Capítulo 6

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Sentado en clase mirando a la nada pesando en las las palabras de Dante me dijo la última vez que hablamos "no parare hasta conquistarte, eso te lo aseguro" no puedo más, no aguanto más. Esto me está matando. Camila me da un codazo y la miro con mala cara, ella con la cabeza me indica como la profesora me mira incrédula -Cristian ¿últimamente estas más en la luna que en clase?- me regaña para continuar la clase.

Al terminar el día que he pasado perdido en mis pensamientos Camila y yo caminamos a la salida mientras que me va contando como fue su fin de semana. Al llegar a la entrada y ver el coche de Dante aparcado me pregunta que tal con el.

-Nose Cami...
-Yo lo veo muy seguro Cristian. Además tu mismo me has dicho que cuando se pone cariñoso te gusta- me dice guiñandome un ojo.
-Cami es que hay no lo puedo evitar, pero luego me siento culpable-
-hay Cristian... cariño se no que decirte de verdad. Te gusta como te toca y seguro que el se ha dado cuenta- asiento -pero luego te mueres de la culpa-
-Cami no me ayudas- me quejo
-es que no se como ayudarte- me abraza y me dice -nada tira que te esta esperando. Te veo mañana- ella se va y yo voy al coche de Dante temblando como una gelatina.

-Hola- me dice seco -Hola- le contesto con el hilito de voz, me pongo el cinturón y arranca el coche. No dice nada ni ponía música ni me miraba, solo conducía.

Después de un buen rato en silencio para el coche nos quita el cinturon a la vez y se lanza a besárme sin tener opción a reaccionar, no podía evitarlo y le intenté seguir con torpeza. Empieza a meter su lengua en mi boca, llavando su mano a mi nuca para apretar más nuestros labios para hacer más intenso el beso Un beso húmedo, intenso y lento. Empieza a abrirse los botones de la camisa negra que tenía puesta con soltura, haciendo que el corazon me lata con mucha rapidez.
Cuando se separa de mi se levanta de su asiento y nose como se sienta encima de mi mirandome de manera oscura, dejando a la vista su piel blanca y sus abdominales marcados -¿qué haces?- la pregunto nervioso -Dante...- le digo con la voz temblando, pero no me respondo -¿quieres tocarme?- me pregunta agarrando mis manos haciendo que empieze a subirlas lentamente por su vientre haciéndome sentir su piel. Empieza a jadear y se muerde los labios sonriéndome, sintiendo el contacto de mis manos encima de su piel -esto es todo tuyo papi. Puedes tocarlo cuando quieras- trago saliva nervioso, me siento tan vulnerable que soy incapaz de retirar mis manos. Me muerdo el labio al ver que sube mis manos a su cuello, hechando la cabeza hacia atrás soltando un leve gemido. Vuelve a bajar mis manos con mucha lentitud haciendo que mis dedos pasen por sus pezones provocando que se endurezcan con mi contacto -¿te gusta? A mi me gusta mucho que me toques. Se me pone dura- me dice sonriéndome con malicia volviendo a morderse el labio. Suelta mis manos para abrirse el pantalón sin apartar su mirada de la mía. Me tiene enganchado, no puedo apartar los ojos de los suyos -Dante...- intento hablar pero no me salen las palabras. Vuelve agarrar una de mis manos y la mete debajo de pantalon haciendome sentir su dura erección por encima de sus calzoncillos, empieza a masajear su erección con mi mano, provocando en el jadeos y gemidos sutiles, que me erizan la piel. Cierra los ojos y se muerde el labio. Empiezo a sentir un calor en mi vientre que va subiendo por mi pecho hasta mis mejillas que se tiñen de rojo y me queman. -ya no puedo mas- dice en un susurro. Saca su erección a luz y trago saliba al verla tan grande y rosada. Me quedo paralizado estoy a su merced, mi respiración no puede estar mas acelerada, mi corazon esta desbocado y me quema todo el cuerpo. Sujeta mi mano y hace que agarre su miembro endurecido para que empieza a bajar y a subir mí mano en ella -todo tuyo bebe- me dice en un gemido. Nuestras manos suben y bajan en su erecto miembro sin cesar, mientras veo como jadea y sus gemidos son más sonoros -Hay papi... que delicia- gime. Sus caras de placer me tienen hipnotizado, no puedo apartar la mirada. Hace que nuestras manos vayan más rápido haciendo que sus gemidos aumenten. Suelta mi mano dejando que siga solo, al ritmo que el ha marcado, no estoy pensando con claridad. Sube mi camiseta hasta mi pecho con sus manos mirandome sin dejar de jadear -todo entero te pertenece papi, solo a ti- me dice acariendo mi vientre con una mano y con la otra mis labios metiendo un dedo en mi boca haciendo que lo chupe. Se relame los labios cerrando los ojos haciendo sus gemidos más sonoros -Me vas a hacer venir mi amor- me dice gimiendo acariendo mi brazo con la yema de sus dedos. No tardo ni un minuto en llegar al orgasmo liberando su esperma en mi mano manchando mi pecho y su vientre, echando ha cabeza hacia atrás y relamiendose, gritando de placer retumbando su voz por todo el coche. Se recuesta en la guantera intentando recuperar el aliento después del orgasmo. Estoy atónito y no reacciono, no me muevo, solo me limito a mirarlo. El me mira sonriendo y con un dedo recoge un poco de su semilla que hay en su vientre y lo lleva a mi boca haciendo que chupe otra vez su dedo, noto un sabor salado, pero no es desagradable. Sonrie satisfecho, agarra unos pañuelos que había detrás del freno de mano y me limpia sus restos con delicadeza.

Vuelve a su sitio de manera ágil y me mira todavía con la respiracion un poco entrecortada. Yo miro al frente con la respiración imparable, me agarra del mentón y me obliga a mirarlo, dirigiendo su mirada a mi boca -Nunca me habian hecho venir asi de rico- me da un beso lento y provocativo. Se separa de mi se acomoda la ropa y como si nada hubiera pasado arranca el coche dejándome mirando al frente apunto de darme un ataque de ansiedad.

Al llegar a salgo del coche a paso ligero, subo las escaleras curriendo, entro en casa y me meto en el baño. Me bajó los pantalones dejando ver mi erección roja y adolorida. Nunca he tenido necesidad de hacer esto, nunca he tenido un orgasmo pero ahora tengo una enormes ganas de hacerlo después de lo que ha pasado en el coche con Dante. Empiezo a subir a bajar mi mano en mi adolorida erección como con Dante y empecé a tener sensaciones que nunca habia tenido, es una sensación sumamente placentera que nunca había experimentado. No podía parar, el placer iba a más, me mordí el labio evitando gemir para mi madre no me oiga. El calor va en aumento al igual que el gusto hasta que llegó a un orgasmo increíble mordiendome el labio con mas fuerza evitando gritar igual que Dante.

Apoyo las manos en el lavadero respirando con dificultad con los ojos cerrados todavía disfrutando de la sensación que acababa de tener. Nunca en mi vida hacia sentido tanto placer "dios... ahora entiendo a Dante" su actitud, sus caras de placer,sus gemidos. El cuerpo se me empieza a relajar, me subo las pantalones y me miro en el espejo. La culpa llega a mi pecho y me siento en la taza del váter metiendo mi cabeza entre mis piernas "¿que me esta pasando?" intentando calmar los nervios y desaparecer la culpa respirando profundo -Hijo ¿estás bien?- mi madre me dice atraves de la puerta -si mama solo que llevaba todo el camino con ganas de orinar- le digo apurado. Me lavo las manos y salgo del baño directo a comer con una sonrisa disimulada.

Nunca había sentido eso, ha sido increíble pero me siento muy culpable. Nunca he sido una persona de seguir los impulsos pero esta vez me ha ganado las ganas. No me puede volver a pasar.

InocenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora