NAKED | XIAODERY

18: Limbo

Al escuchar la puerta cerrarse no estaba seguro de si debía sentirse aliviado o aún más alterado.

En cuanto abrió la puerta de su habitación pudo ver el rostro serio de Hendery y su mano elevada a punto de tocar la madera.

Sin decir nada, se movió a un lado para dejarle pasar.

—Mi teléfono...—murmuró el castaño con cautela.

—Al demonio con los celulares DeJun, ¿De qué fotos habla Mingi?— se encabritó el menor.

—No tienes ningún derecho a leer mis mensajes— pronunció más como un pretexto que como defensa.

El contrario soltó una risa irónica con desespero.

—Uy pues qué pena pero ya los leí, así que escupe de una vez de qué se trata todo esto— exigió tomándolo de los hombros.

—Te engañé con Mingi— repuso el bajito tratando de tomar distancia.

—Eso no te lo crees ni tú, ¿qué tan difícil es decirme la verdad?

—No puedo hacerlo.

—¿Por qué tienes tanto miedo? Sé que te está amenazando, podemos buscar una solución juntos y...—tomó sus manos entre las suyas.

—¡No! Es que de verdad no entiendes, Hendery, no solo se trata de mí.— se soltó bruscamente de su agarre.

—¿Y de quién más?

DeJun estuvo a punto de responder con un tajante "tú" pero se reprimió mordiéndose la lengua.

—Mi carrera— vociferó mirando a donde sea menos al chico que tenía en frente.

—Lo que sea que Mingi tenga no puede ser tan grave, solo tenemos que solicitar la ayuda adecuada— trató de tranquilizarlo.

—No tienes idea.

—Entonces ilumíname, ¿con qué te está chantajeando ese bribón?

—Kunhang, deja este asunto por la paz— el mayor se sobó las sienes con hartazgo.

—No, exijo respuestas, me niego a dejarte hundirte así por algo que podemos resolver.

—Bien te lo diré; ponte cómodo— espetó con ironía al sentirse entre la espada y la pared.

Después de todo, ya no había nada que hacer, Hendery vio todas sus conversaciones con Mingi y merecía saber que él también salió perjudicado en tan desdichada situación.

—Mingi se enteró de nuestra relación— reveló, dejando sin palabras al pelinegro.

—Contrató a una sassaeng para seguirnos, y esa entrometida nos tomó fotos en una de nuestras citas— continúo con rencor— en esas fotos se pueden ver nuestras caras muy claramente, también el cómo nos damos un beso.

—Pero...¿cómo? siempre tuvimos cuidado de despistar a los mirones en cada salida— el desconcierto era tal que el color se le había ido del rostro.

—Tal parece que no, y ahora Mingi tiene en sus manos una opción para acabar con nuestras carreras cuando se le antoje— lágrimas amargas empezaron a brotar de los ojos del castaño— yo no quiero hacerlo, Hen, de verdad amo cantar y estar con WayV, contigo...

Su voz se quebró y cayó de rodillas en el suelo del cuarto.

El menor se apresuró a llegar hasta su lado y apretujarlo contra su pecho.

—Por eso no me dijiste...— sintió un ligero asentimiento de parte del contrario— Oh Dios te dije que podías confiar en mí, no me imagino el daño que te hizo cargar con esto tú solo desde no sé cuándo.

—Como tú lo dijiste, era una carga enorme y lo sigue siendo, no me reproches lo que hice o no, todo era con la intención de protegerte— su ceño se frunció de nuevo.

—¿Desde cuándo?— ignoró su respuesta, lo menos conveniente era ponerse a pelear de nuevo.

—Dos meses— el menor jadeó de pura incredulidad.

—¿Y qué te pidió que hicieras a cambio de no revelar las fotos?

—Terminar contigo.

Masculló un "desgraciado" por lo bajo y se revolvió el cabello con fuerza.

—Mira, DeJun, estoy seguro que hay una salida, tiene que haberla— aseguró tratando de convencerse más a sí mismo que al castaño.

—¿Y cuál? Hendery, estamos atados de manos—despotricó el mayor— la empresa ni siquiera sabe de nuestra relación; si se enteran de esto, se acaba; si Mingi manda esas fotos, de acaba. Tú aún te puedes salvar, solo déjame a mi lidiar con esto y no te metas.

—Los dos estamos en esto, y los dos vamos a salir— aseguró con una determinación que no poseía— siempre hay una luz al final del túnel.

—¡Deja tus estúpidas frases para cuando no estemos en peligro de perder todo por lo que hemos trabajado!

Sin saber que responderle, el menor le dedicó un mala mirada y se levantó de su lugar para salir de la habitación, veía otra pelea avecinarse y sinceramente no tenía el humor para ello.

Salió en silencio escuchando un bufido a sus espaldas.

DeJun se retiró los salados restos de lágrimas de sus mejillas y cerró la puerta tan fuerte como pudo.

El arrepentimiento ya se había abierto paso por su ser conforme la discusión con Kunhang se daba.

Ya estaba hundido, probablemente ya ni hacía falta que se molestara en tener contento a Mingi. 

Tomó su celular, que había sido abandonado por Hendery en su cama, y revisó la bandeja de entrada.

Más de veinte mensajes y cinco llamadas perdidas de su acosador se amontonan en la pantalla de inicio, la mayoría no muy amigables para ser leídos.

Se sentía muy tentado a mandarlo a la mierda de una vez por todas, pero en este momento lo que deseaba era un descanso y no echaría a perder su esfuerzo por un mero arranque de ira.

La frustración emocional que venía arrastrando le hizo dormirse con el ceño fruncido y un río de lágrimas secas aprisionado su rostro.

No era tonto, sabía que estaba cometiendo error tras error, mas ya no tiene juicio alguno para tratar de enmendar lo que ha causado y el dejarse llevar hasta que lo lleve la desgracia suena bastante sencillo.

¿Qué hacer?

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Hola a todos!

Les traigo un nuevo capítulo, y algo que les quiero decir.

Aunque no soy atiny, estoy enterada de los problemas de salud de Mingi, y claramente deseo que se recupere pronto y todas sus fans le den el apoyo que necesita, mucho amor para él.

Hasta pronto! <3