-¿Sigues ahí?-Contestó.
- Disculpa, no me siento bien hoy y quiero estar solo. Tuve un mal día.
- Yo puedo mejorarlo, solo dime que nos podemos ver.
- No, no te molestes. Necesito dormir, nos vemos mañana.
-Está bien mañana te veo, y quiero que sepas que yo...
Corté.
Me fui a mi habitación a recostarme en mis lágrimas.
Mis papás llegaron y traté de controlarme y no pensar en nada de lo que pasó ésta tarde. No salí para nada de mi habitación y me dormí.
Al día siguiente me levanté hasta las 10 de la mañana. No me había dado cuenta que era sábado y casi me alteraba porque creía que me había quedado dormido. Toda la mañana fue aburrida y yo no tenía ánimos de nada así que me puse a limpiar mi habitación. Mientras estaba acomodado algunas cosas, tocaron la puerta.
-Pasa. -Le dije.
-Hola, te extrañé. -Entró con un girasol en la mano.
-¿Qué haces aquí? ¿Cómo entraste?
-Tu hermano iba de salida y me dejó entrar.
-Está bien.
Puse los ojos en blanco.
-¿En serio? Yo igual. -Mentí.
-¿Qué hiciste ayer?
-Nada pero supongo qué tú hiciste muchas cosas.
-No. Estuve trabajando en la tienda con mi hermano.
-Ah, qué bien.
Caminaba hacía uno y otro lado de la habitación ignorándolo.
-¿Qué te pasa, estás bien?
-Sí, yo solo...
-¿Te gustaría salir al cine o algo por el estilo? Necesito desestresarme.
-No, la verdad quiero estar en mi casa todo el día, no tengo ánimos de nada.
-Pues en ese caso, tal vez y veamos algo en la televisión. ¿Qué te parece que vayamos a rentar una película o algo?
-No, en serio que quiero estar solo.
-Qué es lo qué pasa, has estado cortante y no me saludaste, ¿Ocurre algo?
-Estoy bien - le decía mientras estaba de espaldas en la computadora leyendo unas cosas para no prestarle atención- solo que hoy amanecí un poco estresado. Disculpa.
Se sentó en mi cama con cara frustrada y pensativa a la vez.
-¿Estresado por? No conocía a alguien que se levantara así después de dormir. Espero y esté todo en orden.-Sonrió.
-Ya te dije que sí. -Me giré de golpe para verlo.
Se hizo un silencio enorme y había tensión en el aire.
-¿Sabes? Tal vez el sábado vaya a la playa con mis primos. Tienes que ir es en La Roo. Todo apunta a que el clima estará increíble.
-Suena interesante. Tal vez te avise si vaya o no. Me refiero a que quiero pasar el rato con mis papás.
Realmente tenía ganas de ir a la playa pero no con él.
-Bueno, pero espero que vayas. Quiero que te conozcan. Tal vez invites a tus papás.
-Interesante. Les contaré para ver si les interesa.
-¿Estás enojado conmigo o algo?- Se incorporó.
-¿Por qué lo dices?
-Estás cortante conmigo.
-Lo siento. Estoy ocupado y no tengo cabeza para nada más.
-Está bien.
-Sí, está bien.
-¿Sabes? Creo que mejor me iré.
-Sí, eso estaría bien.- Repuse con un tono enojado.
-Dime ¿Qué fue lo que te hice?
-Quiero estar solo. -Le contesté frustrado.
Me tomó de la mano y con su mano libre tomó mi barbilla para poder vernos de ojo a ojo.
-Dime qué es lo que te pasa ¿qué te hice?
-¿En serio me preguntas eso?-Lo empujé.
Movió la cabeza en señal de aparentar no saber nada.
-Lo que pasa es que ayer te ví con Diego, y no parecía que actuaran como amigos. Descubrí tu juego, sé que estás jugando conmigo. Estabas jugando con mis sentimientos y emociones.- Le decía con un tono ligeramente alto.
El tragó saliva.
Me soltó y se hizo hacía atrás con los ojos abiertos.
-Lo sé todo y te escuché decirle todo, que yo no soy nada para ti, que lo amas y más cosas hirientes.
-Tranquilo. Escuchaste mal, es que... - Intentó abrázame.
-¡No! - le grité- ¿qué es lo que te ocurre?
-Alex, déjame explicarte por fav...
-Aléjate eres la peor persona con la que me pude topar. Tanto tiempo perdido en ti.
-Alex, vamos.- Me tomó de las manos.
-¡No! Te dije que no.
-Mira yo...
-Necesito que te vayas ahora mismo, no quiero que esto pase a mayores. -Sentía como mis lágrimas estaban apunto de desbordarse.
Lo empuje a la cama.
-¿Sabes? sí, es cierto lo hice porque necesito un coche, nunca te amé, solo era un juego y me divertí mucho. Amo a mi novio y siempre lo he hecho. Eres solo mi juguete y me he divertido mucho contigo. ¿Quién se iba a enamorar de un tipo como tú?
- Le dí un golpe de puño en la mejilla pero no le hizo efecto.
- Qué bueno que te enteraste. Ya no te soportaba y lo mejor es que fuiste el tonto de toda la escuela.
Una voz me gritaba - Alex, Alex, Alex - creí que era mi mente tratando de decirme que no hiciera cosas apresuradas, pero la ignoré. Y lo volví a golpear sangrándolo de los labios.
Él me empujó.
-Tranquilo por favor.
-¿Cómo quieres que lo esté? No permitiré que nadie se burle de mí. ¡Vete!, ¡lárgate de mi casa!
- Espera, discúlpame, no quería exaltarme así. Le tomé del brazo de forma brusca mientras lo llevaba a la salida.
-Te dí amor, te dí mi confianza, te abrí las puertas de mi corazón para que solo hicieras polvo todo. Lárgate, los desalmados no tienen lugar aquí ni en ninguna otra parte.
El iba intentando hablar mientras caminaba pero mi enojo hizo que perdiera el sentido del escuche. Mientras lo sacaba de mi casa él buscaba la forma de detenerme pero no lo logró.
-Alessandro, lo siento. Yo no...
Le cerré la puerta en sus narices y me regresé a mi habitación. Mientras iba subiendo las escaleras camino a mi cuarto deseé no haberlo conocido nunca que desapareciera de mi vida y del mapa mientras iba llorando. Me detuve en la ventana del pasillo que daba justo al frente de la casa y lo ví con las manos en la cabeza y algo desesperado. Solo me retiré de ahí y luego me encerré en mi cuarto, tirado en la cama y gritaba lo más fuerte posible deseando que esto sólo fuera una pesadilla. Y que se pudiera borrar de mi mente a como sea. Me puse a imaginar y unir las piezas: él no me conocía y de la noche a la mañana se fue acercando a mí más y más y yo estaba enamorado de él pero nunca me di cuenta lo estúpido que fui al no darme cuenta, solo deseaba que esto terminara de una vez por todas. Traté de no pensar en lo que pasaría en la escuela y todo lo demás que vendría por mí: burlas y bromas.
Al llegar a la escuela todos me miraban fijamente, mis amigas no estaban y me sentí como un estudiante nuevo. No soportaba las caras en mí. De pasar a ser invisible pasé a ser como un rey pero sin la parte bonita. Marco que hasta éstas alturas le llamaría el traidor, venía con sus amigos mientras algunos de ellos trataban de contener su risa y lo miré a los ojos mientras él me quedaba viendo con cara de que él lo estaba pasando peor pero no entendía por qué. Luego en el salón de clases había una sensación de que fuera un alíen o algo por el estilo ya que nadie me quitaba la vista de encima. Decidí salirme del salón ya que no soportaba tal escenario.
Escuché risas en el pasillo mientras llevaba la mirada al suelo y alcancé a escuchar un silbido para avergonzarme, caminé lo más rápido posible y entré a llorar a un cubículo del baño para sentirme miserable y decirme que no me hubiera enamorando de él desde el primer día y traté de imaginarme cómo hubieran sido las cosas sí no me hubiera enamorado; no hubiera pasado por todo esto.
Salí y en la puerta del edificio estaba el grupo de Marco con risas y murmuros pero no escuché lo que decían ya que salí de inmediato de ahí. Mientras corría por el estacionamiento caí al lado de unas bicicletas estacionadas y me senté a llorar con el corazón en las manos. Lo único que quedaba era levantarme e irme de ahí para evitar más vergüenzas. Tomé una bicicleta que no era mía y me largué de ese lugar. Traté de irme a mi casa lo más rápido posible aunque sentía que los minutos pasaban lentos logré llegar. Mientras estaba dentro de mi habitación sintiéndome el doble de miserable que siempre no podía quitar de mi mente los pocos momentos que había vivido con Marco.
«¡basta! ¡basta! ¡basta!» Me decía mientas me tapaba las orejas para no escucharlos. Cerré mis ojos mientras lloraba me quedé inconsciente.
Entonces escuché una voz a lo lejos que decía mi nombre.
- Alex, Alex. ¿Qué te pasa...?
Vi a lo lejos a mi hermano Daniel en medio del bosque buscándome pero la neblina era densa y no podía verlo con claridad. Estaba en posición fetal abrazando mis rodillas y lleno de sangre entonces me di cuenta que estaba en el día de mi accidente y estaba lleno de sangre, tenía pocos recuerdos de ese terrible día pero recordaba algo. Solo esperé lo peor hasta que sentí una mano moviéndome diciendo que todo iba a estar bien y que abriera los ojos de inmediato.
Abrí los ojos y era Daniel que estaba tratando de levantarme mientras yo estaba gritando y llorando.
-¿Qué pasó Daniel? -Le pregunté medio dormido.
-Estabas gritando y llorando, te escuché desde mi habitación. ¿Qué te pasó?
-Solo había sido un sueño, bueno fue una pesadilla.- Le contesté.
Mi papá entró con un baso de agua a la habitación para que yo lo tomara. No me había dado cuenta que aún continuaba llorando.
-¿Estás bien? - Me preguntó él.
-Sí, solo fue una pesadilla pero la más horrible que he tenido.
-Creo que has levantado a los vecinos- me estaba palmeando la espalda.
-¿Qué hora es?
-Es media noche. Cuando llegaste te acostaste a dormir y no supimos nada más de ti.
-No sé qué me pasó. Me sentía algo mal esta tarde y me acosté a dormir.
-¡Vaya! Ojalá y durmiera mucho como tú hermanito. Espero y para la otra no me vuelvas a levantar, yo sí necesito dormir.
-Lo siento.
Daniel se fue.
-Será mejor que te recuestes y trates de dormir.- Tomó mi vaso de la mano.
-Sí papá eso intentaré hacer.
Mi papá se fue de la habitación y me quedé recostado viendo la luna a través de mi ventana. Me estremecí de que ese sueño tenía pinta de ser tan real. Pero al final de tanto batallar logre dormirme, raro. Dormí toda la tarde y tenía sueño.
Era jueves, y la semana hasta este punto había transcurrido de la misma manera de siempre solo que esta vez Marco y yo no habíamos tenido oportunidad de pasar más tiempo juntos. El trabajo y la escuela lo alejaban de mi y a mi la escuela de él. Llegando al edificio y saludar a mis amigas a como de costumbre nos dirigimos al salón pero antes de entra a éste alguien gritó mi nombre y era Marco que se acercó corriendo hasta donde estaba yo.
-Hola, disculpa por no devolver las llamadas.
-No te preocupes. Estaba preocupado por ti.
-Perdón.- Me tomó de las manos.
-¿Cómo está tu amigo?
-Está mejor pero necesito aclarar algunas cosas -vaciló- él quiere que volvamos a ser novios. Él está muy mal y no sé qué hacer.
-¿Él no tiene amigos o familiares para que lo puedan ayudar en estos momentos?
-Sí, pero él quiere que yo esté para él. Espero y entiendas.
Mi cara cambió completamente.
-Has lo que creas que sea correcto. - Le dije mientras veía a otro lado para desviar la mirada de la de él.
No podía sentirme más celoso.
-Es que estoy entre la espada y la pared. - Me dijo mientras se sostenía las manos - tú me agradas mucho y quiero conocerte más a fondo porque me gustaría tener algo contigo.
Casi me vuelvo tomate.
-No te preocupes, debes de estar con él si crees que es necesario.
-No sé qué hacer.
-Me tengo que ir. - Le dije.
Me agarró del brazo.
-Espero poder platicar contigo bien y me ayudes a resolver ésto. - Me dijo con tono de suplica.
No podía negarme a algo así. Debía de poner los celos de un lado y dejar de actuar como un tonto. Pero todo sonaba como sí su amigo estuviera chantajeándolo.
-Ya está resuelto: vuelve con él. Yo estaré siempre aquí. Él te necesita y sí tú crees que lo puedes ayudar no veo el problema. No quiero que le pase nada.
Aún no lo conocía y lo estaba poniendo como la prioridad número uno de Marco. ¡Qué genio!
-Gracias, muchas gracias - me abrazó- te quiero mucho.
-Yo también. Nos vemos pronto. Espero tener noticias sobre él.
Saltaban semanas para las vacaciones de navidad. Así que esas eran pesadas por que entregaríamos los proyectos finales así que me fui a casa de Marie a aclarar algunas cosas sobre nuestro proyecto.
-Qué bien que puedas venir, sabes, no creí qué mi parte fuera tan complicada. Corazón.
-No te preocupes, te puedo ayudar sabes que luego tú haces eso conmigo.-Dije.
Con Marie sentía más libre que con Nahomi ya que ella fue mi primera amiga en la escuela e hicimos conexión desde el primer día. Nos centramos en nuestras computadoras para poder trabajar sobre el reporte del proyecto el cuál nos habíamos dividido. Lo que me gustaba de ella era que no necesitaba hablar para no llenar esos espacios silencioso que a menudo se volvían incómodos para mí si lo hacía con otra persona. Solo que esta vez no estaba tan concentrado en mi parte y me quedaba inmóvil y pensado durante cortos períodos de tiempo sobre lo bien que se la estuviera pasando Marco con su viejo amigo/novio. Algunas veces Marie se centraba en otras cosas y no le daba importancia a lo que pasaba a su alrededor pero otras era muy observadora.
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Luna de media tarde
Romance8 meses después de que Alessandro Soler ha perdido a la persona que amaba, su vida da un giro a causa de un accidente. Vuelve a encontrar el amor pero éste trae un sin fin de aventuras, dramas y enemigos a su vida. Sus fieles amigas Marie y Nahomi...