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Mateo

- Soy Manuel. Manuel Vainstein.

- U-un gustó Manuel - Hable después de unos minutos. Estaba nervioso, no sabía el porque, pero la presencia de aquel chico me ponía nervioso.

- ¿Tú eres? - Habló Manuel. ¿Cómo soy tan imbécil como para no decirle mi nombre?

- Soy Mateo.

- Bien Mateo, Un gustó, esperó y nos llevemos bien - Manuel volvió a concentrarse en lo que antes estaba haciendo.

Manuel estaba en mí lugar, bueno, junto a mi lugar y si el no se levantaba no podía entrar. ¿Había otra forma de irme a sentar a mí lugar? Sí, pasando por encima suyo y definitivamente no voy hacer éso.

- Manuel, ¿Me dejas pasar? - Pregunté algo tímido, él solo le limitó a mirarme - Porfavor.

- ¿Hay otra forma en la que puedas entrar sin tener que levantarme? - Preguntó. Mire al suelo para que Manuel no pudiera ver mi sonrojo, cosa que no funcionó porque largo una pequeña risita y se levantó.

- Gracias - Susurre, él asintió y yo pasé a mí lugar.

Saqué unos cuadernos y unos lápices para terminar las tareas que me faltaban, eran pocas pero tenía. Miré de reojo lo que Manuel estaba haciendo en su cuaderno, estaba dibujando y no lo hacía nada mal, era una luna y un sol, juntos; el dibujo era hermoso, muy hermoso.

- ¿Sabes que significado tienen la luna y el sol juntos? - Habló Manuel, Negué.

- ¿Qué significan? - Pregunté mirando el dibujó

- El sol y la luna representan dos opuestos que se complementan: ambos se turnan para iluminar durante el día y la noche, respectivamente... - Manuel no pudo terminar  porque lo interrumpí.

- Son como el ying y el yang: se necesitan el uno al otro para convivir - Dije, mire a Manuel quien me veía con una gran sonrisa.

- Exacto, que inteligente eres Teito.

Seventeen; TrueplikDonde viven las historias. Descúbrelo ahora