XVII. Inesperado

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Capítulo Diecisiete

***

—No sabía si era cierto, pero ya se podía sospechar. Después de todo nunca la había visto cerca de aquí—

—Pero no es posible, sabemos que es una posibilidad sin embargo no estamos seguros de que sea ella—

—¿No estamos seguros? Por favor Eliot, unos minutos antes y los hubieras visto en plena acción—

—No he escuchado mucho pero con eso puedo saber que prefiero no enterarme—

Margo apareció detrás del grupo de tres haciendo que todos se sorprendieran

—Exacto, no quieres saberlo—

Lirio Carcajeó con algo de nerviosismo. Al ser algo obvio el comentario de Lirio, a Margo le comenzaba a picar la curiosidad.

—Trabajen, ahora—

Santiago entró a la cocina

—Pero qué caballero—

Mencionó Lirio entrando detrás. Al estar dentro todos, empezaron a organizar cada elemento necesario para preparar los deliciosos platillos.
Margo llevaba una caja de rejilla llena de tomates recién traídos, estaría dispuesta a lavarlos pero cuando volteó un momento para ver lo que sus compañeros hacían se topó con una imágen tan tentadora que la dejó con los labios inquietos. Santiago preparaba, en dos sartenes a la vez, los mejores de sus cortes.

Margo se entretuvo mirando sus manos moverse como si estuvieran bailando con el aire, Santiago se mantenía concentrado con la mirada fija en los sartenes como si fueran oro.

Hubiera podido quedarse ahí pero tenía trabajo que hacer y lo estaba aplazando. Estaba lavando los tomates cuando sintió unos ojos encima, procuró disimular que no lo sabía pero cuando volteó unos bellos ojos azules parecían coquetear. Su sonrisa se formó casi inmediatamente y Santiago le guiñó un ojo. Para desgracia de ellos Violeta iba pasando con más vegetales del refrigerador y logró apreciar la escena. Se interpuso entre ellos y colocó los vegetales en una base blanca para lavarlos uno por uno. Santiago al igual que Margo regresó a lo suyo algo inconforme pero sabía que era arriesgado hacer ese tipo de cosas en frente de sus empleados.

Al medio día había un pequeño y medido receso para ir al almuerzo, Por lo general, Iván siempre los invitaba a una cafetería cercana de comida ligera pero Santiago se negaba ya que tenía “pendientes por hacer”. Era completamente entendido, era el jefe pero Margo ahora también se negaba.

—¿Te traemos algo?— le preguntó Iván

—No, pero agradezco tu amable gesto— Margo le sonrió

—¿Por qué no nos acompañas, te sientes mal?— Lirio puso su mano en la frente de Margo

—No me pasa nada, solo quiero estar despejada unos minutos—

—No deberían obligarla si no quiere ir, tiene sus razones—

Santiago se cruzó de brazos mirando con molestia a los presentes

—Regresamos al término del receso—

Se despidieron de Margo y de Santiago. El primero en entrar fue él quien no dijo nada ni esperó que Margo lo alcanzara. Margo se sintió extraña, tenía ganas de salir corriendo y unirse al grupo pero tenía aún más ganas de reanudar sus asuntos con Santiago.

Amor Con SaborDonde viven las historias. Descúbrelo ahora