Nunca he tenido una sensación tan extraña. Es como si... como si esta no fuera yo. Es decir, sí soy yo pero... diferente. Transcurren unos minutos hasta que consigo enfocar las imágenes. Mi cabeza va a estallar. Me incorporo, y al hacerlo suelto un leve quejido. Con sumo cuidado, me llevo la mano al hombro derecho. Dejo escapar otra queja. ¿Por qué me duele tanto? ¿Qué ha pasado? Detesto esta sensación, es como despertar en el sueño de otra persona.
Hasta ahora no soy capaz de adivinar dónde me hallo: una habitación particular. Jamás he estado en este lugar, ni si quiera recuerdo la existencia de algo parecido en La Horda. Aquí todo son zonas comunes. Observo una aguja atravesando mi piel hasta introducirse en mis venas. Alzo la vista para contemplar el gotero que descansa junto a la cama. "Ya no lo necesito" me digo. Me hago con una pieza de algodón que encuentro sobre la mesilla. Lo coloco sobre el acceso en cuestión, y saco la aguja con suavidad. Ejerzo presión unos instantes, para evitar un futuro hematoma.
Me pongo en pie, caminando lentamente hasta el espejo que cuelga del muro a mi izquierda, justo sobre un destartalado lavabo de hojalata. Al principio mis piernas flaquean, por lo que me concedo unos segundos para adaptarme, sin cesar de preguntarme qué es lo que está ocurriendo aquí. Abro el grifo, cubriéndome el rostro de agua con una sola mano en un vano intento de aclarar mis ideas. Es todo tan confuso...
Al observar mi reflejo, aprecio las vendas que recorren el lado derecho de mi pecho, envolviendo mi hombro lesionado por completo. No soy capaz de ordenar mis recuerdos... ¿cómo me hice esto? Existe una imagen confusa en mi cabeza sobre un entrenamiento que no fue muy bien... yo estaba distraída... o eso creo. Pero, ¿por qué? ¿Quizá así fue como me dañé?
El sonido de la puerta abriéndose de par en par consigue sobresaltarme. Una vez más, dejo escapar un suave alarido. La mirada desconcertada de Lonnie se detiene en la mía. Es cuando su expresión cambia, iluminándose con una sonrisa.
- ¡Estás despierta! -celebra.
Le devuelvo la sonrisa, sin saber muy bien qué responder.
- Eh... Parece que sí -puntúo, no muy convencida-. ¿Qué ha pasado?
La figura de Lonnie se aproxima, regalándome un dulce y cuidadoso abrazo. Respeta mi hombro, a sabiendas de que no se encuentra en buen estado. Al separarnos, mi amiga comienza a explicarse:
- Fue un mal entrenamiento -procede-. Estabas algo nerviosa, Shadow Weaver acababa de decirte que en pocos meses probablemente serías nombrada Capitana de las Fuerzas -se encoge de hombros-. Supongo que esa presión distrae a cualquiera.
Frunzo el ceño. Yo... Sí, es posible que recuerde algo parecido. No obstante, por alguna razón, mi cerebro no es capaz de asumir esa información como propia. Hay algo que no me encaja, a pesar de que todo podría concordar a la perfección con la realidad. Además, ¿por qué iba a mentirme Lonnie?
- Nos enfrentamos a unos robots y al estrellarse estallaron -continúa-. Catra tiró de ti pero no pudo apartarte a tiempo, la fuerza expansiva de la propia explosión hizo que te golpearas contra el suelo, justo sobre tu hombro.
- Catra... -murmuro- ¿Ella está bien?
Lonnie enmudece. Durante un momento algo me presiona el pecho.
- ¡Claro! -exclama, tornando su expresión por completo- Es su hora de entrenar. Ella, Kyle, Rogelio y yo nos turnamos para vigilarte -sonríe.
Respondo a esa sonrisa. Mi mirada no puede evitar adquirir cierta expresión de ternura. Son unos grandes amigos.
- Shadow Weaver dijo que fueras a buscarla al despertar, ¡han cambiado muchas cosas! -exclama- Los robots ya son completamente redondos, sin cabeza que podamos arrancar, así es más difícil vencerles -advierte-. ¡Oh, y producen hologramas! Ahora mientras luchamos no vemos realmente al robot, ¡vemos princesas! -se entusiasma- Es como si lucháramos directamente contra ellas, Adora, de verdad, tienes que verlo. Nos dan una misión y debemos...
- Espera, espera, espera -sacudo la cabeza, deteniéndola-. ¿Cuánto tiempo llevo dormida?
Lonnie tuerce el gesto, algo abrumada por mi posible reacción.
- Un par de... semanas.
- ¡¿Semanas?! -ladro.
¡¿Cómo es posible que haya dormido durante semanas?! Esto no tiene sentido. Yo... ¿estaré soñando?
- Adora, no pasa nada, te acostumbrarás rápido, ya verás -asegura Lonnie.
No sé cómo sentirme. Esto es extraño y confuso, y... Sencillamente no parece real. Mi amiga parece leer mis pensamientos.
- Ve a ver a Shadow Weaver -me aconseja-. Te aclararás con el tiempo -promete.
Asiento. Camino en silencio hasta la puerta, deteniéndome sólo para dedicarle un "Gracias por haberme cuidado" antes de abandonar la habitación. Sin embargo, ella me lo impide.
- ¡Adora, espera!
Doy media vuelta, para mirarla. Algo en ella me dice que no está del todo bien. Aprecio... ¿arrepentimiento? Quizá sienta que pudo ayudarme y evitar el accidente. Más tarde me aseguraré de que no se sienta culpable por ello. No obstante, sus siguientes palabras no guardan ninguna relación con esa cuestión:
- Sabes que nunca he confiado mucho en Catra -baja su mirada-. Pero ha estado a tu lado más que nadie -admite-. Casi no duerme por las noches. Sólo se separa de ti para entrenar.
Asiento. Una sensación de vacío me recorre.
- Te... quiere mucho -concluye.
Vuelvo a asentir. De nuevo le doy las gracias, mas esta vez abandono la habitación de verdad. Mi mente resulta un puzzle que no soy capaz de descifrar.
Camino por el pasillo sumida en mis pensamientos, hasta que freno en seco. ¿Cómo voy a llegar a la cámara del granate oscuro si ni si quiera reconozco este lugar? Por lo general, aquí todos los pasillos parecen iguales. Sin embargo, hoy parece que esa realidad se ha multiplicado por cien en mi cabeza.
Doy media vuelta, dispuesta a volver al lugar de donde vengo para preguntarle a Lonnie la dirección correcta... Y es entonces cuando la veo. Su cuerpo se paraliza al contemplar mi figura. Una sensación nueva me golpea sin vacilar. Es como si llevara meses sin verla.
- Hey, Adora -murmura, reflejando un sentimiento que no soy capaz de identificar.
Desconozco la razón por la cual una lágrima resbala por mi mejilla. Sólo quiero abrazarla. Ese es mi primer impulso. Quiero correr hacia ella, estrecharla contra mí y no soltarla jamás. Una palabra vuela entre mis pensamientos: heroína. Siento como si ella lo fuera. Como si mi última sensación antes de caer en ese profundo sueño, sostuviera con fuerza una imagen suya comportándose como tal. Ella siempre será mi heroína.
- Hey, Catra -respondo, con un hilo de voz quebrada apenas sostenible.
Sus ojos brillan en silencio. Por un instante, olvido el dolor de mi hombro. Olvido esa incertidumbre que me persigue, olvido mis pensamientos e incluso mi memoria. Por un instante, tan sólo la veo a ella.
Me apresuro hasta alcanzarla, sintiendo una inexplicable amargura que envuelve mi alma.Y me aferro a ella.

ESTÁS LEYENDO
Hero
FanfictionEn apenas uno meses, Adora será nombrada capitana de las Fuerzas. Catra parece desear tanto ese rango... ¿Renunciaría a ello Adora por ella? ¿Es eso lo que siempre ha querido? Esa pesadilla... se repite una y otra vez. ¿Qué quiere decir? ¿Cuál es su...