Bicicletas y emociones

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-¡Sí que es un tonto!, ¿Acaso el que está mal de la cabeza es Diego o él?-Dijo Marie mientras comía un trozo de pizza.
Entró corriendo Nahomi por la puerta.
-Vine lo más rápido posible, casi muero cruzando la calle pero lo hago por ti. -Me besó la frente.
Pusimos al tanto de todo a Nahomi, no podía creer lo que pasaba.
-Parece una novela. -Dijo Marie.
-Y él es un villano inteligente y guapo.
-¡Nahomi!.-Dije.
-Sabes que lo es. Pero tú eres más guapo.
-Bueno chicos, es momento de distraernos. Ya no pensemos en ellos, no hay que darle importancia ya. Mejor terminemos lo de historia. Hay que editar el audio, y hacer las fotos.
-Marie, no quiero nada de tarea, es viernes. Mejor quiero irme a casa a dormir.
-Tiene razón. Mejor mañana nos vemos y terminamos ese deber.
Marie torció los ojos.
-Mira, quiero adelantar lo más que puedas esa tarea. Así no nos llevaremos parte del día en ella mañana. Yo puedo hacerlo.
-Está bien, solo háblame sí necesitas algo.
-Igual a mí. Bueno, creo que es hora de irnos.-Dijo Nahomi.
-Está bien. Alex, solo quiero el audio. Préstame tu teléfono. Ahí lo tienes ¿no?.
-Sí, toma. -Saqué de mi bolsillo mi teléfono y se lo dí.
Marie tomó mi teléfono y se dió cuenta de algo.
-Alessandro, nunca detuviste la grabadora. Está grabando desde hace horas.
Nos quedamos viendo los tres.
-Vamos a ver qué grabaste.-Dijo.
En la grabación estaba el audio de la escuela, Marie hablando, Nahomi riendo, sonidos identificables, luego la voz de Marco «Sí te vieras a como te ven mis ojos, entenderías porque me pierdo siempre en tí.»
Marie se hizo una carcajada.
-¿Ya nos pusimos románticos?
Reí con algo de vergüenza.
-Marie, solo recorta lo de la escuela. No nos interesa escuchar como se besan Marco y Alessandro.-Hizo una carcajada también.
Le di un golpe en el hombro.
-Eso haré -dijo Marie- solo tengo qué saber hasta donde termina.
Conectó mi teléfono a su computadora.
-Espera -dijo Nahomi- ¿cuánto tiempo grabó el teléfono después de escuchar a Marco?
-Déjame ver...-se detuvo- 30 minutos. ¿Por qué?
-¿Qué está pasando Nahomi?-Dije.
Nahomi estaba en completo silencio.
-Qué tal si grabó lo que te dijo Diego, podrías enseñárselo a Marco y darse cuenta que tú no estabas exagerando.
-Pero solo nos grabó a Marco y a mi mientras vamos a casa de Diego, sería imposible.
Se quedaron calladas.
-Chicas ya no se preocupen con ésto. Tienen más problemas y los míos son una carga y estúpidos.
Tomè mi mochila y les dije que las veía mañana, solo quería irme a casa a descansar.
-Nos vemos, espero que mañana estés más tranquilo.-Decía Marie mientras me llevaba a la puerta.
Salí corriendo de ahi sin tener el más mínimo sentido alguno y me perdi en la oscuridad de los árboles...
Entonces subio Marie a su habitacion despues de llevar a Alex a la salida.
-Pobre Alessandro.- Comenté.
-Ya sé, cariño. El chico por fin logró superar a ya sabes quien y le pasa todo ésto. O es brujeria o es que el y el amor son enemigos.
Me recosté en su cama.
-¿Cómo te fue en el trabajo?-Preguntó Marie.
- Muy estresante. me duelen los pies, toda la tarde de un lado a otro con las órdenes, en definitiva necesito un masaje...
-¡NO PUEDE SER!- gritó Marie- soy una tonta o una ciega da igual.
-¿Qué ocurre?- Me levanté de golpe que me senti ligeramente mareada.
-Esto no grabó más de 30 minutos. Grabó tres horas, ¡tres jodidas horas!.
-Marie, ¿qué dices? ¿es completamente verídico?
-Sí. Solo que no lo ví. Rapido corazón, hay que buscar en cuál minuto, confiesa todo.
Nos sentamos las dos a escuchar el audio de tres horas faltantes.
Lleguee a mi casa, sin ganas de nada. Mi mama estaba sentada tomándose un té en los sillones.
- que le pso a tu cara- Se levantó.
- nada, tropecé en las escaleras de la escuela y me partí el labio. Soy muy torpe.
Se puso a revisarme.
-Esa cara la conozco, ¿Qué ocurrió hoy?-Tomó un sorbo.
Me separé de ella y me dirigí a mi habitación.
-Nada, en realidad solo quiero irme a dormir.-Abría la puerta de mi habitación.
- ¡Alessandro Mark Soler!, llevo más de 15 años conociéndote, y esa cara la pones cuando algo malo pasa. Siéntate y cuéntame todo, o dile adiós a Marie y Nahomi.
-Estaba conociendo a un muchacho, su nombre es Marco.
-¿Con él que ibas a llegar a tercera base?
Me la quede viendo con los ojos como plato.
-Daniel me lo contó. -Alzó las manos.
-No, eso no iba a pasar. Pues él tiene un amigo, y éstos fueron novios pero él tiene problemas mentales creo.
-¿Marco?
-No mamá, su amigo, Diego.
- ¿y esta guapo?-tenia su taza de té en la mano.
- Mamá eso no tiene nada que ver... y sí, si esta guapo. - Me puse las manos en los ojos.
-Continua, tengo bastante té para tomar.
-Lo que ocurre es que este chico y yo nos conocimos hoy, pero él se comportó como un loco, primero intentó molestarme, luego me pintó como ladrón y finalmente me golpeoo en la cara. Por suerte le regresé el golpe.
-¡Es un imbécil!- me acariciaba la cara- que bueno que le hayas dado su merecido a ese tipo. Nadie se mete con mis hijos. Me las pagará. -Casi gritó.
-Eso no es todo. Es un manipulador. Le dijo a Marco que sus papás se están separando pero descubrí su mentira, usa su estado metal como escusa y Marco está pendiente de él.- Me acosté en sus piernas mientras ella me acariciaba los cabellos.
-Wow, sí que está loco. Yo te creo, pero ¿Y él no te creyó?
-Para nada. -Suspiré.
-Ese problema no es tuyo. Mi niño, no te metas en aguas donde sabes que no vas a poder nadar. Aléjate de él, con el tiempo se dará cuenta que tuviste la razón. -Estaba completamente seria.
-Te amo mamá.
-Ah, si... y creo que vas a recibir un castigo.
-Pero ¿por qué? Yo...
-Metiste a un desconocido a la casa sin antes presentarnos. Eso no se hace aquí.
Me levanté y le dije que mejor me iba a mi cuarto.
Llegando de la cocina, me senté al lado de Marie.
-Aquí está el vaso. ¿Lograste encontrar algo?
-Sí -Marie tenía los ojos como plato- escucha.
«Mis padres no se están separando, todo lo inventé...»
Nos quedamos viendo.
«Solo que se tomaron un tiempo y decidieron irse de vacaciones para intentar arreglar sus problemas.»
«Aléjate de Marco o te puede pasar algo muy malo. Eres un imbécil que no sabe nada del amor ni cómo tratar a un hombre. Eres poca cosa para Marco.»
-Nahomi, esto parece una novela en verdad.
«Puede que sea un manipulador, pero eso no va a evitar que Marco se aleje de mí, él es mío ¡MIO!»
-Esto tenemos que llevárselo a Alex de inmediato. -Dije.
-Cariño, no me he bañado. Necesito labarme el cabello.
-Marie, concéntrate. Vámonos ya.
-Sí, solo déjame arreglar el audio y cortarlo.
Mientras Marie hacia eso, me fui a la ventana. Los últimos rayos del sol estaban ocultándose y las estrellas empezaban a salir, cómo iríamos a casa de Alex, si no teníamos coche e ir a pie era muy tardado.
-Marie, ¿hay bicicletas aquí?
-Sí, mi mamá dejo de usarla desde su caída y mi hermano tiene la suya guardada. ¿Estás pensando lo misino que yo?
-Ir a casa de Alex en ellas.
-Ir a destrozarle el choche a Marco.
Dijimos al mismo tiempo mientras nos quedábamos viendo.
-Eso no pasará, ríndete. -Dije.
-Rápido Nahomi.- Dijo.
-No me acuerdo de cómo manejarla. Tengo problemas.
-Rápido, antes de que se den cuenta mis papás que no estamos en la casa. Pero rápido corazón...
Íbamos manejando, y riendo. En definitiva, este era uno de esos momentos que enmarcaras para siempre, aunque nos hacía falta Alessandro para completar la adrenalina. Nahomi se quedaba hasta atrás y tenía que pararme a esperarla mientras bajábamos por la pendiente y la luna ya estaba acompañándonos. Qué hermosa.
El tramo se hizo corto, íbamos riendo y pasándola bien, Marie iba volando. La excitación estaba en el punto alto, nuestros cabellos estaban bailando con el aire. Estábamos a punto de llegar a casa de Alex hasta que caí.
-¿Estas bien?-Dijo Marie.
-Sí, solo me raspee la rodilla. En definitiva, esta misión estaba poniéndose arriesgada al final. Marie, no sé cómo atravesamos toda la ciudad hasta acá.
-Corazón, con los amigos las cosas son más fáciles. Pero ahora levántate hay que llegar a casa de Alex.
Estaba recostado viendo la luna a través de mi ventana imaginando poder estar abrazando a Marco, tenía que llamar a la policía ya que me había robado el corazón y es que no dejaba de pensar en él, recordar cuando me subí a su coche y le mire con esa cara tan hermosa, o cuando toque sus poderosos bíceps.
Tocaron la puerta, pero algo desesperado y me levanté atender, pero era algo tarde para visitas.
-Alex, tenemos algo para ti.
Era Marie con Nahomi quien tenía sangre en su brazo detrás de ella.
Es que no puedo creerlo... ustedes atravesarán toda la ciudad para venir hasta acá y mostrarme la grabación.
-Así es, corazón.
-Bueno, fue divertido hasta que caí.
-Es que, pudieron llamarme y yo iría para allá o mañana tal vez.
-Tienes razón -se quedaron viendo las dos- pero cariño, así es más dramático.
-¿Y ahora qué harás?- Preguntó Nahomi.
-Le marcaré a Marco. Lo tengo que ver ahora mismo.
-Pase lo que pase, estaremos aquí para ti. -Dijo Nahomi.
- Bueno si, pero es tarde y creo que mis papás no se han dado cuenta todavía de que no estamos en la casa, así que yo creo que es mejor que nos vayamos. Sí me castigan, no podré estar para ti.
Mientras ellas estaban en la sala esperando a que saliera de mi habitación con noticias, Marco contestaba.
-¿Hola? ¿Todo bien?
Cuélgale, dijo mi voz miedosa. No mejor dile que te equivocaste de número.
-Marco, hola -balbuceé- tengo que decirte algo que es muy importante, no sé si nos podemos ver ahora mismo.
Se quedó en silencio y mi corazón estaba latiendo fuerte.
-Es que ahora mismo estoy estoy con Diego está durmiendo. No sé sí pueda, es tarde.
Suspiré.
-Mira te está tomando como tonto Diego y tengo una prueba de que él te está engañando. No dejes que juegue contigo por favor hay que vernos ahora, te lo tengo que enseñar ahora mismo.
-¿Está bien te parece que nos vemos en el mirador?
Lo notaba indeciso.
-Sí, te veo en 20 minutos.
Colgó.
Mi mamá terminó de llevarnos a Marie, Nahomi y a mi. Antes de que bajaran a la casa de Marie les daba las gracias por ayudarme, sin ellas ésto no puede estar pasando. Mientras nos despedíamos mi mamá habló.
-Mi niño, ten cuidado por favor, no quiero que tu corazón lo rompan; toma mi consejo, no te metas en problemas que no son tuyos.
Iba manejando.
-Mamá... lo sé, pero es que no puedo evitar que lo estén tomando de tonto, eso es todo, ese muchacho es malo y Marco es bueno, no puedo permitir que le hagan eso.
Llegando al mirador no estaba nadie. Mamá se estacionó en forma horizontal. En sí, el mirador estaba en la carretera para que los carros se estacionen y vean toda la ciudad que estaba debajo. Mientras estaba en la ventana esperando, noté cómo la luna bañaba los gigantescos árboles de pino con su luz.
Barandales de madera estaban ahí, también un tablero con algunas fotos de la ciudad y el nombre de ésta «Bienvenidos a VillaNueva desde 1945»
-¿Estás seguro de que va a venir?
-Sí mamá, él me dijo que sí.
Temía que quedara como un tonto delante de ella.
Pasaron unos 10 minutos hasta que un coche se estacionó detrás de nosotros.
-Mamá, es él.
-¿Quieres que te espere?
Me miraba con cara de preocupación.
-No, le pediré que me lleve. Todo estará bien. Lo prometo. -Le dí un beso en la mejilla y salí del coche.
Había frío así que crucé mis manos. Y él salió corriendo de su coche y me tapó con su abrigo.
Al entrar al coche le saludé.
-Hola Marco.

Luna de media tardeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora