"Solo la fe cristiana puede producir una fe en el verdadero significado... Esa fe garantiza la santidad de la vocación del hombre en el campo científico. Esa fe percibe en la esfera de la ciencia signos del Reino de Dios." H. van Riessen
El café se encontraba vacío, algo poco común, por lo que dijo el mesero los grupos de manifestantes alejaban a los clientes, lo que se tradujo en que debieron despedir a varios meseros. Esa era un daño colateral que no se mostraba y que no se haría hasta que nos dieran la orden desde arriba. Llevaba un buen rato esperando a que el tal Smith apareciera, pero con más de una hora de retraso todo indicaba que no se aparecería. Lo único que me quedaba por hacer era esperarlo, para mi sorpresa algo sucedió. Una roca cruzo por la ventana y de inmediato un tumulto de encapuchados comenzaron a correr de un lado a otro destruyendo todo lo que se encontraba dentro del café. Me levante dirigiéndome directo a la puerta. En eso un tipo se me arrojo encima. Fuimos de bruces al suelo y comenzaron a rodar. Tenía un cuchillo en la mano, me lo puso en un costado y me susurro.
-Ven conmigo si quieres vivir.
Yo asentí. Nos pusimos en pie. Corrimos por entre la multitud tratando de alejarnos lo más posible de la violencia. No sé bien qué sucedió, pero gente iba de un lado a otro elevando gritos y empujando a cuanto encontraran a su paso. Corrimos hasta que logramos alejarnos del peligro. En eso vi el rostro del hombre. Era un tipo de expresión triste, mirada ojerosa, espalda levemente curvada y extremidades delgadas, casi podía verse los huesos de su rostro. Se apoyó en una pared, hizo un esfuerzo por recuperar el aliento.
-Dime que eres Bastián.
-Lo soy.
Extendió la mano.
-Smith y tenemos que hablar.
- ¿Qué fue todo eso?
Si bien sabía la respuesta algo en esa gente me parecía extraño. No se asemejaban para nada a la imagen de los manifestantes que en la oficina tratábamos de exponer. Por el contrario, eran personas con aires irracionales apartados completamente de toda noción de lucha por la igualdad social; y aunque yo no me creía ese discurso debo decir que verlos cara a cara solo me hacía entender mejor la verdad de lo que sucedía en Chile.
-Una protesta... -se froto la nuca- todo está cambiando demasiado rápido. Acompáñame a un lugar seguro.
Caminos un rato hasta que llegamos a un boliche. Un par de hombres entrados en edad sentados en una mesa con una botella de vino y vasos a la mitad eran los únicos clientes.
-Fue una imprudencia que nos reuniéramos en ese lugar.
-Newton dijo que usted lo frecuentaba.
-Solo cuando me junto con él. A mí no me agradan esos cafés, son pomposos y cuicos, este lugar es más de mi estilo.
Levanto una mano y al instante llego una mujer, digamos rellena, puso una cerveza en medio y dos vasos. Era evidente que sabía lo que debía traerle.
-Gracias Marce.
-Veo que hoy andas con compañía- señalo la mujer a la vez que me daba una rápida y coqueta mirada.
-Un amigo del trabajo.
Ella asintió y marcho.
-Cada vez son más violentas y ya no discriminan entre pequeños negocios, bancos o grandes empresas. Parece que lo único que buscan es destruir. Pero claro eso no debería sorprendernos. Después de todo ambos sabemos la verdadera razón de estas manifestaciones... -dejo escapar un largo y reflexivo suspiro- En todo caso eso no es lo más importante.
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La Gran Conspiración
Mystère / ThrillerUna muerte abre la puerta para que Bastian, un joven apático, indiferente e introvertido comience a buscar la verdad sobre lo que ocurre a su alrededor. Una búsqueda que lo llevara a descubrir una mundo de mentiras y conspiraciones que supera su ima...