v e i n t i n u e v e.

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Todo pasó rápido y sin previo aviso. Trataron de localizar de nuevo a Daniel pero ya eran los últimos días de colegio. Casi nadie asistía y cuando iban a buscarlo a casa, él nunca "estaba en ella".

Lo tenían tan cerca...
la tenían tan cerca a ella...

Pero lo único que Will podía pensar era:

"Pensé que era el único..."
claramente no. Habían más, muchos más y entendía que lo hiciese, ayudó a muchos seguramente pero obvio hubiese deseado ser especial e incluso, aunque "m" ya no era algo tan participe de su vida, al principio tenía interés en ella y el saber que estuvo con uno de los chicos al que le escribía... era raro.

Escribió algo similar en la última nota de Daniel y la mía... habla de encontrarse. ¿Por qué?

Había tantas preguntas y tan pocas respuesta que no sabía exactamente hacer.

—Un helado de chocolate para ti... —Lilia puso el cono frente a su rostro con una sonrisa iluminada. Estaban sentados en la vereda de un pequeño parque  una tratando de imaginarse quién podría ser aquella chica y el otro tratando de comprender hasta sus propios pensamientos.

Ahí, sentados, juntos, compartiendo un helado... Will pudo pensar en que jamás habría nadie como ella en su vida, porque vamos... ¿Quién en su sano juicio soportaría todo lo que Will le ha causado?

"Nadie" se respondió mentalmente. "Solo tú. Solo tú aceptas que te rompa en pedazos, irme, dejarte sola recogiendo uno por uno y luego dejar que vuelva de nuevo a romperte" pensó con tristeza. "No te merezco".

Will la miraba con tristeza, tenía ganas de pedirle perdón mil veces, a cada momento. Sabía exactamente lo que ella sentía y la hería, la dejaba como si no sintiese nada y todo ¿para qué?, ¿para estar con alguien que nunca ha luchado para estar contigo?

¿De qué sirvió dejarla cuando Max te habló borracha, si luego, se fue con uno de tus mejores amigos?

¿De qué sirvió dejarla el día de navidad para ir a buscar a Max, si luego, ella ni siquiera quiere verte?

Ella solo huye. Siempre.
Jamás habla contigo de lo que le pasa y tú solo sigues volviendo a ella... y Lilia, sigue volviendo a ti.

—¿Por qué me miras así? —Lilia se acomodó un mechón de cabello atrás de la oreja, nerviosa por la mirada fija de Will. El sol del atardecer iluminaba su rostro y sus ojos, el brillo en sus pómulos y en la punta de su nariz la hacía lucir radiante.

Y Will recordó la nota de "m".

Tu turno.

Y entonces tiró los dados al destino y al azar, su resultado fue: dejar de tener miedo y tener valentía. Así que le agarró la mano a Lilia y la levantó de la vereda con seguridad y decidido de sus acciones como jamás en su vida estuvo.

—¿Q-qué pasa? —Lilia nerviosa agarró la mano de Will fuertemente, temiendo que volviese a soltarla como de costumbre.

Will solo la miraba.
Él volvió a acomodar el mechón de cabello de Lilia que se había salido de su sitio, aún sin dejar de examinar su rostro. Los cabellos rubios le brillaban como nunca y el olor de su perfume lo embriagó sin prisa.

Bajo su mano con delicadeza por su mejilla, sintiendo los nervios de Lilia a milímetros de él, luego bajó hasta su hombro donde más abajo acarició el pequeño tatuaje del corazón en su clavícula. Para entonces Lilia ya había cerrado los ojos, embriagándose también del olor masculino que brotaba de Will.

Mañana será demasiado tarde. Es ahora o nunca —susurró Will suavemente cerca del rostro de Lilia. Ella abrió sus ojos lentamente, cuando escuchó las palabras de Will puedo reconocer al instante que se trataba de una canción de Elvis.

Hello, zombie boy | Willmax.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora