~ABRIL~
La cuarentena me trajo mucho más tiempo para escribir y si bien ya terminé mi novela "RONAN AND BABY'S FRIENDSHIP" y tengo una nueva en curso, se me ocurrió utilizar un Challenge de 30 días para escribir todo el mes y así trabajar en mis dis...
Creo que mi infancia fue sumamente feliz. Mis padres me amaron siempre, tenía hermanas y hermanos con los que jugar, he tenido muchas mascotas y me dejaban también visitar a mi mejor amiga cuando queríamos hacer una pijamada. Puede ser que quizás no teniamos los juguetes más caros y populares del momento o que no teníamos vacaciones todos los veranos en la costa, pero aún así siempre estuve contenta y viví cosas hermosas de pequeña como también ahora de adulta. Recuerdos tengo millones y jamás podría escoger uno sólo, podría hablar de cuando con mis hermanos hacíamos muñecas de cartón con dibujos que hacíamos nosotros mismos o cuando siempre que mis padres salían a comprar le decíamos "que nos traigan algo" de regreso y siempre era una golosina o también cuadernitos para dibujar y colores nuevos. ¡Que emoción tenía cuando recibía un cuaderno nuevo para llenar de dibujitos! Podría hablar de mis muñecas, de los Cd's que nos compraban de la música "rara" en inglés que nos gustaba, de cuando perseguía a mamá por la casa y cocinaba con ella, tantas tantas cosas... Pero voy a hablar mejor de un recuerdo que se extiende por un par de años. Creo que aproximadamente desde mis diez o once hasta mis catorse, quizás, no recuerdo exactamente la edad.
No sabria decir bien como llegaron a mi estas maravillas en pepel, seguramente de camino a la escuela primaria. En la esquina de mi antigua escuela, incluso hoy en día, hay un pequeño puesto de periódicos y revistas y estoy casi cien por ciento segura de que fue allí donde vi la primera revista de W. I. T. C. H que me compré en la vida.
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Se trata de la historia de cuatro amigas, que luego de la llegada de una nueva alumna en su escuela descubren que las cinco, tienen super poderes : el aire (Hay Linn), el fuego (Taranee), la tierra (Cornelia), el agua (Irma) y la última de ellas, es portadora del talismán mágico (Will). Dicho talismán es el que las encontró para que se convirtieran en las nuevas Witch, protectoras y encargadas de encontrar y cerrar los múltiples portales que hay en su ciudad, portales que dan a una dimensión sumamente diferente... Y mágica. La historia es fascinante realmente, podría contarles de ella todo el relato pero lo que quiero contar es otra cosa. La primer revista que me compré de ellas no era el número uno, sino el numero seis y aún sin comprender al cien la historia, quedé enamorada de ella y por eso pedí permiso a mamá y a papá para comprarla siempre que viniera, una vez por mes y me dijeron que si.
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Luego de encargarle a Don Cabellero, (el hombre del puesto de diarios) que me trajera los números previos al seis, continuaría comprandola hasta mis casi catorse como les dije pero resulta que el hombre logró traerme el número uno, tres, cuatro, cinco pero no el número dos y esto es una de las cosas más lindas y divertidas que hice en compañía de mi papá. Resulta que me lamenté no tener el número dos y pensé que no lo tendría nunca, pero un día de compras con mamá vi la revista número dos en otro puesto de diarios y me llene con la ilusión de poder comprarla allí. No les pedí directamente que me la compraran, no era de pedir cosas cuando sabía que no siempre ellos podrían dármela y además no quería hacerlos ir hasta ese puesto solo para que me compren un cómic pero sin embargo papá me tomó por sorpresa un día y aún con el clima medio feo, lluvioso, fuimos a hacer unas compras al centro. Me llevó con él y lo acompañe a comprar lo que él necesitaba, almorzamos una pizza en un bar que le gustaba cerca de la estación de tren y estábamos regresando a casa, con algo lluvia cuando pasamos por el puesto de diarios y vi la revista... Papá me compró el bendito número dos que me faltaba.
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No es la gran cosa, no es una anécdota espectacular... Pero siento el pecho lleno de emoción cada vez que lo recuerdo, cuando hicieron eso solo para dejarme contenta con una simple revista que me entretenía, cuando recuerdo que me la compraron todos los meses sin falta no puedo evitar emocionarme y extraño mucho esos tiempos, siempre fui feliz con mis padres y tengo la fortuna de decir que me amaron, me aman y siempre me consintieron de mil maneras aun con poco. Hoy en día lamento no tener esas revistas conmigo, las perdí en una mudanza cuando se me mojaron y se arruinaron sus páginas, pero aún las recuerdo y creo que siempre las recordaré, porque son parte de mi infancia y son un recuerdo grande, uno hermoso sin duda alguna.
