me percaté que estaba completamente desnuda. Luego, recuerdos de la noche anterior llenaron mi mente y una pícara sonrisa apareció en mi rostro.

Me levanté, como pude, y me dirigí hacia la ducha. Ryan no se encontraba en la habitación y menos en el baño. Por el ruido que oí escaleras abajo me di cuenta que estaba preparando el desayuno.

Conocí a Ryan hace unos años. Fue amor a primera vista de parte de ambos, aunque el primer año fue pura amistad y ninguno daba el siguiente paso por miedo a no ser correspondido por el otro. Lo conocí cuando yo tenía 20 y él 36. Vaya locura, ¿verdad? Pero a ninguno de los dos nos importó nuestra diferencia de edad y nos dejamos llevar por lo que dictaba el corazón.

Luego de casi un año de relación formal, decidimos pasar al siguiente nivel. La noche anterior habíamos intimado físicamente por primera vez. Ryan me había tratado como una princesa. Sabía que era mi primera vez y preparó una velada romántica digna de una novela.

Iluminó el cuarto con una luz tenue y roció pétalos de rosas rojas por toda la cama y parte del suelo. De fondo se oía música instrumental suave y a volumen bajo.

Ambos nos dejamos llevar por la pasión y dimos rienda suelta a nuestros deseos carnales. Aunque, me costó desnudarme ante sus ojos debido a mis inseguridades sobre mi cuerpo. Sin embargo, la mirada de Ryan solo destilaba amor puro.

Una vez en la ducha, coloqué mi celular en un estante lejos de la ducha y puse una playlist aleatoria. Amaba ducharme con música de fondo. Pasaba del rock al pop, de la cumbia a un lento. Esta era la causa del porqué me demoro tanto en ducharme.

El agua caliente corrió por todo mi cuerpo mientras éste se relajaba. Me gustaba quedarme bajo el agua algunos minutos previo a pasarme el jabón. Mientras me quedaba bajo la cascada de agua, la puerta del baño se abrió.

- Amor, dentro de unos minutos está listo el desayuno. Puedes bañarte tranquila - habló Ryan tras la cortina que dividía el baño de la ducha.

- No te preocupes, terminaré rápido así puedas ducharte luego.

- Tengo una mejor idea linda - me contestó mi novio. Juro por Dios que, por su forma de hablar, Ryan sonrió de forma pícara.

- ¿Qué quieres? - pregunté ingenua. Ryan corrió la cortina y pude ver su rostro mirándome con deseo y lujuria. Por instinto, me cubrí con mis manos lo poco que pude.

- No te cubras, mi amor, ya te he visto toda. Es demasiado bello tu cuerpo. - me sonrió con amor.

- No me mires así, sabes que con esa sonrisa me cuesta decirte que no - dije con súplica - entra ya antes de que se enfríe el agua.

Ryan sonrió ampliamente y procedió a desnudarse. Entró con calma y tranquilidad y me besó con pasión. Sus manos fueron de mi cuello hacia mis caderas, para terminar en mis nalgas. Yo por mi parte, lo abracé por el cuello mientras despeinaba su cabello húmedo.

Estuvimos besándonos y acariciándonos por unos minutos. Ryan tomó la iniciativa y dirigió su mano derecha hacia mí entrepierna, la cual yacía algo adolorida por la noche anterior. Lentamente me acarició e introdujo un dedo en mí. Mi cabeza se hizo hacia atrás y eso le dio camino libre a sus labios para que devoraran mi cuello.

Me hizo el amor con su mano por un buen rato. La ducha se llenó de vapor y gemidos debido al ambiente caliente que habíamos generado mi novio y yo.

Decidí que Ryan merecía también la clase de mimos y caricias que él me brindó. Lentamente me coloqué sobre mis rodillas y, con su miembro frente a mí, comencé a acariciarlo con suavidad con una de mis manos. Ryan gruñía y respiraba con dificultad. Acerqué mis labios a su erección y, como pude, la introduje en mi boca. Procuré no hacerle daño ya que era mi primera vez haciendo sexo oral. A Ryan le estaba gustando. A mí me estaba encantando.

Pocos minutos más tarde, Ryan salió de mi cavidad bucal y me levantó con suavidad. Me puso contra la pared y a espaldas de él. Me abrió un poco las piernas y, lenta y profundamente, se introdujo en mi interior.

Aún dolía pero ahora pude sentir placer puro, a comparación de nuestro primer encuentro. Sus manos pasaron de mis caderas hasta mis pechos y viceversa.

En pleno momento candente se escuchó por mi teléfono la canción "Blood on the dance floor" y nos puso a mil. Ryan elevó un poco el ritmo de sus embestidas mientras besaba mi cuello o acariciaba mi cabello.

Yo, mientras tanto, tenía mis manos sobre la pared y con la mitad del rostro pegada en ella. Tenia los ojos cerrados y la boca semi abierta, dejando escapar gemidos y jadeos todo el tiempo.

Ryan siguió embistiendome hasta que ambos llegamos al clímax. Estuvimos alrededor de un minuto acariciandonos y enjuagando nuestros cuerpos después de semejante momento. Ryan me cuidó todo el tiempo, previo, durante y post encuentro. No podría pedir algo mejor...

Definitivamente amaba a Ryan, en todos los sentidos.

Burnin' Up with Evans & othersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora