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Omnisciente

Habían pasado tres días desde que Manuel y Mateo se vieron, Mateo todavía no le había contado nada a Manuel sobre su enfermedad, bueno, a nadie. Solo su mejor amigo lo sabía y no quería que nadie más lo sepa.

El padre de Mateo, su hermano y su madrastra se iban de viaje, pero él no podía ir, ya que Mateo tenía sus clases y no podía dejarlas de lado.

- ¿Vas a estar bien? - Pregunto su padre, Pedro.

- Sí, ve y diviértete con Emi y Penny, yo estare bien - Dijo Mateo con una sonrisa para después abrazarlo.

- Esta bien, pero si pasa algo me llamas.

- Sí pa'.

- Bien, nos vemos en unas semanas Teo - Pedro abrazo a su hijo y después subió al auto para irse, no sin antes  despedirse por ultima vez de su hijo.

Mateo se dirigió hasta la puerta de su casa y entro en esta, se tiro en el sillón tomando el control remoto y prendió la TV. Busco sus dibujos animados preferidos, Bod Esponja.

El sonido de su teléfono hizo que dejara de ver la TV y que toda su atención se posara en el aparato. En la pantalla apareció el nombre "Manuel Vainstein", lo estaba llamando

- ¿Si? - Habló el menor, la respiración agitada del otro lado de la línea lo hacía poner nervioso.

- Mateo, ¿Estás en tu casa? - Mateo se quedo callado por unos segundos.

- Sí, ¿Porqué?

- Estoy cerca, ¿Puedo ir?

- Sí, ¿Pasa algo? - El tono de preocupación en la voz del menor hizo que Biquard se muriera de ternura.

- Solo te quiero ver, nos vemos allá - Dijo Vainstein cortando la llamada.

Seventeen; TrueplikDonde viven las historias. Descúbrelo ahora