Capítulo Doce
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Ú l t i m o D í a
—Hola de nuevo, chicos—
—Hola, Margo—
Le contestaron Iván y Eliot, los tres esperaban fuera del restaurante mientras charlaban tranquilamente. Cómo siempre queriendo hacer una entrada llamativa, Santiago estacionó su auto en frente, sobre el mismo lugar de antes. Al bajarse, metió una mano en el bolsillo y con la otra sostenía su saco sobre el hombro.
—No es posible que tenga tanto estilo—
Mencionó Margo y los chicos que se encontraban a sus lados la miraron raro
—Pues... Conozco muchas personas con más estilo—Iván Carcajeó al final de su comentario— Si quieres te presento algunos—
Le comentó con gracia mientras le daba palmadas en el hombro
—No gracias, soy mujer con pareja—
Santiago estaba a pocos pasos de ellos, sacó las llaves del lugar y con una cara de gesto serio pasó frente a ellos
—¿Que hacen parados sin hacer nada? Tenemos mucho trabajo que hacer—
Mencionó y no se detuvo siquiera a saludarlos. Una vez que entró, el trío que se encontraba fuera suspiró.
—Para ser alguien con mucho estilo tiene poca carisma— Dijo Eliot mientras entraba al lugar
—Bueno... después de ti—
Iván hizo un gesto amable al sostener la puerta para que Margo pudiera pasar, al entrar al lugar se encontraron con Violeta (La mano derecha de Santiago), y con Lirio (Otra de las más poderosas en cocina). Sin embargo, las dos lucían más amables y tranquilas que los días anteriores, cosa que no se puede decir con la actitud de Santiago. No pedían completa solidaridad, sino, comprensión.
—Buenos días pequeños polluelos—
—Violeta, cállate. Los vas a espantar—
Comentó Lirio
Todos rieron
—Bueno, aquí están sus uniformes—
Santiago dió una palmada sobre una gran pila de ropa. Eliot no dudó en acercarse para enterarse, pero cuando estaba a punto de tomar la primera prenda recibió un leve manotazo de Santiago quien aclaró su voz.
—Los modales otra vez, caballero—
Eliot se hizo a un lado molesto. Margo entendió que debía ir primero por lo que agradeció al aire. Al tomar la filipina, se enamoró totalmente de su diseño, los botones y parte del cuello, negros junto con las mangas remangadas. Al ver la sonrisa que se le formó, Santiago inconscientemente sonrió.
—Toma el uniforme y ve a cambiarte, tengo buen gusto en cuanto a prendas—
Margo lo miró con una especie de mirada coqueta, asintió y fue en camino a un sanitario para cambiarse. En cuanto Margo desapareció del campo de visión de Santiago, el brillo en la mirada que tenía también se desvaneció.
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Amor Con Sabor
Romansa"Sazonado con cariño y con cuidado, una pareja se ha relacionado. " Alejada de los lujos por una actitud inmadura e irresponsable, Margo Esparza viaja a su anterior estilo de vida pero ésta vez lo hace sola, iniciando casi desde cero. Aprende a saca...