Capítulo 8

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    Me envuelvo por completo en mis sábanas. Cuando Catra regresa de su entrenamiento, se acomoda a mis pies, como cada noche. No digo palabra alguna ni emito ninguna señal que pueda dar a lugar a la creencia de que estoy despierta, pero siento que ella lo sabe.
    Mañana nos iremos. Entrenaré y ganaré la máxima puntuación posible, como cada día, para impresionar a Shadow Weaver y conseguir que baje la guardia. Y por la noche, nos iremos. Me iré con ella. Algo en mí se deshace poco a poco... ella no quiere irse conmigo. Quizá esa frase no esté del todo bien formulada. Ella no quiere irse. Aunque lo cierto es que quiere estar conmigo. Y yo necesito estar con ella.
     Su mente parece leer la mía, ya que, cuando ese pensamiento fugaz se cruza con mis ideas, Catra se arrastra hasta el interior de mis sábanas. Sonrío. Sé que ella no puede dormir así.
- Puedes ponerte como siempre, no te preocupes -susurro.
    Sus piernas se enredan en las mías, acercándose a mí más que nunca. Catra entrelaza sus dedos con los míos, envolviéndome en sus brazos. Cierro los ojos y me dejo llevar. No podemos estar más cerca y aún así la necesito aún más próxima.
- Ojalá pudiéramos fusionarnos -murmuro.
    Sonríe. Su abrazo se vuelve aún más fuerte, mientras ella deja escapar una ligera risa. Una risa de pura felicidad. Una risa que sencillamente me arranca una sonrisa.
- Me... gustas -alcanzo a decir.
    Nunca he sentido esto por nadie, así que no sé cómo definirlo. Tampoco sé si alguien dentro de estas fronteras ha sentido algo igual o meramente parecido. En definitiva: no sé qué es esto. Tan sólo sé que no quiero que termine. Quiero que sea para siempre.
- Adora... -se produce una pausa- Volveremos, ¿verdad?
    Asiento. Su voz se quiebra al pronunciar esa última pregunta. Sé que tiene miedo. Yo también lo tengo. Pero volveremos. Claro que volveremos. Jamás traicionaría a La Horda. Es mi hogar. La simple idea de abandonar a Lonnie, a Rogelio, a Kyle,... No lo haría jamás. Después de todo, son mis amigos. Y yo no soy la clase de persona que abandona a sus amigos.
      La cola de Catra me rodea, de forma que puedo abrazarla hasta dormirme. Y eso hago. No obstante, cuando el sueño desparece, ella ya no está aquí. Se encuentra a los pies de mi cama... de nuestra cama. Como cada noche. Me siento cuidadosamente sobre el colchón, mirándola y sonriendo. En pocos minutos sonará la alarma, parece que esta noche no ha habido pesadillas.
- Gracias a ti -susurro, aún sabiendo que ella no me está escuchando.
   Me llevo la mano al hombro, sobresaltada al sentir como alguien lo roza. Doy media vuelta de una forma agitada, cuando un continuo "shhhh" me indica que prosiga en silencio. Los ojos de un castaño verdoso de Lonnie me observan alarmados. Al descubrirla, obedezco. Mi amiga hace un gesto con la cabeza, indicándome que salgamos. Acepto, ya que yo también quiero hablar con ella.
    Salgo de la cama, tratando de no despertar a Catra. Lonnie sostiene mi muñeca y tira de mí hacia la salida. Intento adivinar si su actitud se inclina más hacia una conversación pacífica o si, por el contrario, va a resultar algo agresiva. En cualquier caso no he hecho nada malo... ¿no?
- ¿Qué te está pasando? -ladra.
    Definitivamente, hay algo de agresividad en su voz.
- ¿A qué te...? -comienzo a decir.
- Catra -escupe, como si realmente detestara ese nombre-. ¿Qué te pasa con Catra?
- No me pasa...
- Os he visto, Adora -me interrumpe.
- ¿Has visto qué? -insisto, intentando parecer despreocupada.
- He visto cómo os miráis.
    ¿Cómo nos miramos? ¿Realmente lo que siento por ella es tan fuerte que puede intuirse incluso con una simple mirada? Sé que sí. Después de todo, no puedo evitar sentir mariposas en el estómago cuando me toca. De repente, sin percatarme de ello, estoy sonriendo como una boba.
- ¿En serio pones esa cara de tonta al pensar en ella? -pone los ojos en blanco- Qué mala eres mintiendo, Adora.
    Y tiene razón. Nunca se me ha dado bien mentir, y mucho menos a mis amigos. Sin embargo, debo esforzarme en que Lonnie no sospeche. Al menos hasta esta noche.
- No sé de qué estás hablando.
- ¿Estás enamorada de ella?
    Ladeo la cabeza. ¿Enamorada? ¿Qué significa eso? Nunca he oído esa palabra. ¿Por qué Lonnie sí? Ella parece leer esa confusión en mi mirada. Se frota los brazos en busca de calor. Es entonces cuando me doy cuenta de lo extraña que me resulta sin su ropa de diario. Viste una camiseta blanca de tirantes y unos pantalones sueltos de color marrón. Sus pies descalzos se estremecen ante el frío que emana del suelo. Clavo mi mirada en sus ojos.
- Eh... n-no... -tartamudeo.
    Una vez más, pone los ojos en blanco.
- ¿No sabes lo que es eso, verdad?
    Niego lentamente con la cabeza. Me siento como una idiota al desconocer su significado. Si ha referido esa palabra sin vacilar, es porque se trata de una palabra bastante común, ¿no? O eso creo... Lonnie intenta finalizar la conversación con un breve "da igual". Sin embargo, sostengo su hombro, con el objetivo de detener su marcha. Ella no se resiste.
- ¿Qué significa?
- ¿Qué más da? -sentencia.
    Mi mirada se torna sumisa, suplicante por una respuesta. La suya, por su parte, se mantiene impasible, mas termina por rendirse. Lonnie deja escapar un leve sonido quejumbroso antes de acceder. Una vez más, pone los ojos en blanco:
- Vale... -suspira-. Un día Octavia volvió de una misión... algo molesta -hace una pequeña pausa-. Antes solíamos hablar a menudo, decía que le recordaba a ella a mi edad -sonríe-. El caso es que comentó algo... me explicó que fuera de aquí... -sacude la cabeza, dejando escapar ese quejido una vez más- Yo no sé explicar estas cosas, Adora.
- Inténtalo -insisto.
    Suspira. Se permite unos instantes para ordenar sus ideas.
- Las personas se "enamoran" unas de otras -realiza comillas con sus manos al mencionar la palabra en cuestión-. Es como... elegir a alguien para que te acompañe siempre. Alguien que te complementa, alguien con quien...
- Estaría toda la vida -finalizo.
    Su voz se apaga. Me contempla, examinando mi expresión en profundidad.
- Bueno... -murmura- Supongo que tú ya lo sabes, ¿no? -se encoge de hombros- Es lo que sientes por ella -alza su mirada para observarme-. Se nota que la amas. Cuando estáis juntas... -ordena sus palabras-. Creo que no he visto nunca a nadie tan feliz.
    "Así que así se llama" me digo. "Amarla. Yo la amo". No puedo evitar dibujar la sonrisa más grande que soy capaz de esbozar. Tengo que decírselo. Los labios de Lonnie se curvan levemente hacia abajo al advertir mi entusiasmo. Sus ojos comienzan a brillar... de tristeza. Mi respiración comienza a agitarse. El pánico se apodera hasta del último rincón de mi alma. Sólo con mirarme... Tan sólo con su simple mirada puedo deducir que algo ha pasado. Y me temo que sé lo que es.
- ¿Qué has hecho? -mi voz se quiebra al pronunciar esa última palabra en voz alta.
    Los ojos castaños de Lonnie se clavan en el suelo, incapaces de posarse sobre mi destrozado rostro.
    Corro hasta la puerta de nuestro dormitorio. O el de todos, más bien. Y, entonces, cuando no puedo apreciar la figura de Catra sobre nuestra cama, el mundo se me viene abajo. El sonido... mi voz ha vuelto. Esa voz que me repite una y otra vez que todo esto es por mi culpa. Esa voz que me hace ver lo que realmente soy... un monstruo. "Mi nombre es Adora, y jamás seré una heroína". Mis lágrimas empapan mis mejillas. Desearía transformarme en alguien completamente nuevo. Desearía que la tierra me tragase en este preciso instante, y así desaparecer. Desearía ser lo suficientemente fuerte como para afrontar que el problema siempre he sido yo. La que le hace sentir como una segundona, la que le hace ver que no es nadie para La Horda. Y ahora esto. "Mi nombre es Adora y tan sólo sé que soy yo la que no debería ser absolutamente nadie". Porque, esa voz que se repite en mi mente una y otra vez, esa voz que el fondo me está consumiendo hasta matarme... Mi voz, en realidad solo dice una cosa...

"Adora, ella estaría mejor sin ti".

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