—Mírame a los ojos, DeJun— el pelinegro le tomó del mentón para obligarlo a levantar la mirada— por favor, dime qué es lo que está mal, por qué de un día a otro me ignoras y te escondes de mí.
—No me estoy estaba escondiendo— el temblor en su voz le delató.
—Entonces, ¿qué estabas haciendo? Porque de verdad que no te entiendo.
—Es que es obvio, Kunhang; ya no quiero estar cerca de ti— el bajito lo apartó bruscamente y le dio la espalda.
—¿Por qué, Xiao?¿Por qué? Solo te estoy pidiendo una razón, nada más. Dime tus motivos y te dejaré en paz si es lo que quieres.
—¡Porque estoy harto de tus lástimas!— Xiao gritó con las lágrimas empezando a brotar de sus ojos y un nudo cerrándole la garganta.
—¿De qué estás hablando? ¿Cuáles lástimas?— habló el más alto con una notable confusión.
—No hace falta que finjas, sé que no te intereso, ¿Cómo podría hacerlo? solo soy el niño llorón y resentido que vive enojado con el mundo— bufó mientras lo miraba con ira— para ti soy algo parecido a una obra de caridad.
—¿Cómo puedes si quiera pensar eso? Xiaojun, todo lo que te vengo diciendo desde hace meses no es ninguna broma. Cuando te dije que podías apoyarte en mi no era más que la verdad. Y si tu pregunta es a dónde quiero llegar, bien te lo diré— tomó una bocanada de aire y lo tomó del brazo para encararlo— estoy enamorado de ti. Quiero estar contigo para que crezcamos juntos, para hacerte sentir seguro, protegerte de todo, aunque a veces el mayor peligro seas tú mismo.
—Deja de decir estupideces.
—No es ninguna estupidez, todo el trasfondo de tu inseguridad es que no sabes valorarte, Xiaojun; por más que te niegues a aceptarlo sabes que es así. Pero yo no estoy tratando de juzgarte, yo quiero acercarme a ti, déjame demostrarte lo valioso que eres. Si antes no te hablé de lo que siento fue porque quería ir lento contigo, sé qué es complicado para ti, también lo es para mí, pues cuando siento que ya estoy cerca me topo con pared al drame cuenta de que te alejaste de nuevo.
A ese momento el castaño había dejado caer sus barreras y respiraba pesadamente con sollozos entrecortados haciendo eco en la habitación.
—No puedo aceptarlo, yo no soy alguien que puedas amar. Mi inestabilidad te terminará por hartar y te irás, mientras yo me quedo sin saber cómo diablos seguir. No, Hendery, no te puedo ofrecer lo que tú buscas.
—Tienes que entender que lo que busco eres tú— la desesperación inundaba la voz del menor— defectos más, defectos menos, te quiero así. De la manera en la que eres me enamoré de ti; ahora quiero hacerte sonreír, que seas inmensamente feliz porque es lo que mereces.
—No merezco nada— declaró, a lo que el más alto iba a replicar mas no pudo, pues unos labios habían sellado los suyos.
DeJun se había abalanzado sobre Kunhang antes de que este pudiese pronunciar una palabra, puesto que sabía de sobra que tarde o temprano lo tendría en el cielo y el estaría tan aterrado de caer que el vuelo le resultaría efímero.
Hendery empezó a mover sus labios sobre los contrarios intentando transmitirle todo el cariño y dulzura que él le provocaba. En el fondo quería creer que el castaño había empezado esto porque estaba dispuesto a darle una oportunidad.
El toque era lento, como el roce de la seda. Xiao aún estaba procesando las consecuencias de sus decisiones cuando le siguió el ritmo del beso al otro chico. Kunhang llevó sus manos a las mejillas del castaño, donde trazó círculos con sus pulgares, logrando derretirlo con ternura.
Ambos se preguntaban qué se supone que estaba pasando ahora, pensamiento que quedó suspendido en un segundo plano cuando sus lenguas se encontraron y un tinte de necesidad y deseo comenzaba a embargarlos.
Hendery trató de separarse para interrogarle sobre su actitud nuevamente, pero Xiaojun no estaba dispuesto a seguir hablando y si esta era la única manera de hacerlo callar, entonces no se iba a rendir.
Todas la veces en que el pelinegro intentó hablar fue acallado por los labios y las manos curiosas del otro que habían empezado a hacer un recorrido en su espalda por debajo de su camiseta.
Entre suspiros y quejidos, DeJun lo empujó a la cama y se colocó sobre su regazo, inclinándose para buscar sus labios de nuevo.
—Xiao, detente— lo tomó por las mejillas y se incorporó en la cama— ¿Por qué estás haciendo esto?
—Porque es lo que deseo, me niego a continuar hablando, sé que diré muchas cosas sin sentido que quizás en algún momento suenen absurdamente coherentes en mi cabeza.
Y sin más, volvió a su tarea de trazar un camino de húmedos besos en el cuello del otro, que sin darse cuenta había quedado encerrado en una nebulosa de deseo que bloqueaba todo juicio o pensamiento racional que llegase a tener.
Eran un desastre de caricias vagas y miradas furtivas, silenciosamente han sucumbido ante la necesidad de recorrerse enteros esperando no cometer un error cuando su burbuja se rompiera al día siguiente.
[°°°]
La mañana en Wenzhou había llegado cargada de nubes oscuras y vientos frescos que recorrían la ciudad entera.
Como siempre, el primero en levantarse fue Kun, el rubio se levantó frotando su rostro y abrió las cortinas de la habitación con pereza.
Al dirigir su mirada de vuelta a la cama pudo apreciar a Xuxi abrazando a Chuing, a quien había proclamado como su primer hijo, contra su pecho. La sola imagen hizo que su corazoncito diera un brinco, pues su novio podría medir más de un metro ochenta y tener una expresión nada boy para las sesiones de fotos, pero en el fondo era un chico distraído con una bondad enorme y una sonrisa que denotaba una inocencia casi infantil. Lo amaba, no había ninguna duda de ello.
Con cuidado se sentó a un lado de él y le comenzó a hacer arrumacos en el cabello. Wong se removió en su lugar y abrió sus ojos de a poco, dándose el tiempo para admirar la sonrisita que su Kun le dedicaba.
—Buenos días, Xuxi— el rubio se inclinó para plantarle un pequeño beso en los labios.
—Muy buenos desde que estás a mi lado, KunKun— el moreno se incorporó y le regresó un beso más profundo que el anterior antes de levantar al muñeco que estaba abrazando— Dile hola a papi, Chuing.
—Buenos días a ti también, Chuing— Kun tomó el peluche y lo acercó a su oído— ¿Qué dices? ¿Xuxi no te dejó dormir con sus ronquidos? Bueno, tendrás que acostumbrarte.
—Aiyaa, eso no es cierto.
—Por supuesto que no, amor— le guiñó un ojo con diversión— hay que cambiarnos y bajar a desayunar, antes de que se deje de servir el desayuno.
—Mejor quedémonos un ratito más aquí abrazaditos— le hizo un puchero.
—Podemos hacer eso después del desayuno, Lu. Recuerda que debemos tomar un avión en la tarde y la comida de ahí apesta.
—Mmh, bueno— el más alto finalmente se rindió y salió de la cama para buscar su ropa.
Ambos se cambiaron y bajaron am restaurante del hotel, donde se encontraron con Yangyang y SiCheng comiendo tranquilamente al fondo del lugar. Los recién llegados los saludaron y se sentaron junto a ellos.
Antes de comer, Kun llamó a los miembros faltantes para que bajasen, sin embargo, se llevó una sorpresa cuando el único que llegó fue Ten, quien se supone que compartía cuarto Xiaojun pero resulta que durmió solo. El teléfono de Hendery lo mandaba directamente al buzón.
Algo pasaba e iba a llegar al fondo de ello.
Pregunta, me gustaría hacer un cameo de algún boygroup, ¿Quién les gustaría que fuera?

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NAKED | XIAODERY
أدب الهواة"No sé cómo esperaba que me amaras si ni siquiera a ti mismo eras capaz de amar. Quería que te quedaras, pero creo que es mejor dejarte ir." >Género: Drama, Romance >Pareja principal: Hendery x Xiaojun >Pareja secundaria: Lucas x Kun (menci...