Actualidad
La reciente guerra no había afectado la legendaria generosidad de Altojardín. Mientras los bardos cantaban y los saltimbanquis hacían cabriolas, el banquete se abrió con unas peras al vino y prosiguió con rollitos crujientes de pescado a la sal, capones rellenos de cebollas y setas, grandes hogazas de pan moreno, montañas de nabos, maíz y guisantes, jamones inmensos, gansos asados y platos rebosantes de venado guisado con cerveza y centeno.
A la hora del postre, los criados sirvieron bandejas de dulces hechos en las cocinas del castillo: cisnes de crema y unicornios de azúcar, pastelillos de limón en forma de rosa, galletas de miel especiadas, tartas de moras, tartaletas de manzana y ruedas de queso cremoso. Todo un banquete para Dayana, a la que le gustaba comer .
De cuando en cuando, el rey Renly ofrecía a Margaery algún bocado exquisito con la punta de su daga o se inclinaba para depositar sobre su mejilla un ligerísimo beso; eran una pareja tan agradable. Era evidente que el rey disfrutaba con la comida y con la bebida, pero no parecía glotón ni borracho como el anterior. Reía a menudo y de buena gana, y hablaba con tanta simpatía a los nobles como a las doncellas. Algunos de sus invitados no eran tan moderados. Para el gusto de Dayana, bebían demasiado y se pavoneaban a gritos. Dayana tuvo que desviar la mirada casi horrorizada al ver a Lord Varner explorar con una mano debajo del corpiño de una criada.
Por su parte, Ser Tanton, de los Fossoway de la manzana roja, se subió a la mesa y juró que mataría a Sandor Clegane en combate singular. El juramento habría sido considerado más solemne si Ser Tanton no hubiera tenido el pie dentro de una fuente de salsa mientras lo formulaba.
El momento cumbre de tanta estupidez llegó cuando apareció un bufón regordete haciendo cabriolas, vestido con hojalata dorada y una cabeza de león hecha de tela, y empezó a perseguir a un enano por las mesas al tiempo que le golpeaba la cabeza con una vejiga. Por fin, el rey Renly le preguntó por qué golpeaba a su hermano.
—¿No se nota, Alteza? ¡Soy el Mata Peques!
—¡Es el Matarreyes, bufón idiota! —exclamó Renly, y la sala entera prorrumpió en carcajadas.
Luego de la grata velada, Dayana salió de la carpa a tomar algo de aire fresco. Pronto notó que alguien la seguía y, sin ápice de miedo, exclamó con voz fuerte:
—No eres muy silencioso, ¿lo sabes? —dijo cuando finalmente el acosador la alcanzó cerca del río.
—No estaba tratando de serlo —dijo, moviéndose para pararse a su lado.
—No es muy apropiado, ya sabes, caminar detrás de una dama sola.
Se dio la vuelta, sorprendiéndose al mirar fragmentos gemelos de hielo azul, un hombre joven y muy guapo.
—Solo caminaba para ir a mi carpa.
Dijo el defendiéndose , mantenia una prudente lejanía con ella—Oh, eso sí es normal. Supongo que lo malinterpreté —dijo, juntó las manos delante de ella y contempló el río por unos largos y silenciosos momentos.
—Me disculpo —dijo él de inmediato.
—¿A qué se deberían las disculpas? —Dayana sonrió; el hombre se había puesto algo nervioso.
—El malentendido. ¿Ser Loras es vuestro hermano? Apenas lo vi en el banquete.
—Es mi... sí, es mi hermano mayor. Esta molesto aun ,porque una mujer lo había golpeado. Me pareció increíblemente divertido. ¿Usted lo vio? —dijo, dándole una sonrisa.
—Sí, fue divertido —acordó él.
—Es usted de la Casa Stark, no sois de festejar mucho —dijo mirando el bordado de su capa.
ESTÁS LEYENDO
Inefable/Got
FanfictionLa historia sigue a Dayana Tyrell, la más joven de la familia Tyrell, mientras es presentada en sociedad en Desembarco del Rey. A través de estos eventos, Dayana experimenta la belleza y la crueldad de la vida en la corte, aprendiendo rápidamente so...