"Deberíamos conocernos antes de que sea demasiado tarde"
This Person - Scrubb
A la mañana siguiente, Bright despertó más temprano que de costumbre, su mirada se quedó fija en el techo a la par que su mente volvía a darle vueltas al día anterior; la práctica con Metawin, el progreso del chico, su charla y la manera en que ambos se dieron las buenas noches. Justo cuando recordó esto último, el príncipe de Dragonite giró su cabeza hacia el lado derecho de la habitación.
La luz del alba comenzaba a filtrarse por la ventana y lo ayudaba a ver con un poco de más nitidez en las penumbras que aún reinaban en el cuarto. Sábanas blancas cubrían el cuerpo de un dormido Metawin y Bright no pudo evitar verlo fijamente, su compañero de habitación se encontraba recostado sobre su espalda, sus manos estaban entrelazadas sobre su estómago, el cual subía y bajaba con ritmo constante. Lentamente, el dragoniano subió su mirada hasta el rostro de Metawin y a pesar de la poca luz y que sólo podía verlo de perfil, para el príncipe de Dragonite no fue difícil observar con un poco de atención los rasgos del otro: piel clara, mejillas regordetas a pesar de ser delgado, cejas marcadas y nariz recta, todo en conjunto con un ceño relajado y ojos cerrados le daban un aspecto digno de la realeza.
Después de observar a Win, su mirada se posó en lo demás que había en aquel lado, sobre la pared se encontraban un par de dibujos que parecían hechos por un artista experto. El primero era un fénix dibujado y coloreado con sumo cuidado y detalle; el segundo, a diferencia del otro, era el retrato de una familia de tres integrantes, dos hombres, uno de ellos alto y el otro más bajito, parados frente a dos tronos y un chico en medio de los dos que sonreía levemente. A Bright se le hizo conocido uno de los hombres en el retrato y por ello supuso que se trataba de la familia de Metawin.
Con un bufido al recordar la razón por la cual sabía quién era aquel hombre, sus ojos se posaron ahora sobre el escritorio de Metawin. Sobre él había libros y libretas, pero una en especial llamó su atención al ser más larga y ancha que las otras, además de que ésta tenía encima un estuche rojo. Preguntándose un poco sobre qué se trataba, su mirada volvió a caer en Metawin, quién comenzó a removerse en su cama y ahora podía ver con más claridad que antes. Al notar que la habitación estaba más iluminada, Bright se sentó en su cama y observó el reloj.
7:00 a.m.
No se dio cuenta de que había pasado tanto tiempo observando aquel lado de la habitación y ahora si quería ir a desayunar con Pam tendría que apresurarse, fue así como en el momento en que Metawin abrió sus ojos, el príncipe dragoniano ya se encontraba cerrando la puerta del baño.
Bright no tardó mucho en ducharse y vestirse, por lo que, diez minutos después de haber entrado, salió del baño secando su cabello con una toalla y con todo su uniforme escolar puesto. Metawin apenas buscaba su uniforme cuando volteó a verlo.
-Buenos días. -Dijo su compañero de habitación y Bright sólo hizo un sonido para saludarlo.
El dragoniano se acercó a su cama, acomodó sus sabanas negras, tomó sus cosas y antes de que Metawin entrase al baño, le habló.
-Nos vemos más tarde...
En su voz había un tono dubitativo y no era para menos siendo que era la segunda vez que le hablaba al otro por cuenta propia, sin evitarlo ni ignorarlo.
-Está bien.
Le respondió Metawin con una sonrisa y Bright volvió a asentir para después salir de la habitación suspirando.
¿Realmente estaba actuando de la manera correcta?
Él no podía afirmarlo, pero tampoco le parecía del todo correcto seguir ignorando al otro si Metawin no sabe quién es él, incluso existía la posibilidad de que no supiera que dentro de poco tendría que casarse con él. Esperaba que su compañero de habitación fuera realmente un ignorante de toda la situación porque de lo contrario, él se aseguraría de hacerle la vida imposible si sólo está fingiendo.
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You & I, Perfect Match
FanficTodos sabemos que la historia siempre tiende a repetirse, aún si la gente cree que no porque suceden cosas distintas siempre, los patrones permanecen. Dos reyes deciden pactar un acuerdo por motivos totalmente distintos, lo triste es que sus hijos...