Mi agitación estaba a todo lo que daba, sentía que mi corazón iba a salirse del pecho. Los rugidos del oso estaban cerca, pero no lograba identificar de qué dirección venían. La lluvia se había detenido pero entre más corría dentro del bosque, la poca luz de la luna dejaba de servirme como lámpara en medio de esos gigantescos árboles. La sangre seguía saliendo de mi cabeza pero no podía parar de correr. A lo lejos la voz de alguien familiar «Alex, Alex» gritaba. Una sombra apareció de repente detrás de un árbol de pino y mis ojos se cerraron y caí al suelo.
Abrí los ojos de repente y de inmediato supe que era una pesadilla, pero se sentía algo real, no como un sueño.
Llegando de la escuela corrí a acostarme a la cama, un día donde no pude tener los ojos abiertos en la mayoría de las clases y Marie con Nahomi me movían para no caer en el sueño profundo. En definitiva fue un día pesado, los deberes pesaban más que yo y eso que era relleno. Mis amigas se organizaron para ir a casa de Marie a hacer parte de los deberes de escuela. En realidad en las reuniones de deberes habían más historias, cuentos y chismes que deberes, al final del día solo hacíamos dos y a lo máximo cuatro. Necesitaba hablar con ellas después de lo qué pasó en la librería que estaba cerca de la plaza.
-Muy bien. Tenemos cinco tareas por hacer de parte de Nahomi, seis y tres de Alex y mías respectivamente.
-Empecemos por lo más aburrido, luego lo más difícil y a lo último lo más fácil. -Dije.
-Querido y torpe Alessandro, todas son aburridas. - Acariciaba mi cabello Marie.
-Lo mejor es que cada quién se organice por sus propias necesidades. Yo haré lo más fácil porque es más rápido. -Dijo Nahomi.
La habitación de Marie quedó en silencio por unos 40 minutos, claro en momentos cruzábamos palabras pero muy pocas. Yo logré terminar 3 tareas pero necesitaba relajarme, pues me estresaba.
-Ya, es hora de comer frituras o palomitas. Es tiempo de descansar- me incorporaba del piso donde estaba trabajando.
-Un momento más, me falta completar éste ejercicio.- Decía Nahomi.
-Yo también necesito descansar. Me falta una parte pero creo que tienes esa tú Nahomi, pásamela.
Salí a buscar palomitas pero no dejaba de pensar en el sueño que tuve en la mañana. Era casi real, como si estuviera ahí.
-¿Alessandro, todo bien? -La pequeña Nahomi tocaba mi hombro.
-Quedó impactado por el olor de las palomitas. -Se llevaba una, a la boca Marie.
-Perdón, estaba pensando. Me quedé paralizado.
-¿Qué cosa? Lo que te pasó en la cafetería de seguro.- Decía Marie.
-No, yo...
-Cuéntame, ¡Estoy perdida!- Exclamaba la pequeña y emocionada Nahomi.-Hola, ¿qu-é haces, aquí?
«Espera, ¿no es el hospital?» pensé.
Traia en su mano una bandeja con basos y platos algo llenos y sucios.
-Hola, vine a tomarme un café. ¿Tú trabajas aquí? Nunca te ví.
-Sí.-sonrío y apareció sus hoyuelos en las mejillas- Todos los días después de las 4 pm.
Cayó un vaso al suelo y lo manchó con un poco de café.
Me ofrecí a levantarlo y me dijo que no era necesario, él lo haría.
-Oh, bueno. Pues me podrías traer un caf...
-¡Espera! No-no, no puedo-tartamudeó de nuevo- Estoy en cocina y estoy trabajando ahí.
-Disculpa. Trataré de preguntarle a otro empleado entonces.
Nos quedamos viendo un momento pero parecía que el reloj estaba lento. Y su cara estaba roja.
-Adiós. -Caminó y aplastó el vaso y terminó de caer con todo encima de él.
Rápidamente lo ayudé a levantarse y con los vasos y platos regados.
-Gracias. Emm, sí.-Se dió la vuelta y de inmediato desapareció por la puerta que está detrás del mostrador.
En definitiva fue raro.-No fue nada emocionante. -Decía Marie acostada en su cama.
Suspiré.
-Ok, déjame ver. Éste chico, ¿cómo es que se llama? ¿Marcelo?.
-Marco, Nahomi. -Marie dijo.
Reí.
-Bueno, bueno, le diré el misterioso guapo. ¿Crees que estaba nervioso por qué te vió? Tanto así que lo pusiste nervioso. -Lo dijo en tono emocionante.
-¡Vaya! No había pensado en eso.-Dijo Marie.
-Yo, ¿poner nervioso a alguien?. Creo más bien que estaba apurado, salió disparado a la cocina y ni siquiera dijo adiós. Es lo más obvio.
-¿Y a ti te gusta?
-No sé, me llama la atención pero es raro, bueno, ésta impresión que tuve me dió esa versión de él. Se portó extraño. Lo mejor será no enamorarme, estoy seguro que me romperá el corazón y al final no seremos nada.
-Eso es porque necesitas conocerlo más, el escenario no fue de ayuda. Tienes que estar solos y platicar. -Dijo Marie.
Suspiré.
-Dale tiempo al tiempo, al final no sabes lo que pueda pasar.- Dijo Nahomi y a Marie asentó la cabeza.
-Bueno, hablemos de ustedes- dije- Marie, ¿está todo bien con Louis?-Cambié rápido el tema
-Más que bien, hoy quería estar aquí pero le dije que estaría ocupada así que no tendría tiempo para él.
-Pero, ¿desde cuándo no se ven?
-Dos o tres días más o menos. Estamos bien.
Comió palomitas.
-¿Y tú? Nahomi, ¿cómo está Ronny?
-Quién es Ronny?- Nos miró Marie.
-Todo bien.- Suspiró.
-Marie, espera. ¿Qué ocurre?-Dije.
-Resulta que él mientras salía conmigo estaba viéndose con otra chica. -Puso las manos en sus ojos.
-Qué bien que no me hice amiga de él o sino cómo iba a batallar para devolverle la amistad.-Dijo Marie.
-Sabes que sí, reina. -Le dije.
Nahomi lloró.
-Tranquila hermosa. Él se merece tus lágrimas; pero de la felicidad, al ver que te ha perdido hará lo posible por volver contigo pero nunca le darás la importancia. -Dijo Marie.
-Qué tal si nos enfócamos en otra cosa. Vamos a ver películas. Y no llores más ¡te lo prohibo!.-Dije.
Nos abrazamos los tres y casi se me salen unas lágrimas.
-Estoy bien. Tranquilos. Miren fui ingenua pero ya no lo seré más.
-Eso, eres una campiona.-Dijo Marie y yo asenté.
-A ver Alex, -cambiando de tema- ¿qué es lo que te pasó en la mañana? Nos contaste pero no a detalle.- Dijo Nahomi quitándose las lágrimas.
-Tuve una pesadilla o algo así. Soñé que estaba corriendo en el bosque de nuevo pero era todo tan real pareciera que estuviera ahí. No se lo conté a nadie pero en el verano soñé lo mismo. Estar corriendo en el bosque y sentía como si estuviera ahí. No sé qué está pasando espero que termine porque me voy a volver loco.
-Yo una vez soñé que era hombre y me divertí bastante.-Dijo Marie.
Nos quedamos en silencio.
-Mejor veamos una película hay que relajarnos y todo esto así que los tres estamos aquí y hay que disfrutarlo- Dijo Nahomi.
Y así nos quedamos toda la noche, viendo una película juntos.El tiempo siguió transcurriendo. Un mes para ser exactos. Marco o el misterioso guapo como le decían Marie y Nahomi y yo nos topábamos en los pasillos de la escuela. Un simple «Hola» de parte de los dos era la única palabra que cruzábamos.
Era un viernes y ese día era el final de los primeros exámenes del semestre. A lo que la presión de todos estaba bajando. Entrando al edificio de los ventanales mis amigas me esperaban al inicio de las escaleras de espiral como lo hacían siempre.
-Ya hoy termina nuestra tortura. El exámen de filosofía es lo que más temo.-Decía Marie.
La abracé.
-Querida... te debes preocupar por el examen de matemáticas. -Respondía Nahomi mientras me besaba la mejilla.
-Debemos preocuparnos por nuestra salud mental. Un número de 1 al 10 no nos define. Solo relájense, todo saldrá bien. Estudiamos juntos, todo está bien.
Marie suspiró.
-Hemos estado estudiando todas éstas semanas. Todo estará bien. -Le dije.
Llegando al primer piso iba Marco con sus amigos camino a su clase. Iba con una gorra blanca puesta al revés, camisa gris, jeans y tenis blancos. Me empezó a gustar.
Al llegar la hora de descanso André Flinn llegó al salón de clases. Él era un chico popular, se hablaba con todos y era muy querido.
-Mañana haré una fiesta, todos están invitados. Hay que celebrar que la semana de exámenes terminó.
Pero si solo eran los primeros de todo el semestre, pensé.
-Carla, tiene la dirección, pídansela y espero verlos a todos mañana.-Sonrió.
Salió del salón con su grupito de amigos.
El día transcurrió lento pero después de cada clase se iba relajando más.
En la salida me dirigía con mis amigas por el estacionamiento camino a casa.
-Míralo, ahí está.-Decía Nahomi.
Estaba ahí al lado de un Tsuro color azul rey junto con su amigo. Nos miraron los dos y nos quedaron viendo mientras yo me ponía rojo.
-Y ahora, ¿esos por qué nos miran?-Dijo Marie.
-Vamos.-Dije.
-Bueno, tengo la dirección de la fiesta. ¿Vamos juntos no?
-¿Fiesta? No gracias -dije- O sea, No quiero ser el antisocial de la historia o el cliché "no quiero ir a fiestas, porque prefiero quedarme a leer en casa" solamente que no tengo ganas, quiero descansar mañana o dormir todo el día.
-Pues, yo sí iré -dijo Nahomi- es que tiene amigos guapos.
La miramos.
-Yo también iré. Tú te lo pierdes. -Dijo Marie.
Se fueron juntas dejándome atrás.
Y pensándolo bien, necesitaba descansar sí pero necesitaba distraer mi mente. Me puse a pensar las probabilidades de ir y no hacerlo. Sí me quedaba en casa me aburriría, no podría pegar los ojos para dormir, la mayoría de escuela estaría en la fiesta; no tendrá con quien platicar aunque dije que iba dormir pero y, ¿si no duermo?, estaría perdiendo el tiempo en toda la casa. La otra posibilidad de ir sería, que disfrutaría estar con mis amigas bailando todo el tiempo con mis amigas, y comería, socializaría con alguien más. Tal vez y conozca a alguien y tendríamos algo. Bueno, creo que exagero pero ¿tal vez?.
-¡Esperen! - grité- ¿A qué hora nos vemos mañana?
Se miraron a los ojos y corrieron a abrazarme.
En mi mente pensaba en no arrepentirme.
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Luna de media tarde
Romance8 meses después de que Alessandro Soler ha perdido a la persona que amaba, su vida da un giro a causa de un accidente. Vuelve a encontrar el amor pero éste trae un sin fin de aventuras, dramas y enemigos a su vida. Sus fieles amigas Marie y Nahomi...