Capítulo 36

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Me muevo en la cama de un lado al otro no puedo dormir. Dante está dormido alado mío sin inmutarse. Siento un calor insoportable en mi vientre que baja hasta hasta mi entrepierna que no me deja dormir. Noto que mi miembro está duro y me duele. El calor va subiendo por mi pecho he intenta tranquilizarme pero no puedo, necesito una ducha fría, no aguanto más, el calor me está matando y Dante está esta plácidamente dormido y no quiero despertale. Cuando me voy a levantar el brazo de Dante pasa por mi estomago y me retiene -Papi... ¿a dónde vas?- me pregunta con la voz adormilada
-No puedo dormir bebe, voy a beber agua- vuelvo a intentar levantarme pero me tira de una a la cama y mete su mano por debajo de mi pantalon
-Mi niño está caliente he- me dice con la voz ronca masturbándome despacio.
Se pone encima de mi, me quita los pantalones, se baja un poco el pantalón dejando a la luz se miembro donde lleva su mano para endurezarla mientras que con la otra mete dos de sus dedos en mi interior, húmedos por su saliva. Quita los dedos y entra en mi interior de una estocada haciendome gritar debido a que no me lo esperaba. Me empieza a embestir con rapidez llegando al punto más intenso en mi interior haciando que grite enloquecido de placer. Me moría de ganas, ya no aguantaba.
-DIOS... ME MORIA DE GANAS- grito delirando del placer. El sonrie de lado y sigue penetrandome con agilidad llavando una mano a mi erección para masturbarme al ritmo de sus embestidas y con la otra mano levanta mis muñecas por encima de mi cabeza. Su cuerpo cocha con el mío con fuerza, haciéndome gemir sin parar hasta que ya no puedo más y me dejo llevar por el orgasmo gritando con fuerza para que después de unos segundos llegue el al suyo en mi interior con abundancia.
-¿Mejor?- me dice sonriendo de lado, se deja caer en mi cuerpo besandome el cuello con mucha dulzura soltandome las muñecas. Levanta su cabeza y me dice mirandome a los ojos susurrando -Cuando tengas ganas dímelo bebe, te hago el amor cuando quieras- me sonrie de lado, asiento tímido y hundo mi cara en su cuello muerto de vergüenza. Me pongo el pantalón del pijama y me vuelvo a acostar en la cama abrazandolo despacio y el me rodea con sus brazos de manera protectora. Nos estamos acostumbrados a tener sexo casi a diario, y me he dado cuanta que me gusta cada vez me gusta mas como me lo hace, casa vez lo disfruto más. Estoy cómodo con el, me siento seguro. Me gusta que me abraze, como me besa, me siento protegido cor el, noto que quiere que disfrute del sexo tal como me dijo.
Hundido en mis pensamientos los ojos se me van cerrando poco a poco hasta quedarme dormido.

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Esta noche íbamos ir al bar todos juntos junto a Camila que se imagina integrado muy bien. Habia hecho una amistad bastante natural y cón mucha complicidad con Rene al igual que mi bebe con Aitana. Sin embargo la confianza que tienen Cristian y Camila es única y se les nota.

El bar como siempre estaba arrebosar. Mientras que yo estaba con unos amigos mi novio estaba bailando con las chicas en la pista. Lo había dejado beber unos sorbos de mi copa pero eso era lo única que le dejaría beber en toda la noche, quiero que lo pruebe pero todo a su tiempo. Desde donde estaba sentado hablando con mis amigos lo miraba de reojo. Cuando alguien se me acercaba a coqueterle lo apelajaba y cuando nose daba cuenta se encargaban Aitana y Rene. Estaba tranquilo, mi novio se hacia respetar y también me daba mi lugar, me gustaba esa actitud. Pero mi tranquilidad se fue al traste cuando un chico parecido a Dante cerca de la barra " No me jodas" cuando mi novio y la chicas de acercan Cristian frunce el ceño al verme la cara que tengo
-bebe... ¿paso algo?- me pregunta con esa voz tan inocente que tanto me gusta. Al ver su preocupación sonrio lo mejor de puedo y le respondo
-no bebe, tranquilo- le doy un besito y me sonrie con dulzura. Lo levanto por los muslos y me siento en el sofa acomodándome, sentandolo a el en mi regazo. Empezamos a besarnos con ganas con mucha ganas, mientras acaricio sus espalda por debajo de la camiseta. Rodea mi cuello con sus menudos brazos mientras que meto en su boca mi lengua rozando la suya. Suspira en el beso cuando apretó la carne de sus caderas con mís dedos y acaricio su mejillas sonriendo en el beso cuando siento su esponjosa lengua en mi boca. Gimo del placer al sentirla complacido por su acción. Cada vez se suelta más y eso me gusta, esta más atrevido y me pone.

Cuando nos separamos chocamos nuestras frentes perdiéndonos en nuestra mirada. Lo amo demasiado, ya no veo mi vida sin el.

Después de un buen rato de risas con nuestros amigos Cristian se va sin decirme nada y Aitana se acerca.
-Se va al baño- me dice sentándose a mi lado.
-voy...- digo pero Aitana tira de mi brazo y me dice entre dientes
-dejalo, que no lo va a pasar nada Dante, sale un poco de aire- resoplo con fuerza y me quedo sentado preocupado. No me gusta dejarlo solo y menos cuando tengo la sensación de haver visto a Dante merodear por aquí.

Pasan 10 minutos y no sale, tengo una sensación extraña, tengo un plan presentimiento que incrementa.

-Raul, ven conmigo- le digo cuando ya no puedo más. Mi novio no sale del baño y estoy asustado.

Entramos al baño pasando por la gente que intentaba entrar. Pero la puerta está cerrada y no he visto a Cristian en la cola.

-Cristian no está- le digo a Raúl. Raúl y yo nos miramos, tumbamos la puerta y me desquicia al ver a un hombre intentando abusar de mi novio, que estaba intentando empujarle llorando. Lo agarro de la camiseta tirandolo al suelo -Dante- susurro al ver su cara sonriente. Lleno de furia empiezo a pegarle tirado en el suelo. Oigo el llanto de Cristian detras de mi que me enfurece mas y le golpeo con mas fuerza si cabe hasta que Raúl me separa de el agarrandome con fuerza.
-ya bro sueltalo. No vale la pena- se levanta a duras penas del suelo y sale del baño apartando a la gente, yo me giro y rodeo a Cristian con mis brazos para que se calme y deje de llorar
-¿estás bien? Dime que estas bien por fabor-
-si bebe estoy bien- solloza entre mis brazos
Le sujetó las mejillas con ambas manos y examino su rostro con atención y respiro aliviado al no ver ninguna herida ni magulladuras. Lo vuelvo a rodear con mis brazos para calmarlo y lo voy consiguiendo. Me mira con ojitos rojos del llanto y le limpio las lagrimas de sus preciosas mejillas con mis dedos dándole un beso en la frente. Me mira las manos y vuelve a llorar sin consuelo.
-Te has hecho daño por mi...-
-yo estoy bien mi amor... me preocupas tu- le digo sonriéndole para relajarlo. Me abraza con mucha fuerza, y yo le correspondo, esta asustado y no para de temblar -nos vamos a casa- le pongo encima de chaqueta y tras despedirnos de todos salimos del bar hacia la parada del bus.

Al llegar a casa todabia sigue temblando. Le ayudo a ponerse en pijama, me pongo el mío y nos metemos en la cama. Lo abrazo y la acaricio la espalda por debajo de su camiseta con la punta de mis dedos. Oigo que suspira calmado y le doy un besito en la frente. Levanta su hermoso rostro y me mira con sus preciosos ojos cristalizados
-te amo mucho- me dice sollozando
-también te amo mi vida-

Me empieza a besar de manera muy dulce pero sus besos empiezan a hacer humedos y sensuales
-Hazme el amor- me dice con un hilito de voz
-hago lo que mi niño me diga-
Lo empiezo a desvestir despacio llenandolo de besos, quiero que olvide, que sienta mis manos acariendolo, mi boca recorriendo su precioso cuerpo... hacerle el amor como le gusta. Solo yo se como le gusta. Amaba conocerlo tan bien en la intimidad. Nunca había llegado a tocar el cielo con alguien hasta que lo conocí.

InocenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora