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Omnisciente

A pasado un mes desde que Manuel y Mateo de conocieron, eran muy unidos, hacían todo juntos, estudiaban juntos, caminaban juntos, comían juntos y hasta dormían juntos,  sus amigos los llamaban "MyM".

Todo estaba llendo de maravilla, pero había algo que Mateo no le contó a Manuel, y ése algo, era muy importante. Los dos chicos se encontravan en el jardín de la escuela, merendando.

- Teo, ¿A qué le tienes miedo? - Pregunto Vainstein tomando del jugó que su acompañante había traído.

- A muchas cosas- La risa de Palacios se hizo presente, aquella risa hizo que la piel de Manuel se erize.

- ¿Cómo cuáles? - Volvió a preguntar Vainstein ahora mirando al menor.

- A las alturas, a las cucarachas, son asquerosas - Mateo hizo una mueca de asco que le dio ternura a Manuel- y a los escenarios - Manuel lo miró confundido.

- ¿A los escenarios? - Mateo asintió.

- Sí, o sea, sentir que tengo la atención de todos me aterra, ¿Y tú qué le temes?

- A la soledad  - Mateo iba a contestar pero el timbre sonó haciendo que los chicos se dirijan a su ultima clase, historia.

Al llegar se sentaron en sus lugares respectivos y esperaron a que su maestro llegara, cosa que no duro mucho.

- Buenas Tardes jóvenes, hoy vamos a hablar sobre Jorge Luis Borges, quiero que unos de ustedes venga a leer su biografía - Todos los chicos levantaron sus manos, execto Mateo, quien llamo la atencion de su profesor - Palacios, venga.

Los nervios de Mateo no tardaron en llegar quien rápidamente miro a Manuel, quien le sonrió para tranquilizarlo cosa que no hizo. Se levantó de su asiento y se dirigió al frente, donde todas y todos lo miraban.

Mateo miró la hoja que tenía en sus manos dispuesto a leer lo que contenía, pero no lo hizo, abrió su boca pero nada salía. Su vista comenzó a nublarse, y su cabeza comenzó a dar vueltas, sus manos comenzaron a temblar. Mateo sentía como le faltaba el aire. Todos sus compañeros se percataron de lo que estaba sucediendo.

- Mateo - Se escuchó la voz de su profesor a lo lejos. Mateo salió como pudo al baño, no podía caminar del todo bien.

- ¡Mateo! - Gritó Manuel asiendo que el menor lo volteara a ver - ¿Qué pasa?

- Estoy teniendo un ataque de pánico - Manuel rapidamente se acercó a él y lo llevó hasta el baño.

- Bien, trata de respirar despacio - Mateo negó.

- No puedo.

- Piensa en otra cosa, no se, en algo que te guste - Mateo intentó pensar en algo diferente pero no pudo.

- No puedo, no puedo hacer nada - A Manuel no se le ocurrió algo más que hacer así que lo beso. El beso era lento y tierno, Manuel tenía sus manos en las mejillas de Mateo,  y éste las tenía en las manos de Manuel.

- ¿E-estas m-mejor? - Preguntó Manuel cuando se separaron, sus frentes estaban unidas y sus manos seguían en la misma posición.

- Tal vez si lo haces otra vez mejore - Respondió Mateo con sus mejillas rojas y con una sonrisa.

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Perdón si alguien que tenga ataques de pánico lee esto y algo esta mal.

Seventeen; TrueplikDonde viven las historias. Descúbrelo ahora