A Un Click: Lo siento

Capítulo #51: Promesa de Mafiosa

Luego de ese sábado, la familia se había derrumbado. Seguían juntos, pero sus corazones y mentes permanecían en el limbo.

¿Cómo decirlo "Adiós" a alguien que querías que estuviera junto a ti durante toda la vida?

¿Cómo decirle "Adiós" a alguien que creció contigo?

¿Cómo decirle "Adiós" a alguien que estuvo en tus mejores y peores momentos?

¿Cómo decirle "Adiós" a alguien que a penas llevaba un mes conociendo al amor de su vida, sus gemelos?

Nadie en la familia sabía como decirle "adiós".

Quienes tenían las palabras correctas para hablar, no tenían el valor suficiente para articular frase alguna.

Quienes tenían el valor, simplemente no sabían que decir.

Poché abrazó a Calle cuando su llanto aumentó.

-Amore, ahora ella está por allá arriba. Ahora tenemos un angelito más que nos cuida... estoy segura de que ella no hubiera querido verte... -Poché miró a su alrededor y observó a la Manada. -Verlos así.

-No tengo el valor de despedirme de ella. -Confesó Calle y Poché la abrazó con más fuerza.

-Estoy contigo, yo estaré contigo. No tienes que decir nada, sé que tienes mil sentimientos en tu corazón y tu mente no los procesa. Sé que ella sabe cuanto la amaste, cuanto valoraste la amistad entre ustedes. 

Calle intentó controlar su llanto y cuando pudo mirar hacia el ataúd a pesar de sentir como su corazón crujía, se acercó sola.

Poché se acercó a Limón y a Valentina. 

De nuevo estaban despidiendo a alguien antes de tiempo, de nuevo estaban diciéndole "Adiós" a alguien que amaban.

Calle se paró junto al ataúd seguida por JuanJa, Kim y Manu.

-Paula... Pau. Fresa... ¿qué decirte? Somos una manada dolida. Nos falta un integrante y la falta será para siempre en nuestro corazones... en nuestra vida. Debería decirte que me estoy despidiendo de ti, pero no. -Calle sonrió mientras se secaba las lágrimas. -No me despido de ti, Fresa. Te diré que hasta luego porque nos volveremos a ver y espero que nos recibas con tu sonrisa porque la vamos a extrañar... Tonta.

La Manada tomó su tiempo para decir las últimas palabras y cuando todos se alejaron, Poché se acercó.

-Pau... ¿ahora quién me dirá Mafiosa? ¿Ahora quién me cantará que soy una Mafiosa? -Poché colocó una manos sobre el ataúd. -La respuesta es... nadie. Solo tú tenías el poder de llamarme y cantarme Mafiosa. Voy a cuidar de Calle y de la Manada, ellos siempre estarán unidos... te lo prometo. -Poché suspiró cuando sintió el nudo en la garganta. -No te juntes mucho con mi hermana allá arriba, te volverá loca o tu a ella y necesitamos unos angelitos cuerdos que nos cuiden. Tus hijos tendrá todo, tus hijos van a ser amados y te prometo que sabrán que su madre era una mujer muy especial que a donde llegaba... llenaba el lugar de su chispa. Te prometo cuidar a tus Pausitos como si fueran míos. Te juro que lo haré. Siempre supiste que lo era, ahora como una... te lo prometo, promesa de Mafiosa.

Cuando Poché terminó, volvió a los brazos de Calle.

-Pausito y Pausita sabrán que su madre los amó. -Murmuró Poché y Calle asintió.

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De regreso a la casa, claramente los animos no eran los mismos, pero tenían hijos a los que cuidar e hijos a los que no querían poner tristes.