Los Slytherin
Digamos que dormí bastante mal esa noche, y como la mayoría de las veces, me desperté demasiado temprano.
Aproveché para ducharme y cepillarme los dientes. Poco a poco, me di cuenta que no se despertaba nadie, y era demasiado tarde, se habían dormido.
Toqué la puerta de la habitación del señor y la señora Weasley y le dije la hora que era.
A partir de ahí, la casa fue un caos, había mucho jaleo. Por lo que pude oír mientras me bebía una taza de té que me había preparado Kreacher (que estaba medianamente aceptable), Fred y George habían encantado sus baúles para que bajaran la escalera volando, ahorrándose así la molestia de transportarlos, y éstos habían golpeado a Ginny y la habían hecho bajar dos tramos de escalones rodando hasta el vestíbulo; la señora Black y la señora Weasley gritaban a voz en cuello.
-¡... PODRÍAIS HABERLE HECHO DAÑO DE VERDAD, IDIOTAS!
-¡... MESTIZOS PODRIDOS, MANCILLANDO LA CASA DE MIS PADRES!
Hermione entró corriendo en la habitación, muy aturullada, y luego bajaron los tres amigos cargados con las maletas.
-¿Ya estás listo? -estaba preguntando Hermione a Harry.
-Casi. ¿Cómo está Ginny? -respondía este.
-La señora Weasley ya la ha curado. Pero ahora Ojoloco dice que no podemos irnos hasta que llegue Sturgis Podmore porque en la guardia falta un miembro.
-¿La guardia? -se extrañó Harry-. ¿Necesitamos una guardia para ir a King's Cross?
-Tú necesitas una guardia para ir a King's Cross -lo corrigió Hermione.
-¿Por qué? -preguntó Harry con fastidio-. Tenía entendido que Voldemort intentaba pasar desapercibido, así que no irás a decirme que piensa saltar desde detrás de un cubo de basura para matarme, ¿verdad?
-No lo sé, eso es lo que ha dicho Ojoloco -replicó Hermione distraídamente, mirando su reloj mientras entraban a la cocina-, pero si no nos vamos pronto, perderemos el tren, eso seguro...
-¿Queréis bajar ahora mismo, por favor? -gritó la señora Weasley. Hermione pegó un brinco, como si se hubiera escaldado, y salimos los cuatro hacia el rellano.
El retrato de la señora Black lanzaba unos furiosos aullidos, pero nadie se molestó en cerrar las cortinas; de todos modos, el ruido que había en el vestíbulo la habría despertado otra vez.
-Harry, tú vienes conmigo y con Tonks -gritó la señora Weasley para hacerse oír sobre los chillidos de «¡SANGRE SUCIA! ¡CANALLAS! ¡SACOS DE INMUNDICIA!»-. Deja tu baúl y tu lechuza; Alastor se encargará del equipaje... ¡Oh, por favor, Sirius! ¡Dumbledore dijo que no!
Un perro negro que parecía un oso había aparecido junto a Harry y a mi mientras éste trepaba por los baúles amontonados en el vestíbulo para llegar a donde estaba la señora Weasley.
-En serio... -dijo la señora Weasley con desesperación-. ¡Está bien, pero allá te las compongas! Lily, tu cambia de aspecto, Dumbledore quiere que te relacionen lo mínimo con la Orden, irás con nosotros.
Todos me observaron cuando cambié de aspecto a una niña de unos once años, como si fuera a mi primer año de Hogwarts, y así nadie me reconocería. De pelo lacio y marrón y unos ojos color miel.
Luego abrió la puerta de la calle de un fuerte tirón y salió a la débil luz del día otoñal. Harry, el perro y yo la seguimos. La puerta se cerró tras nosotros, y los gritos de la señora Black dejaron de escucharse de inmediato.
![](https://img.wattpad.com/cover/223295793-288-k353407.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Lilianne y la Orden del Fénix
FanfictionQuinto año en Hogwarts, pero primero desde que Voldemort, o como yo le llamo, Tom (alias capullo) ha regreseado. Los cambios en profesorado son más notables que nunca por culpa de una de una bola rosa cara de sapo, y además me juego el pellejo...