8-Nueva vida

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Natsu se estaba dando un baño con Erza, la joven había insistido en que necesitaría ayuda así que se puso manos a la obra y le ayudo a lavarse. Una vez limpios, se metieron en aquella fuente apoyados en la orilla.

—Oye Natsu, ¿cómo te sientes?—pregunto la joven escurriendo su pelo.

—Bien—contesto sin más.

—No es necesario que me ocultes nada, somos amigos desde niños, ¿recuerdas?—se notaba la preocupación en el tono.

—Cuando vi a Mira con otro chico, me sentí como si todo el mundo se viniera abajo...no podía...hacer desaparecer este dolor—comentó cabizbajo.

—El amor puede ser bello...pero también muy doloroso y oscuro—al verle tan alicaído, le tomo el rostro y lo apoyó en su pecho.

Salieron a los pocos minutos y se vistieron. Natsu se quedó pensando en lo que había sucedido con Mira, quizás debía dejar esos sentimientos. Además, el recordar la forma tan fría y cruel con el que simplemente le dijo: ''no te preocupes, yo me hago cargo'' fue tan dolorosa cuando lo pensaba que debía pasar página.

—Erza—ella volteó—gracias—dijo con una sonrisa.

—Siempre voy a estar ahí para ti...Natsu—le contestó.

Erza regresó a casa, ya era bastante tarde y Natsu se metió en su habitación. Aquel relajante baño le había sentado de maravilla, pero estaba cansado, necesitaba dormir.

Al día siguiente, se levantó con mucha energía, tras tomarse un buen desayuno, se marchó al gremio a por una misión. Necesitaba realizar una con urgencia, demasiado tiempo sin enfrentarse a un enemigo de verdad.

—¡Hola a todos!—gritó al entrar.

El resto de amigos alzaron sus copas y saludaron de igual manera. Sus ojos se posaron en la barra, allí estaba Mirajane preparando algunos trozos de carne para la gente que esperaba en la barra. Estaba como siempre, con una sonrisa y su pelo que resplandecía al movimiento.

Respirando hondo, camino hasta la parte de la barra ya que tenía que pasar por ahí para poder acceder donde estaba el tablón de anuncios. 

—Oh, Natsu, ¿qué tal hijo?—pregunto Makarov que ya llevaba un par de copas de más.

—Bien, voy a hacer una misión—contesto sonriente.

—Ah, ¿puedo ir contigo?—pregunto la voz cercana.

Era Lucy, vestida como siempre de forma atractiva.

—¿Necesitas dinero?—le pregunto este.

—Si, je, je—respondió algo nerviosa.

Ambos fueron hasta el tablón y se preguntaron que clase de misión podrían realizar. Las más beneficiosas eran algo largas pero sobretodo necesitaban gente ya que aunque Natsu era muy fuerte, sabía que no podría hacerlo todo solo. Entonces al mirar al gremio, hizo algo que nunca esperó hacer.

—¡Oye, Gray!—grito este.

—¿Qué quieres?—pregunto casi gruñendo.

—¿Quieres venir de misión?—alzó el papel para que lo viera.

—Bien, ¿por qué no?—aunque le resultaba muy extraño que le pidiera ir.

—Yo también voy—Erza que estaba terminando su pastel, quiso ir.

—¡Perfecto, el equipo más fuerte de Fairy Tail vuelve a la acción!—exclamo el mago alzando el puño.

Eso le costó mucha valentía, pero fue hasta la mesa de Mira y le enseño el papel. Ella con aquella sonrisa y como si no hubiera pasado nada entre ellos, inscribió la misión en su libreta para apuntarla.

—Vamos Lucy—dijo rodeando a esta del cuello mientras salían ya del gremio con la mochila en la espalda.

—Mira, ¿estás bien?—pregunto Makarov.

—Si, ¿por qué lo dice?.

—Conozco bien a cada uno de mis hijos, y más si es alguien de tanto tiempo. ¿Te sientes mal por Natsu?, ¿no?—la miro a los ojos.

Ella estaba  de espaldas fregando unos cacharros.

—Entre Natsu y yo...no hay nada...y nunca lo habrá—contesto sin mirarle.

—Puedes huir de todo...salvo de ti misma.

Aquellas palabras eran dolorosas y ciertas, pero Mirajane ahora tenía novio, alguien a quien estuvo deseando durante mucho tiempo. Aquel joven le demostró madurez, un chico guapo, con futuro y negocio propio. Y en cuanto al beso, fue fruto del vino que había tomado.

—No estoy huyendo—replico ella.

Rumbo al poblado, Gray y Lucy cruzaron miradas entre ellos, querían preguntar a Natsu acerca de las imágenes que han visto en el periódico.

—Oye Natsu...—comenzó la rubia.

—Dime.

—Queríamos preguntarte acerca de...la foto...—dijo despacio.

Erza les miro cabreada sin decir nada por sacar el tema.

—No hay nada...no hay nada entre ella y yo—contesto este riendo—fue simplemente un malentendido.

La pelirroja se sorprendió de ver a Natsu actuar sin derramar lágrimas, sin mostrar tristeza, eso demostraba claramente su fortaleza.

—Ya veo...lamento haber sacado el tema—se disculpo.

—No te preocupes, entiendo que quieras saber de ello. Pero no hay nada—contesto.

En ese momento, Natsu fue mordido por una serpiente en el brazo. Gray enseguida cortó en dos al animal con su espada de hielo pero la mordedura no tenía buen aspecto.

—¡Resiste Natsu!—dijo Lucy llorando.

Erza succionó el veneno lo más rápidamente posible, aunque la herida presentaba un aspecto horrible por lo que tendrían que llevarlo a un médico.

—Estamos aún cerca del gremio, vamos allí—ordeno la pelirroja.

Gray guardo los restos de la serpiente por si necesitaba hacer un antídoto, saber de que clase de serpiente se trataba. Erza, que era muy bruta, cargó ella sola a Natsu a su espalda.

—Esta poniéndose débil—comentó la maga celestial viendo como ardía su frente.

Al alcanzar la puerta del gremio, encontraron a Wendy.

—¿Qué le ha pasado a Natsu-san?—pregunto horrorizada.

—Le ha mordido una serpiente venenosa—contesto Gray.

Enseguida, entraron al gremio ante la mirada de todos, incluida la de Mira.

Continuara...

Los demonios también aman(NaMi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora