CAPÍTULO 8

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Capítulo 8: Regresaron...

-¿En serio James? -me quejé en voz alta, una vez el teléfono dejó de sonar lo dejé sin sonido para las llamadas.

Me acomodé en la almohada y traté de dormirme. Había pensado que sería dificil con tantas cosas en mi cabeza, pero realmente estaba muy cansada así que cuando menos lo pensé ya estaba en el mundo de los sueños.

Al día siguiente me desperté algo aturdida con la alarma, me costó un par de segundos recordar todo lo que había pasado pero decidí ignorar todo por el momento y continuar con mi día. Me levanté de la cama y fui directo al baño donde decidí sin querer darme una ducha, hasta que recordé que mi ropa se encontraba en la habitacion de James. Había calculado lo que haría, me iría en la bata de baño a la habitación y trataría de ignorar a James.

Sentí una presión molesta en el corazón, pero decidí ignorarla.

Después de unos minutos en la ducha descubrí que mis planes habían sido cambiados, al parecer James apareció en la habitación de Grace con unas prendas de ropa mía que Grace recibió y que tuve que recibir y aceptar dejando mi orgullo de lado. Utilicé la secadora de Grace para mi cabello y algo de maquillaje de ella que pudiera servirme por que a pesar de yo ser de piel blanca era morena al lado de Grace.

A los 8 minutos después ya estaba lista.

Salí de la habitación en completo silencio y caminé rapidamente intentando que James no se apareciera, lamentablemente mis suplicas no fueron escuchadas por que James apareció con su super velocidad de licántropo frente a mi.

-Alex, yo... por favor, quiero hablar contigo...

-No tengo tiempo James, se me hace tarde para llegar a la universidad. -le interrumpí y lo esquivé para continuar con mi camino.

-Alex...

-No hagas esto James -me molesté- cuando regrese hablamos.

Caminé por las escaleras lo más rapido posible, después por la estancia hasta salir de el castillo donde justamente me esperaba el auto que me llevaría.

Vi a Sabrina, la chica que era como mi guarda espaldas en la universidad esperandome afuera del auto.

-¿Sabes que Sabrina? Tómate el día, no necesito que esten vigilándome como si estuviera siempre en peligro -me subí al auto, le cerré la puerta antes de que entrara, le coloqué seguro antes de que intentara abrirla y bajé un poco el vidrio para decirle algo antes de irme.

-chao, chao lobita. -subí el vidrio y me volteé para dirigirme al conductor- arranque.

-Como usted ordene Luna.




***

-La estabilidad del Modo Mayor permite que podamos incorporar acordes sin perder el sentido del tono. El intercambio se genera a partir de algún modo paralelo. Diferente escala, misma tónica . En general el más utilizado es el intercambio de acordes proveniente del modo menor. Eolio o Eólico... -el profesor hablaba y hablaba pero yo realmente tenía mi menté en otro lugar.

Me preguntaba realmente que habría pasado con las habilidades que se suponía la Diosa Luna me había dado, simplemente habían desaparecido sin razón alguna. Su desaparición había ocurrido uno de los días en los que... el innombrable me había mantenido cautiva. Cuando yo intentaba realizar algo como lo de los ojos blancos con destelllos dorados que recordaba era para asustar a las personas, no lograba nada. Al parecer la Diosa Luna se había dado cuenta de que era una debil y tonta humana que no podría con tal responsabilidad.

Un ruido me sacó de mis pensamientos. Miré ligeramente hacia la izquierda y luego a la derecha. Arrugué el entrecejo confundida.

Estaba segura de haber escuchado una clase de susurro.

Y sin imaginarlo escuché otro ruido que si pude distinguir. Mi bolígrafo se había caido de mi mesa. Apreté los labios y con cuidado y cautela me agaché para levantarlo del suelo, cuando me estaba levantando para acomodarme en el asiento vi una mancha oscura en una esquina del salón que me hizo pegar un pequeño brinquito en mi asiento provocando que mi bolígrafo se cayera de nuevo.

Mi menté rapidamente empezó a armar teorías que me descolocaron completamente.

Regresaron...

No...

Eso hizo que un par de personas voltearan a verme incluyendo el profesor.

-Señorita, ¿Podría tener la amabilidad de no estar interrumpiéndo mientras doy la clase? -el profesor habló.

Lo miré a los ojos y tragué saliva.

-Si, yo... disculpe, necesito... n-necesito tomar aire.

-Muy bien, usted ya sabe que si necesita salir de mi clase puede salir sin pedir permiso por que no me gusta que interrumpan mi clase. -comentó con un tono molesto y amargo.

-S-si... perdone -me levanté de mi asiento y me llevé mi mochila dejando mi libreta y mi bolígrafo en la mesa.

Salí del salón y una vez llegué al baño abrí la llave del grifo y empapé mi rostro en agua.

Estaba sudando y mis manos estaban temblando.

Era imposible, ellos habían dejado de aparecer cuando estaba secuestrada.

-Cálmate Alex -me dije a mi misma y tallé mis ojos con mis manos.

Sentí una mano en mi hombro y pegué un grito del susto poniendo mi mochila frente a mi, pero no era un fantasma, simplemente era Ginna, una amiga del grupo de William, la castaña.

-Ohh Ginna... tremendo susto me diste -solté una risita nerviosa y ella me vio con curiosidad. Yo desvié la mirada y tomé un pedazo de papel que había en el dispensador de papel para secarme la cara.

-¿Estás bien? ¿Te ocurre algo?

-¿A mi? -pregunté retirando el papel de mis ojos para verla, después me volteé hacia el espejo para retirar correctamente la humedad de mi rostro- por supuesto que no, yo... m-me estaba durmiendo en clase y vine a mojarme la cara para despertarme un poco y... tu me asustaste, eso es todo...

-¿Por qué no te creo? -preguntó, yo la miré con confusión, acomodé mi mochila en mi espalda y cuando estaba a punto de dirigirme a la salida volvió a hablar- yo se la verdad Alex.

Inconcientemente tragué saliva al no entender sus palabras.

¿Ella sabía la verdad?

¿De que verdad hablaba?

La miré con recelo y caminé hacia la puerta apresurada. Abrí la puerta y antes de salir hablé de nuevo.

-No se de que hablas.

Y cerré la puerta.

Misteriosa Luna (#EA2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora