Capítulo 5

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Las preguntas sin repuesta

     Una suave brisa, eso es lo que pude notar en mi cara. 

     Un viento fresco y limpio que me acariciaba las mejillas y y removía mi pelo haciéndome cosquillas. Abrí los ojos lentamente. 

     Me encontraba sentada en una mecedora al lado de la ventana. Me habían puesto una manta en las rodillas que llegaba hasta el suelo, y mis manos descansaban una encima de la otra sobre esta. 

     Di un leve quejido, me dolía la cabeza.

     -... el ama le avisó al viejo Kreacher de esto -oí cerca de mi-. El ama dijo que aún quedaba un vestigio de sangre y que Kreacher debía servir.

     -Hola Kreacher -saludé con voz ronca.

     -El ama a despertado -vi como el elfo se ponía delante de mi y daba una exagerada inclinación. Luego empezó a farfullar-. Pero Kreacher debe ser listo y no debe dejarse llevar por engaños y mentiras.

     -¿Donde estoy? -dije, y volví a cerrar los ojos.

     -El ama está en su habitación -contestó para luego bajar la voz y volver a hablar solo-. Pero esta no es su habitación, perteneció a la respetable hija de mi ama. Pobre ama, si viera que ratas asquerosas han entrado en su casa...

     -A si que esta es la habitación de Carina Black -dije volviendo a pasar la mirada por los alrededores-. Por eso Sirius me dijo específicamente que utilizara esta.

     -Habla de el ama como si la conociera. La mocosa impertinente debería cortarse la lengua antes manchar más el nombre de la familia.

     -Si la conocí Kreacher -esté levantó la cabeza-. No la recuerdo, pero Carina Black era mi madre.

     Los ojos de Kreacher brillaron.

     -El ama debe demostrar a Kreacher que es hija de ama Carina -dijo no creyéndooslo del todo-. Kreacher escucho que el traidor de sangre decía que era su sobrina, pero podría estar equivocado.

     -Tu ama te contaba todos sus secretos ¿verdad? -le pregunté-. Siempre has sido muy fiel a la familia, por eso mi abuela Walburga te contó todos sus secretos.

     -La fisgona solamente quiere saber los secretos de su ama...

     -No Kreacher -le corté-. Voy a demostrarte que soy hija de Carina. Dime ¿me equivoco si digo que Carina no tiene el mismo padre que Sirius?

     Los ojos se le abrieron como a platos.

     -¿Como ella sabe eso? Kreacher guardó el secreto bien, muy bien -farfullaba-. Kreacher nunca dijo nada a nadie, ni siquiera los tres hijos de la señora lo sabían.

     -Escúchame Kreacher -le llamé-. La honorable casa Black siempre ha apoyado a la sangre pura, y sabes que Carina era especial, que tenía la sangre de Slytherin. ¿Y si te demuestro que yo soy su hija?

     -¿Podrá hacerlo o solo son patrañas? Eso es lo que se pregunta Kreacher -decía muy rápido-. El viejo Kreacher no ha notado que sea muggle, pero y si es una...

     -Deja de farfullar.

     El elfo abrió la boca y estuvo a punto de llorar. 

     -Eso es la lengua de serpientes, Kreacher lo sabe -respiró hondo-. Kreacher la ha encontrado, Kreacher ha encontrado a la ama.

     -Muy bien Kreacher, has hecho un buen trabajo.

     -Kreacher debe informar a la ama, la señora de la casa debe saber que Kreacher la ha encontrado.

Lilianne y la Orden del FénixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora