Capítulo #48: Votos

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*El último maratón les dice "Hola"*
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-Mamá, estas muy hermosa. -La última palabra la tuvo Victoria.

-Muchas gracias, amores. -Terminé de dar el último toque a mi maquillaje y miré a mis hijas a través del espejo. -Vayan con Mamma Blue, aseguren que vaya hermosa. Como siempre o si es posible, aún más hermosa.

Los días habían pasado desde la boda de MariLu y Sebastián, ahora era nuestro turno.

De creer que toda la proposición de volver a casarnos solo era por el momento, a estar vestida y lista para salir al patio trasero de la casa que, como era típico de Blue, en cuestión de nada ya lo habían preparado para la pequeña ceremonia.

No era muchos los invitados, familiares y amigos más cercanos eran lo justo y necesario.

¿Cómo de creer que el amor no estaba hecho para mi, pasé a estar punto de volver hacer la renovación de votos... con ocho hijos incluidos en el paquete?

La decisión la había tomado desde que dije que sí en el altar, ahora solo quería volver a ver a mi Mini Jefa en una situación parecida.

¿Tendría que extender mi mano para secar su mejilla con mi pulgar y evitar que se le corriera el maquillaje en medio de la ceremonia?

¿Se me aceleraría el corazón cuando su mano sujetara la mía frente a todos?

¿Sus labios se moverían para susurrarme "ti amo" con una sonrisa como final?

-¡Mamá! -Y sin saber cómo ni cuando, ya estaba bajando las escaleras de la casa de la mano de Victoria y Salomón.

Y esta vez no sería papá y mamá quien me entregasen a Poché ni Papito-suegro entregaría a Poché. Esta vez, Salomón, Victoria, Sarah y Luis me llevarían. Esta vez, José, Daniel, Antonia y Salomé llevaría a Mamma Blue.

Y contrario a la primera vez, Blue no me esperaba en el altar.

Ahora la veía acercarse escoltada por nuestros hijos. Sonreí cuando ella alzó la vista y como respuesta automática, movió sus labios y sonrió.

Esta vez, ella no me esperaría en el altar. Esta vez, las dos llegaríamos al mismo tiempo desde cada extremo de las manos de nuestros hijos.

Nos detuvimos en la unión de nuestros caminos y soltamos las manos sujetas a nuestros pequeños para tomarnos de las manos.

-¿Has llegado bajo tu voluntad? -Preguntó en voz baja.

-Hubo una que otra amenaza con intentar cocinar de parte de Antonia. -Respondí.

-Le dije que fuera sutil para traerte. -Comentó más para si misma que para mi, haciéndome sonreír.

Esta vez, no estaba nerviosa o ansiosa. Esta vez, tenía que centrarme en la ceremonia para no voltear y mirar a mi pollito junto a mi.

Había vuelto a usar un "smoking" hecho a la medida con una pequeña flor rosa pinchada en el cuello de su camisa.

Sonreí, en la manguilla de mi vestido permanecía una pequeña flor azul.

-...y así como una vez te prometí tantas cosas que estoy intentado cumplir diariamente, te reafirmo mi palabra al decirte que... ti amero per tutta la vita. Te doy las gracias porque contigo dejé a un lado todas esas cargas innecesarias en mi vida. Te doy las gracias porque comprendí con mis errores que la familia va en primer lugar. Te doy las gracias porque me haces amarte como la primera vez. -Extendí mi mano y acaricié su mejilla.

A Un Click: Lo sientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora