15-Mavis

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Los días se iban pasando, la feliz pareja no paraba de mirar revistas y visitar lugares en donde celebrar su boda, querían que todo fuera perfecto. La persona que más estaba emocionada era Erza, más que los novios y eso se notaba en sus constantes apariciones con revistas y demás cosas para la celebración. Al verla tan feliz y emocionada con la boda, Natsu y Serry decidieron nombrarla dama de honor.

—Dama de honor...¿yo?—ella estaba al borde del llanto.

—Si, lo hemos hablado y creemos que eres la mejor candidata—contestó Natsu con una sonrisa acompañado de Serry.

—No sé que decir...yo...yo...—todos la miraban con ternura. Era complicado verla en aquella faceta.

—Si no lo quieres puedo serlo yo—intervino Lucy.

—¿Ah?—pregunto esta.

—No he dicho nada, creo que eres la ideal para hacerlo—dijo la maga celestial asustada al ver la cara de Titania

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—No he dicho nada, creo que eres la ideal para hacerlo—dijo la maga celestial asustada al ver la cara de Titania.

El banquete, el lugar de la boda, cuantas personas iban a asistir...todo eso hizo que los días pasasen volando ante la mirada de la pareja que cada vez estaba más nerviosa por la fecha. Además, Serry se había ganado el cariño de todos y cada uno de los presentes. Tenía una amabilidad que solo tenían esas personas con un gran corazón.

—Natsu, he pensado que podríamos utilizar este tipo de flores—dijo enseñando unas fotos.

—Lo veo bien.

Por su parte, la situación no mejoraba para Mirajane la cual no paraba de sufrir, era demasiado el dolor que sentía en su pecho. Lisanna la consolaba por las noches mientras Elfman dormía como un tronco para que no se enterase.

Uno de esos días, Mavis apareció por el gremio descalza como de costumbre y volando alrededor del lugar.

—Primera—saludo Makarov.

—Hola Makarov-san, ¿qué tal las cosas por aquí?—descendió hasta sentarse en la barra.

—¡Natsu se va a casar!—contestó feliz y con unas copas de mas.

Entonces le contó todo lo que había sucedido, ella escuchaba alegre y le llenaba de felicidad. Una boda siempre era motivo de alegría y le encantaba ver a los magos de su gremio celebrar aquel tipo de acontecimientos. Odiaba ser un fantasma porque no iba a poder comer tranquilamente pero al menos, podía ver como sus hijos crecían sanos y fuertes. Makarov le quiso enseñar algunas cartas de hace años a la primera por lo que subieron a su despacho.

Natsu y Serry entraron al lugar a tomar algo. Estuvieron un rato comiendo y charlando con todos los presentes. Serry aún no se acostumbraba a estar rodeada de tanta gente, pero poco a poco iba tomando esa confianza para al menos, establecer una corta y breve conversación.

—¿Ya tenéis lugar?—pregunto Lucy.

—Si, ya esta casi todo listo je, je—contestó ella.

—Juvia quiere casarse con Gray-sama—puso morritos para darle un beso al mago que estaba sin camiseta.

—No—le puso la mano en la cara para mantener la distancia.

—Hacéis buena pareja—comentó Serry.

—Juvia piensa como Serry—le dio un fuerte abrazo mientras todos se echaban a reír.

Al cabo de unos minutos, la joven dijo que tenía que ir al servicio. Después de ir, iba a volver con el grupo pero vio que fuera estaba haciendo muy buen tiempo y la parte de atrás era muy tranquila y relajada, como le gustaba a ella.

Era todo tan tranquilo y solitario, que comenzó a tararear la canción de Jenny, esa que tanto le gustaba. Los brazos y piernas siguieron la melodía y fue bailando con gracia y belleza propia de una bailarina profesional. 

—Ella nunca...se quiso ir...nunca se quiso ir...—cantaba casi en un susurro terminando el baile.

Se limpió el sudor de su frente y se quedó unos segundos en la sombra de aquel enorme árbol cercano con una sonrisa en el rostro y el viento ondeando su pelo.

—Creo que es hora de volver—pensó mirando el edificio.

Mientras, Mavis flotaba, había escuchado una melodía preciosa debido a su fino oído. Vio de quien se trataba, una joven en el patio y bajo para verla más de cerca, total, ella no le podía ver al no pertenecer al gremio.

Le parecía muy guapa y amable, nunca la había visto por allí así que supuso que se trataba de Serry, la prometida de Natsu. 

—Hola—saludó Mavis sabiendo que no podía verla.

Flotó a su alrededor y con la distancia de siempre mientras le hacía caras raras como una niña pequeña para luego echarse a reír. Como la distancia entre el árbol y la puerta del gremio era de unos minutos, a la rubia le dio tiempo de hacer muchas caras.

—Ella nunca se quiso ir...nunca se quiso ir...—cantó deteniéndose allí mismo a escasos metros de la puerta.

Mavis se detuvo y sus fantasmales pies tocaron suelo.

—Hola Mavis—dijo girándose—ha pasado mucho tiempo.

Ella no decía nada, no comprendía lo que pasaba, no la conocía de nada.

—En el salón...del rey...que murió...Jenny con almas bailó—Mavis se puso de rodillas.

—Je-Jenny...—dijo con lágrimas en los ojos.

—Veo que los años no han pasado para ti—le dijo con una sonrisa.

—No puede ser...

—Ella nunca se quiso ir...nunca se quiso...ir—esto último lo dijo muy despacio.

Ambas quedaron frente a frente, mirándose a la cara. Mavis estaba con lágrimas en los ojos mientras la chica que tenía delante ponía una mirada melancólica.

Continuara...

Bueno...he sacado tiempo. Ahora sí, ¡hasta el 4 de Junio!

Los demonios también aman(NaMi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora